A pesar de que esta no fue la primera novela que hice pública, esta fue la segunda que termine y la única de las dos primeras que tengo aún...
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Son sueños, deseos, anhelos. Son miles de palabras, susurros, suspiros. Miles de sonidos, grit...
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—Allison. -apareció de repente su amiga y los dos pequeños.- Oye, Bellus y Breve dicen que nos pueden llevar con un grupo de Hadas.
—¿Hadas?
—Si. Conocemos a unas cuantas, ¿te gustaría conocerlas?
—Bueno, no estaría mal.
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—Es por aquí. -exclamó el de cabellos azules.-
—Cuidado con sus cabezas.
Estábamos en un bosque, uno que no había visto nunca. Árboles gigantes, flores por doquier y muchas bestias exóticas y mitológicas que ni drogada imagine. Pasamos por las lianas de un árbol frondoso, muy bonito, digno de película fantástica.
—Aine... -llamó uno de los enanos.-
—¡Ondine, Metis!
—Hela...
—¡Cirene, Sora!
—¿Sucede algo, Amplissimus, Mitissimus?
—Nada, solo venimos a pasear. Estas son Paula y Allison, son amigas humanas.
Creí que era mi imaginación, pero las hadas palidecieron al escuchar aquello.
—No pueden entrar humanos a nuestro bosque, lo saben bien.
Eso me dejo extrañada, ¿por qué serían tan egoístas con seres como nosotros, los humanos?
—Saben muy bien lo que ocurrió la última vez que un humano pisó tierra de hadas, no queremos que vuelva a ocurrir una masacre como en aquel entonces.
Ahora yo palidecí... ¿Masacre? ¿Los humanos las atacaron?
—Entiendo bien, Aine. Pero les podemos garantizar que ellas no buscan el mal para ninguna raza infernal, ellas son puras...
Mintió el mas pequeño, era claro que ya no éramos tan puras desde que nos enlazamos con demonios.
