Un pequeño inconveniente y la furia brota.

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Todo estaba yendo bastante bien, habíamos terminado los exámenes y habíamos salido con buenas calificaciones

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Todo estaba yendo bastante bien, habíamos terminado los exámenes y habíamos salido con buenas calificaciones. Ahora nos dirigíamos Paula, Dante, Luka y yo a la cabaña de siempre, pues habíamos planeado ir temprano al festival del que hablo David.

—¿Están seguros? Yo siento que es muy pronto. -musitó Asha.-

Había notado lo cercanas que se habían vuelto ella y Paula, tal vez había sido por el lazo, pero la verdad no le preste mucha atención. También estaba el hecho de que casi no veía a Dante y a Luka, ambos parecían mas distantes de lo normal y con ello también intentaban evitarme. 

—Antes de irnos, Allison... -me llamó.- Necesito que me acompañes a fuera.

—¿Uhm? Está bien...

Me llevó hasta afuera, estábamos bastante lejos de la cabaña. Sentía su rostro tenso y se notaba como apretaba su mandíbula, nada de eso me daba indicios de que algo bueno pasaría.

—Se que no hemos hecho esto, tal vez te duela un poco... Pero la verdad es que ya no resisto... -modio el dorso de su mano y cerró sus ojos con fuerza, parecía sufrir de una forma horrible.- 

—¿Hablas de mi sangre? -él asintió aun con sus ojos cerrados.- 

Reí. Me parecía bastante tierno y lindo el hecho de que se comportara así por no lastimarme, era algo que me era irresistible. Me acerqué para abrazarlo, con mis manos tomé su cabeza y la oculte en mi cuello, la diferencia de tamaño no era mucha, tal vez unos tres o cuatro centímetros. 

—Adelante... Tomala... Es tuya. -susurré con suavidad.-

Mi intención era relajarlo, hasta que sentí la mordida. Mi garganta comenzó a doler y me sentí pesada, era un dolor exorbitante. Mordí mi labio intentando calmar las ganas de gritar, pero me era casi imposible, sentía que me desmayaría, ¡mierda! Joder, la... que me parió. En cuanto se separó ambos teníamos los labios ensangrentados, él por el hecho de haber mordido mi cuello como si fuera una especie de vampiro y yo por haber mordido mi propio labio con tanta fuerza que mi piel terminó sufriendo las consecuencias. 

—¿Estas bien? -tomo mi rostro entre sus manos, su mirada era de preocupación.-

—Eso se sintió horrible. -sentí algo húmedo en mi rostro, al darme cuenta había desprendido una traviesa lágrima.- Tranquilo, solo fue extremadamente doloroso.

—Perdoname, yo... -con sus manos intentó limpiar la sangre en mi rostro, lo que me dio cosquillas, al menos así se sentía.-

—Dejalo, dejalo. -repetí entre risas.- Vamos, tenemos que enjuagarnos. 

Antes de que pudiera moverme él me tomó con fuerza. Me quedé estática, esa repentina acción me había helado la sangre. De pronto estábamos demasiado cerca, sentí los nervios a flor de piel y pronto olvidé respirar. Por un corto momento lo único que alcanzaba a ver era ese brillo verde que solo desprendían sus ojos, era un verde que jamás hubiera visto antes, uno capaz de hipnotizarme. Fue tan fugaz, pero en cámara lenta. En cuanto me dí cuenta, nuestros labios se habían enlazado tal y como nuestras almas, como una sonata de medianoche, o un cuarteto inspirado en lo extasiante del amanecer desde la alcoba de una habitación a cincuenta metros sobre el suelo. 

—Listo... ya no hay sangre en ninguno de nosotros. -musitó con tono bajo, al mismo tiempo que en sus labios se dibujaba una sonrisa burlona.-

—¿Qué mier...? -murmuré por la inercia, realmente había salido sin mi consciencia, como si divagara en un mundo fantástico donde los alucinógenos fueran el aire de la mañana.- ¿Qué fue...? ¿Qué fue eso? -mascullé como me fue posible.-

—Un beso. -respondió con simpleza.- Uno de los muchos que posiblemente te daré en un futuro no muy lejano.

Creí que era mi imaginación, pero en cuanto giré mi rostro supe que no era así.

—Vaya. Qué interesante la vista que me da la naturaleza. -habló y pude ver en su rostro la personificación del dolor, me sentí miserable, pero no sabía el por qué.-

Dante... -fue lo único que mis labios alcanzaron a pronunciar.- 

Sentí su mirada, sus ojos rojizos como un rubí que apenas y alcanzó la luz del sol, pero no había brillo en ellos. Se dió media vuelta y con sus puños estrujados se fue sin emitir sonido alguno, se retiró en su silencio de sepulcro.

—Dante... -gemí alzando un poco más la voz.-

No preste nada de mi atención a Luka, solo me separe con velocidad e intenté alcanzar al de ojos rojos.

—¡Dante! -le llamé entrando a la cabaña.-

Todos parecían desconcertado con la escena, pues Dante había pasado enfurecido sin siquiera dirigir una mirada.

—¡Dante! -tomé su brazo, pero se liberó de inmediato.-

—No. -me detuvo antes de que pudiera hablar.- No tienes que decir nada, Allison. Tu estas enlazada con él, le perteneces a Luka. ¿Por qué cojones te importaría lo que sintiera al respecto? Solo soy tu amigo, nada más. Por favor, no me lastimes. Dejame solo, un rato tan siquiera.

Sin más se fue cerrando la puerta frente a mí con violencia, yo solo puede permanecer ahí, pensando en lo que había dicho.

—¿Qué pasó? -escuché la voz algo distante, era Paula.-

—Dante nos encontró besandonos. -murmuró con algo de pena.-

—Mierda, eso no se le va a pasar en un rato. -luego escuche la voz de Abby.-

—Él se lo busca, yo le dije que no fuera. -esa fue Asha.-

—No seas insensible, sabes que muy poco le pasa esto. Es demasiado coqueto, casi nunca se enamora así de alguien. -todas esas palabras me hacían sentir horrible, me sentía como un monstruo.- 

—Aún así, no entiendo su alboroto. Él podría tener a cualquier mujer del infierno si así lo quisiera, no es como que no fuera popular entre ellas o algo así. ¿Conformarse y lastimarse por una humana? Eso es una ridicules. -eso fue la gota que colmó mi vaso.-

Giré sobre mis talones y caminé a paso pesado hasta Eddy, lo tomé con mis manos por el cuello de su camiseta y lo elevé en el aire.

—La humana está escuchando. -advertí.- Estoy furiosa, molesta y me siento enferma. Olvidemos esto, necesito comer algo y siento que lo único que me va a saciar es otro humano. No pretendo que lo comprendan, pero me siento horrible y solo quiero olvidar lo que acaba de pasar.

Maldición, creí que todo estaba bien, que nada malo podría pasar. ¿Por qué Allison? ¿Es que soy un imán de cataclismos? ¿Es eso?

En aquel momento no lo sabía, no estaba segura. Sin embargo ahora que lo sé, ahora que lo comprendo, puedo estar segura de que era acertivo. Donde fuera que sea que yo pudiera estar, ahí, sin duda alguna, un pequeño inconveniente es capaz de convertirse en un desastre mortal. Tan solo mirenme, heme aquí, lista para ser arrojada al lago de fuego.

 Tan solo mirenme, heme aquí, lista para ser arrojada al lago de fuego

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°Mi Fantasía Perfecta°, para almas aventureras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora