6. Compañía.

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Me levanté en mitad de la noche y andé por los pasillos en silencio. La tienda era cómoda y el saco también, pero no dejaba de temer por Daryl.

Pasé por el lado de mi habitación y vi que la puerta estaba medio abierta. Me asomé silenciosamente.

Se me encogió el corazón. Daryl estaba dormido, pero no parecía descansar, estaba encogido y ¿temblando?

Por unos segundos pensé que era frío pero lo más probable es que tuviese una pesadilla. Me sentí entrometida así que iba a cerrar la puerta cuando dejó de temblar y habló.

- _______ -susurró.

Cerré la puerta entrando en silencio. Me quedé de pie mirando mi cama.

- ¿Estás bien? -pregunté.

- No -dijo con voz ronca.

Me acerqué y me arrodillé al borde de la cama. Cogí una de sus manos.

- Perdón por haberte... espiado. Estoy preocupada por ti...

- No te discupes -susurró.

- ¿Puedo hacer algo por ti? Estabas... temblando.

Él negó con la cabeza y se puso una mano en la frente.
Estaba frío al tacto.

- ¿Te encuentras bien? - susurré.

Él no respondió.

- Vete a dormir.

- No puedo. No si tú no estás bien. Daryl, quería hablar mañana de esto pero si necesitas decir algo ahora...

- Son pesadillas. Nada más -dijo.

Apreté su mano contra las mías.

- Eres el hombre más fuerte que conozco -susurré- Sé que puedes con esto.

Le di un beso en la frente.
Daryl apretó mi mano y para mi sorpresa se sentó en la cama y me abrazó. Seguramente con mas fuerza de la que quería, yo no me moví.

Apoyó su frente en mi hombro y le mecí en mis brazos, en silencio.

- Todo lo que ha pasado -susurró- Ha sido mi culpa.

- Daryl -dije en voz baja- No debes creer las tonterías que te han dicho en ese lugar -seguí abrazándolo.

- Glenn murió por mi culpa -susurró. Y luego sollozó en mis brazos.

Me sentí mal. No tanto como se sentía él, pero me sentí muy mal.

No pude contener mis lágrimas así que me quedé allí, quieta, escuchándolo llorar en silencio.

- No tuviste la culpa -susurré recuperando la voz- Glenn no querría oír lo que estás diciendo.

Daryl no dijo nada más.

Pasaron unos diez minutos. En su compañía se me hacían segundos.

- Tienes que dormir -susurré y sequé sus lágrimas con mi manga. Le di un pañuelo.

Daryl asintió.

Le di un beso en la mejilla y puse mis manos en sus hombros.

- No mereces sentirte mal -susurré- Descansa. Mañana hablaremos.

Él se volvió a tumbar y yo me fui a dormir.

Sorpendentenente. Me dormí al instante.

La mañana siguiente me desperté temprano. Desayuné y ayudé en el huerto por unas dos horas.

- _______ -Enid se acercó a mí, la saludé- ¿Cómo está Daryl?

- Dormido. Estaba muy cansado -dije.

Todo lo que soñé - Daryl x TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora