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TN.

Hoy salí con Liz a hacer unas compras, la verdad me desestresé bastante ya que había salido de la casa enojada por lo que la tal lucero me hizo, y es que me quemo, pero trate de no decir nada más, ahora nos encontrábamos en una tienda de maquillaje, yo solo venía a acompañar pero al final compré muchas cosas.

— Ay nooo, amo el maquillaje, aquí se irán mis ahorros Liz. — dije mirando todo, estaba facinada, lleve un montón de cosas.

— Yo también amo el maquillaje, nombre me llevaré toda la tienda — las dos empezamos a reír, llevamos un montón de cosas que ya no entraban más, por suerte Liz traía el auto de Richard, salimos de la tienda porque si no acabaríamos con nuestros ahorros.

— No, no, que bueno que salimos de ahí porque si no no nos iba alcanzar para ir a comer — dije y empezamos a reír, me hacía bien la compañía de Liz, era una buena amiga. Nos metimos a un restaurante de sushi y eso comimos, no parábamos de reír y es que a Liz le pasaban cadas cosas, de verdad me divertí mucho.

— No TN yo no sé usar esto — dijo y yo no dejaba de reír, verla como intentaba comer con los palillos es chistoso.

— Pues agarra el tenedor Liz, para eso está — rei nuevamente, seguimos comiendo entre plática y risa, pague la cuenta y nos fuimos a casa, ya eran casi las 10:00 de la noche, que, tanto tardamos.

— No pues si tardamos un buen — dijo mientras reía, yo abrí la puerta y parecía que estábamos borrachas, entramos y los chicos nos miraron raro.

— ¿Están tomadas? — pregunto Richard muy serio, nombre porque creían eso. Joel se acercó a mi ya que no parábamos de reír.

— TN, ¿tomaste? — me preguntó, me tranquilice para poder responder.

— Claro que no bobo, solo que fuimos a comer y en el restaurante Liz no sabía usar los palillos — volví a reír. — Hay ya, perdón — me calme.

— Creí que habían tomado. — dijo Richard, subímos a dejar nuestras compras y en eso me entró una llamada de mi papá.

— Hola papá, ¿Que quieres? —

— TN, mañana es la cena, por si vas a venir, nada le haría más bien a tu mamá que verte. —

— Claro, estaré pero por ella papá, recuerda que aún sigo molesta contigo. —

— Ya supéralo TN, espero mañana tu madre te convenzca de quedarte acá. —

— Lo dudo papá, ya te dije, tengo una vida aquí en Miami, no puedo dejar mi trabajo. —

— Eso lo veremos hija, cuídate. —

Colgó, odio que mi papá se meta en mi vida, ya tengo 23 años y el sigue queriendo meterse en mi vida, le marque a mi hermano para informarle.

— Paul, hola hermano. —

— Hola hermanita, que tal, ¿paso algo? —

— Es papá, quiere hacer todo para que yo regrese a la empresa, ayúdame, yo no quiero volver, tengo una vida aquí en Miami, amigos, un trabajo, no quiero regresar, aparte tu sabes porque no quiero regresar. —

— Si hermana lo se, yo convenceré a mi papá para que no regreses a la empresa, ¿vas mañana? —

— Si, lo haré por mamá. —

— Vale, tranquila ok, yo cuidaré de ti y ese infeliz nunca más volverá a tocarte. —

— Gracias Paul, te amo hermano —

— Yo más preciosa, descansa. —

Colgué, tenía a volver a México, no quería regresar y mañana iría solo por mi mamá, porque la amo y quiero verla pero aún no me siento segura en México.

— ¿Estás bien? — pregunto Joel tomando mi mano.

— Si, solo tengo que viajar mañana a México, ¿Me das permiso para ir? — le pedía permiso porque era mi jefe, aunque tuviéramos un "romance" no deja de ser mi jefe.

— Claro que sí hermosa, no tienes porque pedir permiso, ¿gustas que te acompañe? — pregunto, yo sonreí, claro que me encantaría ir con el.

— Claro que sí, me encantaría —

— Así conozco a mis futuros suegros — dijo y yo sonreí, que bonito era escuchar eso de el, no cabe duda que cada vez me enamoro más de el, es tan lindo, tan el.

— Iré a sacar los boletos. — me dió un beso y se fue, yo organice mi maleta, llevaría la ropa que traía para quedarme aquí en la casa de Joel, arme una maleta para el ya que me dijo que si se la podía hacer, después de unas horas el llegó y nos acostamos a dormir.

Al día siguiente nos levantamos muy temprano ya que nuestro vuelo era temprano, nos despedimos de los chicos y salimos hacia el aeropuerto, nuestro vuelo fue mencionado y nos fuimos, fueron varias horas de vuelo, llegamos al fin, fuimos a casa de mis papás y nos recibió Mayra, la señora que se encargaba de la casa.

— Hola mi niña, tanto tiempo sin verte, te hemos extrañado mucho — dijo, yo la abrace, también la extrañaba pero yo ya tenía mi vida.

— Hola May, te extrañe mucho, mira el es Joel, mi jefe. — dije, Mayra se acercó para abrazarlo.

— Mucho gusto señora, Joel Pimentel para servirle — dijo y yo lo mire con una sonrisa.

— Mucho gusto, que guapo eh, entren — entramos y ahí estaban mis papás, mi mamá corrio a abrazarme.

— Hija mía, te extrañe tanto. — dijo y fue inevitable no llorar, le aferre a ella y no quería soltarla, mi mamá era todo para mí.

— Mamá, no sabes cuánto te extrañe, te amo — dije tratando de calmarme pero era inevitable, mis lágrimas salían cada vez más.

— No llores mi cielo. — dijo, tardamos un rato así hasta que me calme.

— Mira mamá, el es Joel mi jefe. — dije presentando a Joel, ella lo miro y sonrió, lo abrazo.

— Hola, que guapo muchacho, soy Carla. — dijo y Joel solo sonrió.

— Mucho gusto señora, soy Joel Pimentel, es usted muy hermosa igual que su hija. — dijo y yo me sonroje, Joel siempre hacia que yo me pusiera nerviosa.

— Hay qué lindo muchacho. — Joel no quitaba su sonrisa, se acercó mi papá y nos saludo.

— Hola hija, tanto tiempo sin verte — dijo y me abrazo — ahorita que puedas vamos a mi oficina a hablar — me susurro, me separé de él y sonreí.

— Yo también te extrañe papá, mira el es Joel, mi nuevo jefe. — dije y al parecer mi papá lo conocía.

— Señor Sergio un gusto volver a verlo. — dijo Joel, cómo, se conocían, de dónde.

— Un gusto volver a verte Joel, te debo mucho, gracias a ti y a tu papá podíamos recuperarnos. — ¿Que? No entendia nada pero sabía que era algo bueno.

— TN, Joel nos ayudó cuando la empresa callo en quiebra, gracias a él fue que nos recuperamos, que bueno que ahora es tu jefe, el es un buen chico para ti eh. — dijo mi papá, acaso era bipolar, a veces no lo entendía.

— Claro que sí, gracias papá, nos quedaremos, mañana nos regresamos, ¿Tiene algún cuarto desocupado? —

— Si hija, el que era tuyo, ahí pueden quedarse. — dijo mi mamá. Subímos a dejar nuestras cosas, luego fui a ver que quería decirme mi papá.

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"Mi Secretaria" Joel Pimentel // TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora