Acosté a Leo en la cama de la habitación y acomodé las almohadas de esta en ella.
— Y mira que pensé, que sería todo un show con él en el avión. — susurró Monse.
— Yo también. — admití — Pero tuvimos suerte que se quedara dormido toda la hora.
— Noo. Además mi niño sabe portarse bien. Todo un príncipe.
— La verdad que sí. Es un niño muy tranquilo, y lo agradezco mucho. — suspiré viéndolo.
— Sí... ¿Te vas a cambiar?.
Asentí. — Sí. Voy aprovechar ahorita y le arreglo una mochila para él. ¿Tú?. — le pregunté.
— También. Deja ir a mi habitación, y ahorita que ya estés lista, mándame mensaje para venir ayudarte.
— Ayy, gracias, Monse.
— De nada. — dijo yéndose — ¡Me mandas mensaje!. — susurró como si gritara.
Reí una vez que cerró la puerta.
...
— Parece gasparín, Elena. Te la bañaste con el protector solar. — dijo mi amiga.
— ¿Crees?. — le pregunté mientras miraba a Leo.
La verdad creo si me había pasado poquito. Pero poquito, nomás.
— Bueno, igual se le caerá cuando entre al agua.
— Si eso pasa, aquí traigo más. — levanté el bote.
— Mejor déjalo así. — reímos.
Por fin habían comenzado nuestras vacaciones, y esta vez nuestro destino fue Mazatlán. He de admitir, que fue inevitable pensar en el tipo que conocí en Culiacán.
Por un momento me imaginé volvérmelo a topar aquí, pero seamos honestos. No sería lo mismo, y capaz ni siquiera era de Sinaloa y yo haciéndome cuentos tontos en la cabeza.
...
— Oigan, ¿No tienen sed?. — dijo Cristina. Una amiga por parte de Monse.
— Aquí hay agua. — apunté la hielera.
— Me refiero a sed de la peligros. — rio.
— Aahh. No. — reí — Gracias.
— ¿Ustedes?. — Volteó a ver a Monse y Karla.
— Yo sí. Pero, ¿No es aún algo temprano?. — habló Karla.
— Sii. Una ratito más noche.
— Pues si quieren. — volvió aponerse sus lentes — Pero yo, por lo pronto. Iré por un coco, no tardo. — dijo poniéndose de pie.
— Y luego dice que no es alcohólica. — negó Monse.
— Girls just want to have fun. — dije tratando de justificarla.
— ¿De verdad no tomarás?. — me preguntó Karla.
— Tal vez, sólo uno. Tengo que estar al pendiente de Leo, y también darle de comer. — expliqué.
— Entiendo.
— Bueno, YO. Le haré una sesión de fotos aesthetic a Leo. Así que, presta. — Monse lo cargó y sentó en la arena mientras le hablaba.
— Amor, acá. — le hice una seña a Leo para que volteara a la cámara.
En un lapso de unas dos horas, el sol ya se estaba metiendo. Pensábamos en irnos a las habitaciones para cambiarnos e ir a un restaurant-bar, pero lo único que nos detenía era el no saber nada de Cristina.
Desde que fue por su "coco", no había vuelto con nosotros. Ya nos empezábamos a preocupar.
— Wey, ¿Y si le pasó algo?. — dijo Monse.
— Ay, no. Esperemos que no. — Karla se persignó.
— Si en diez minutos no llega. Hay que poner alerta. — dije y ambas asintieron.
No tardamos ni tres minutos cuando Cristina venía de la mano riendo con un tipo moreno y alto.
Las tres dimos un suspiro al verla llegar con nosotros. Había dejado al hombre uno cuantos metros frente a nosotros.
— Ey, ya encontré after. — dijo emocionada.
— ¿Dónde chingados andabas, Cristina?. Nos preocupamos cuando no te vimos. — le reclamó Monse enojada.
— Me quedé con Vicente. — dijo sonriente mientras lo miraba.
— ¿Quién es Vicente?. — pregunté.
— Él. Dijo que viene con sus hermanos y unos amigos. Rentaron una palapa cerca de aquí, y nos invitó a ir con ellos.
— ¿Así nomás?, Ni siquiera lo conoces. — le dije.
— Mira. ¡Vicente!. — lo llamó — Ven.
El tipo se fue acercando a nosotros con una sonrisa en el rostro. A simple vista parecía ser buena persona, pero no debía confiar.
— Hola. Qué tal.
— Él es Vicente. Un nuevo amigo que acabo de conocer. Y ellas son, Monse, Karla y Elena. Mis amigas.
— Mucho gusto. — dijo.
— Igual. — respondimos.
— Le decía a Cristy, que están invitadas, si gusta a pasar el rato acá con mis camaradas.
— ¿Qué dicen?. — preguntó Cristina.
— Pueees... — dijeron Karla y Monse.
— ¿Es seguro?. — pregunté.
— Claro. De hecho con toda confianza. En el momento que algo las incomode, pueden decirme. No somos ese tipo de personas que le harían algo a unas bellas damas como ustedes.
— Ah, pero... — dijo Cristina — No solo somos cuatro mujeres. — él la miró sin entender — Traemos a un hombre, un chico.
— Es Leo. — dijo Monse.
— Pues no hay problema. También puede agarrar ambiente con todos nosotros.
Las cuatro soltamos una risita, y yo negué.
— Bueno, si tienes algo fórmula y papilla allá con ustedes. Probablemente si se anime. — hablé.
Me miró sin entender, así que destapé un poco a Leo para que lo pudiera ver. Había caído rendido después de haber estado jugando en la arena.
— ¡Vaya!. — rio — No me lo esperaba. Pero por supuesto que sí.
— ¿Entonces?. — volvió a preguntar Cristina.
— Nosotros sí queremos.
— Supongo que sí.
— Perfecto. Entonces, síganme.
— Pero antes, debo regresar a la habitación por más cosas para Leo. — dije.
— Okay, adelante. Las espero.

ESTÁS LEYENDO
¡Ups! - JAGS
ChickLitEspero y sea de su agrado HISTORIA CORTA 🔜 Abril 12, 2023 🔚 Abril 23, 2023 (TODO es totalmente FICTICIO)