A pesar de que esta no fue la primera novela que hice pública, esta fue la segunda que termine y la única de las dos primeras que tengo aún...
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Son sueños, deseos, anhelos. Son miles de palabras, susurros, suspiros. Miles de sonidos, grit...
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Dejaba que el agua se llevara aquel cálido rojo que cubría mi cuerpo, debía admitir que dieron pelea, pero no duraron mucho de todas manera.
—Te traje la toalla.
En medio del festín sangriento Dante llegó, preocupado por mi conducta se vió obligado a vigilarme y no me quejo si soy sincera. Tenerlo cerca es más reconfortante que depender de Luka, ese hijo de...
—¿Estas bien? ¿Aún tienes hambre?
—Estoy bien, no tienes que preocuparte.
—Claro que tengo. Allison White no masacraría a sus agresores de esa forma sin importar que.
—Tu fuiste quien le dijo a David sobre ellos.
—Se lo dije para que él se encargara. Pero ya sé que no puedo confiar en él para estas cosas.
—¿Qué tiene de malo que me quiera defender?
Estaba molesta. De pronto, mi alegría por estar con él se fue al demonio. ¿Qué mierda le pasaba? ¡Tengo derecho a regresarles el golpe!
—No tiene nada de malo, pero no tenías que ser tu la que se manchara.
—¿¡Cual es tu problema?! ¡No te necesito! Puedo cuidarme sola, ¡No eres mi madre!
—No, no soy tu madre. ¡Me necesitas mas de lo que crees! -gritó y tuve que callar.- ¿Quién crees que te ha estado cuidando todo este tiempo de las almas condenadas? ¿Quien crees que ha tenido que dejarse el pellejo intentando llegar a un acuerdo con seres más poderosos que Luka? ¿Quien crees que ha estado para ti estos meses, cuidándote, ayudándote y explicandote todo cuanto querías saber? ¿¡Y para que?! Le perteneces a Luka, quieres a Luka y necesitas a Luka. ¡¿No puede ver? Te amo mas que Luka, te merezco más que Luka! -sus rubíes se inundaron en lágrimas.-
Estaba sorprendida, no creí que diría todo eso. No soy estúpida, sé todo lo que hizo por mi... No creí que realmente estuviera herido por eso...
—Dante... yo...
—No... -me interrumpió.- Tu nada, tu no... No eres la culpable, no tienes la culpa... Solo soy un amigo, soy un demonio... Somos demonios y tu solo eres una humana. Tal vez tuviste mala suerte. -rió con desdén.- Me voy, te estoy incomodando. Puedes hacer lo que quieras, destruye el mundo si así lo deseas.
Antes de desaparecer se giró fugazmente y me dejo un souvenir de sus labios en mi frente, nunca deseé tanto de él como en este instante. Nada dura para siempre, ya se había marchado.
—Mierda...
—Señorita White, ¿siente algún tipo de vínculo no sanguíneo con el amo Dante?
—¿Ah?
Me había espantado al no esperar la aparición de los más pequeños.
