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— ¿Los tienes?. — le pregunté a Néstor. 

— Sip. Aquí están. — me extendió el sobre, pero yo se lo arrebaté — ¿Estás seguro que el bebé de Elena pueda ser de Alfredo?. 

Lo miré mal. 

— No seas metiche... Pero sí, eso creo. Por eso mandé hacer las pruebas. 

— ¿Entonces Alfredo todavía no sabe?. 

— No. Así que no le comentas nada aún. En todo caso, se lo diré yo personalmente. 

— Sabes qué discreción es mi segundo nombre. 

— Creí que era Isidro. — respondí. 

— Es broma, wey. Es que así dicen en las películas. 

Rodeé los ojos ante su comentario. 

Sin tanto rodeo, abrí el sobre junto con el montón de papeles que había dentro. Traté de leer cuidadosamente todo el documento que, parecía ser el principal.

— ¡Wey!... ¡WEEEY!. 

— Qué... Qué fue... ¿Qué dice?. — dijo Néstor desesperado. 

— No sé, no le entiendo. Son número y letras. 

— Ay, pendejo. — dijo suspirando. 

— Respete, cabrón. Que por más compas que seamos, sigo siendo tu patrón. — lo zapeé. 

— Perdón. A ver, presta. — me arrebató la hoja y me acomodé a lado de él cuando empezó a leer  — Quince de ago... Shalalá, shalalá... Alfredo Guz... Ajá, ajá... Genét.... Porcentaje de paternidad, noventa y nueve punto nueve, nueve, nueve, nueve, ocho.

Juro que los dos paramos de respirar, y nos volteamos a ver.

— ¡Wey!. — solté.

— ¡No mames!.

...


ALFREDO

Tomé la cajetilla después de encender un cigarro, y me fui a sentar a la mecedora.

He de confesar que desde el domingo, no he dejado de pensar en Elena. Luego de aquel beso, pude comprobar que me había enamorado de ella, sé que había sido en tan poco tiempo, pero así lo manda el corazón. Cómo decirle que no.

— Elena... Elena... — suspiré cerrando los ojos — Dios. Mándame una señal si ella es la correcta.

Le dí la primera calada al cigarro, pero al pasarlo a mi garganta se me atoró al escuchar la vocesota estresante de Iván.

— Wey, te vas a cagar con lo que te voy a decir. — llegó sentándose en la otra mecedora. 

— Qué pedo. — dije como pude, pues me agarró la tocedera. 

— No, wey... Es que... 

— Háblate, jotón. — le dije una vez que pude calmarme. 

— Carnal, ¿En verdad te gusta Elena?, o nomás es puro pedo tuyo. 

— Me gusta más de lo que creí. Ta' bien chula la plebe. — sonreí como pendejo. 

— Y al Leo, ¿Cómo te cae?. 

— A toda madre el morrito. Tal vez suene loco, y me esté alucinando de más, pero... Si algún día llegara a estar con Elenita, sé que llegaría a querer a ese plebe cómo si fuera mío.

— Pues es tuyo. 

— Nomás me falta conquistar a la mamá. Pero por eso no hay problema. — dije arrogante.

— No wey no me refiero a eso... Es que si eres su papá.

— Ahora tú de cuál consumiste... — dije riendo — Acuérdate que el que agarra, paga. 

— Ten, wey. — me pasó un sobre — Sal de dudas tú mismo. 

— ¿Qué es esto?. — le pregunté aun leyendo la hoja. 

99.99998%

— El sábado que se quedaron en la casa, pues cargué al plebe. Y cuando lo quise poner de espaldas, por equis razón se removió un poco el tirante de su playera y... Vi que tenía los mismos lunares que tú. 

— ¿Cuáles?.

— Los de la espalda. — dijo pasándome su celular con la foto— Y, además quizás tú no te diste cuenta, pero nosotros sí. El plebe se parece a ti... Incluso te lo dijo mi amá. 

A este punto no sabía qué pensar.

— Y por qué no me lo dijiste cuando aún estaban aquí. Pude hablar con ella.

— A penas hoy estuvieron los resultados, además de que no estaba seguro, tampoco quería darte falsas ilusiones. 

— ¡Puta madre! — toqué mi frente al sentirme frustrado — ¿Por qué no me lo dijo?. — pregunté bastante molesto.

— Carni, quizás ni ella se dio cuenta. Pero lo que sí te puedo decir, es que lo mejor, es que vayas y hables con ella. 

Suspiré. — Es que ellos ya no están aquí. Se regresaron para Guadalajara. 

— Y así nomás vas a dejar el tema... Carnal, se trata de tu hijo y la mujer que te mueve el tapete. ¿No vas hacer nada?. 

No le respondí.

Yepe. Que me preparen una avioneta para salir mañana a primera hora. — hablé por el radio  — Por favor. 

— ¿Quieres que te acompañe?. — preguntó sonriendo. 

— No. Igual sólo voy y vengo. Pero sí tengo que averiguar cómo es todo esto posible. — lo miré seguro — Además, tengo que recuperar a mi familia.



Ahora sí!! jijijiji



¡Ups! - JAGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora