IV

3.5K 216 4
                                    

Dos años atrás

— Wey, ¿Segura que estás bien?. — escuché a Karla afuera del baño. 

Limpié mi boca con el dorsal de mi mano. Otra vez esto estaba pasando.

Bajé la tapa del baño, junto con la palanquilla de este. 

— Sí. — dije lo suficientemente fuerte para que me pudiera escuchar. 

Después de enjuagar mi boca, me pasé las manos aún mojadas por la cara. La verdad si me sentía mal.

Salí del baño, y comencé a caminar hacia la caja, dónde Karla estaba despachando una clienta.

— Que tenga un lindo día. — le dijo a la señora viendo cómo se iba — Qué fue, ¿Te sientes bien?.

Asentí. — Sí, sí. Estoy bien.

— No creo. Es que te pusiste pálida. — dijo tocando mi frente. 

— De verdad, estoy bien. Sólo que me dio asco el café. Seguro es gastritis. — dije sin importancia. 

— Si quieres hablamos con Gaby para que te del día. Te ves mal. — dijo con un tono de preocupación. 

— No, no. — negué — Estoy bien. Sólo deja ir a la farmacia a comprar algo para que se me pase, y ya. 

— Elena... — dijo en forma de reproche. 

En eso entró otra clienta acercándose a la caja. Mi olfato parecía de can, pues rápido me llegó el molesto olor de su perfume, haciéndome dar una arcada que medio pude disimular. 

— Buenas tardes, señoritas. Ando en busca...

Ya no la escuché. Nuevamente las ganas de vomitar se hicieron presentes. Me fui al baño otra vez a desechar lo poco que había podido comer.

Que está pasando...

Abrí la puerta del baño, y esta vez me encontré a Karla cargando mi mochila y viéndome seria. 

— Ya hablé con Gaby. Le dije lo que estaba pasando, y obviamente te dio el día. 

— ¿Por qué hiciste eso?. — dije algo molesta. 

— Todavía lo preguntas, Elena. Mírate. Te ves mal. Tienes que ir al médico. — dijo desesperada. 

— Ya te dije que no es para tanto. 

— Elena. De perdido ve a tu casa a descansar. ¿Sí?. Por favor. — conocía ese tono.

Para no darle más preocupaciones, acepté su propuesta. Cuando llegué a casa lo primero que hice, fue irme a dormir. Era lo único que quería hacer.

...

— ¿Aun sigues enferma?. — preguntó Gaby. 

— SÍ, seguro algo me cayó mal. Alguna infección o así. 

— Te dije que deberías irte a checar, Elena. — dijo viéndome preocupada — Ya llevas varios días así. 

— No te preocupes. Ya me he estado tomando algunas pastillas. Seguro se quitará. Además, no quiero faltar al trabajo, Gaby. 

— No te estés automedicando, Elena. Eso es malo. — se cruzó de brazos — Y por el trabajo no te preocupes, ahorita es lo de menos. Lo importante es tu salud, te puedes agravar.

— Prometo ir saliendo. — traté de tranquilizarla. Pero negó.

— No. Ahorita te me vas a esta clínica, y cuando llegue preguntas por el doctor Gerardo. Él ya sabrá qué vas de mi parte. 

¡Ups! - JAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora