A pesar de que esta no fue la primera novela que hice pública, esta fue la segunda que termine y la única de las dos primeras que tengo aún...
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Son sueños, deseos, anhelos. Son miles de palabras, susurros, suspiros. Miles de sonidos, grit...
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—¿Ya lo saben? Luka ¡Como mierda dices algo como eso a la ligera! -regaño el moreno.- ¿En qué coño pensaban?
—No lo sé, despertamos un día y nos preguntamos ¿Por qué cojones no le decimos a unas putas humanas que somos jodidos demonios que venimos del maldito infierno y vemos como reaccionan? ¡Sería divertido! -agregó el de ojos rojos con sarcasmo.-
—Ya tranquilos. -intervino la de cabellos amarillos.- Estoy segura de que tienen una buena explicación, porque si no... Yo misma los entregaré al Mariscal Nebiros, para que los echen al lago de fuego.
—Por favor, no hay necesidad de eso.
Siendo lo suficientemente sincera, no estoy comprendiendo mucho y estoy segura de que Paula está igual que yo, o al menos eso quiero creer.
—Asha... ¿Verdad? -habló por primera vez desde que llegamos.- Puedo explicar el por qué sabemos todo esto.
—Te escuchamos.
—Alisson y yo conocimos a Luka y Dante, inmediatamente empezamos a sospechar, luego lo consultamos con la biblia y otros libros de ficción y nos encontramos con "La Fantasía de Anais", fue un libro muy famoso en su momento.
—Detente. ¿Leyeron ese libro? -cuestionó la de heterocromía.-
—Solo una parte. -aclaró ella.-
—Yo no. -exclamé apresuradamente.-
Los del inframundo se miraron entre sí, como si pudiesen habla por su mente. Miraron a Paula y le dejaron continuar.
—La cosa es que para nosotras fue mucha coincidencia que describieran a estos dos, pero se nos confirmó por mera casualidad, ya que en ese mismo instante Dante llegó y le preguntamos sin pelos en la lengua, lo que no pudo negar. Le obligamos a llamar a Luka, para oir de su boca que también era un "ángel caído" y con eso nos quedamos tranquilas.
Los que recién conocimos miraron con extrañeza a Paula, la que se encontraba completamente tranquila, lo opuesto a mi.
—Estas muy tranquila, ¿no lo crees?
—¿Uhm? Para nada. -respondió sin mas.- Yo ya sabía que los demonios existían, bueno... ya lo sospechaba. La verdad es que estoy feliz de que realmente no este loca... -sonrió.- Creí que estaba perdiendo la cabeza por creer que eran reales, pero si ustedes lo son las hadas, los hombres lobos, los vampiros y los duendes también los son, ¿verdad?
—Jo. Pues... si. -hablo con gracia y algo de extrañeza.- Qué chica.
—Esto solo me llena de orgullo, ahora se que todos aquellos que me llamaron loca de niña son los que están mal.
—Yo... no sabía nada de eso. -hablé luego de tal revelación.-
—No era algo relevante.
—Entonces, dices que ellos simplemente llegaron y ustedes solo sospechaban.
