13. Despedida.

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Yo no supe cómo mirarles a la cara. Cuando pasaron por nuestro lado alcé la mirada y Michonne cogió mi mano por unos instantes, siguieron andando hasta llegar a menos de dos metros de nosotros, dónde estaba Carl tumbado.

Me rompió el corazón tener que vivir eso. Tener que escuchar a Carl decirle a sus padres que iba a morir y que había sido salvando al nuevo médico, que lo había llevado él.

Nos quedamos en silencio, escuchando la conversación que tenía Carl con sus padres.

Yo me quedé quieta entre los brazos de Daryl.

Michonne se volteó al cabo de unos minutos y se acercó a Dwight, casi le clava un puñetazo.

— ¡Haz que paren! —gritó.

— Marcharán, solo tenemos que esperar —dijo él.

Michonne tocó la empuñadura de su katana pero Rosita se levantó y la detuvo.

— Tiene razón —dijo— Debemos esperar.

Daryl se levantó y yo hice lo mismo, cogí a Judith antes de andar detrás de él, hacia Rick y Carl.

Mientras, Michonne replicaba sobre qué deberíamos hacer y Tara le decía que era cierto que debíamos quedarnos allí.

Daryl le puso una mano en el hombro a Rick. Miró a Carl unos momentos.

— Voy a echar un vistazo allí fuera.

Casi me mareo cuando oí esas palabras.

— ¿Estás loco? —repliqué. Judith seguía en mis brazos.

— Solo es para ver si aún están. Volveré en unos minutos.

Rick asintió, el hombre seguía sin palabras.

Yo cogí a Daryl por el brazo y lo miré a los ojos.

— Ten cuidado. No quiero perderte a ti también —susurré con la voz rota.

Él me dio un abrazo y un beso en la frente.

— Volveré —dijo. Y me quedé allí, sujetando a la niña cuyo hermano estaba a horas de morir.

Me quedé de pie y luego Rick quiso coger a Judith, la dejó en el suelo junto a su hermano y Carl le cogió la mano.

Me senté en el suelo y miré al muchacho intentando contener las lágrimas.

— Siempre dije que tú y Daryl terminaríais juntos —dijo Carl.

Yo sonreí sintiendo las lágrimas resbalar por mis mejillas.

— Lo sabía —dijo Carl sonriendo cansado— _______, no estés triste, por favor.

— ¿Pero cómo puedes decir eso...? —susurré con voz suave.

— Eres mi hermana. Tienes que ser fuerte por mí ¿vale? Sé feliz con Daryl. Y cuida de mi familia —dijo él. No compartíamos sangre, pero yo era su hermana mayor. —¿Lo prometes?

— Lo prometo —susurré.

Cogí su mano y lo acaricié unos momentos. Luego Rick me puso una mano en el hombro.

— ¿Cómo te encuentras? —susurró. Parecía en estado de shock.

— El disparo mejor, ya casi no me duele aunque estoy débil.

Me dio una mano y me ayudó a levantarme. Yo le abracé. Era lo único que necesitaba en ese momento.

Me separé lentamente y volví a sentarme en el suelo. Judith quiso acercarse a mí y yo la senté a mí lado.

Michonne empezó a hablar con Carl y yo me quedé en silencio.

Daryl volvió al cabo de unos minutos.

— Siguen ahí —dijo— Pero marcharán.

Se sentó a mi lado después de tener una corta conversación con Rick.

Judith andó hacia su hermano y me quedé sola hasta que Daryl se sentó conmigo.

No me dijo nada. Yo tampoco. Solamente estuvimos en silencio.

— En momentos así —susurré, intentando despejar mi mente— Echo de menos a Beth.

Daryl tragó saliva y apretó su mano contra mi hombro.

— ¿La hermana de Maggie? —preguntó Tara.

Asentí.

— Ella siempre veía la parte positiva de las cosas. Además, cantaba muy bien. Fue mi mejor amiga por muchos meses —susurré.

— Yo también la echo de menos —me dijo Daryl. Suspiré. Yo sabía que Daryl me entendía, él mismo había podido conocer mejor a Beth cuando nos tocó a escapar los tres solos de la prisión y perdernos en el bosque. Esa época se me hacía muy lejana.

Quería hablar más con Daryl acerca del pasado, pero ese no era ni el momento ni el lugar. Otra explosión hizo retumbar el lugar.

— Daryl —susurré— ¿Cómo está Carol?

— Está bien —dijo acariciando mi espalda— El Reino está al borde del colapso pero sus habitantes no han sufrido daño alguno que yo sepa.

Suspiré.

Y nos quedamos callados casi diez minutos.

Carl empezó a toser y el silenció reinó en el exterior. Rosita se asomó al exterior.

— Se han ido —dijo.

Así que nos preparamos para evacuar.

La gente empezó a salir y nos quedamos los que más conocía allí.

— Tenéis que marchar —dijo Carl.

Judith no quería soltarse de la mano de su hermano y empezó a llorar. Daryl la cogió en brazos.

— Cuidad de mi hija —dijo Rick. Daryl asintió.

Yo le cogí la mano a Carl y lo miré por última vez. Él me dio su sombrero.

— Para Judith —susurró.

Asentí levantándome.

— Gracias —susurré— Nos has salvado a todos, Carl.

— Hasta siempre, ______. No olvides nuestra promesa.

Aguanté las ganas de llorar y le di la espalda, le puse una mano en el hombro a Michonne y luego seguí alejándome.

— Todo esto, es gracias a ti —le dijo Daryl a Carl. Y, con Judith en brazos, fue conmigo para salir de la alcantarilla. Dejando así a Rick, Michonne y Carl con él.

Por unos instantes pensé en Enid. Mi amiga estaba enamorada de Carl, y él también de ella. Yo lo sabía perfectamente. Yo había convencido a Enid para que diese el paso con él. No podía llegar a pensar qué diría cuando supiese qué había pasado.

Lo último que vi antes de subir fue Carl dándole unas cartas a su padre.

Una vez fuera, nos alejamos de la destrozada Alexandria.

Yo me sentí agotada pero el estrés me había hecho reaccionar y el dolor de la herida apenas lo notaba ya.

— Estoy cansada de perder gente —le dije a Daryl mientras marchábamos todos. Habíamos preparado rápidamente un carro con dos caballos y provisiones. Íbamos a Hilltop.

Yo me senté en el carro con Judith y empezamos nuestro viaje en mitad de la noche. Daryl andaba, pero no se alejó de nosotras.

— Yo también —me dijo.

Entonces una docena de caminantes salieron de un rincón de la oscuridad y mordieron a un hombre que vivía en Alexandria.
El caos reinó mientras el olor a humo y la brisa nocturna lo envolvía.

Todo lo que soñé - Daryl x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora