Estaba al borde del divorcio y con mis facturas rebotando si poder ponerme al día mientras los intereses me comían. Lastimosamente había sido rechazado en diversos puestos de trabajo debido a mi baja experiencia laboral lo cual me obligo a mendigar por trabajo en diferentes grupos y redes sociales hasta que una empresa me contactó.
Era una chica, la cual me indicaba que estaban interesados en mi y que podría comenzar desde mañana si quisiera. Honestamente fue muy extraño para mi porque pensé que era una estafa pero mi desesperación me obligó a darles una oportunidad.
Cuando me dieron la dirección el lugar era muy céntrico y las oficinas estaban en uno de los edificios mas importantes de la ciudad. Mi esposa estaba muy feliz y yo no tenía idea que es lo que estaba haciendo.
Agarré mi viejo automóvil y me dirigí al edificio donde un guardia me esperaba para ayudarme a parquear en uno de los parqueaderos del imponente edificio. En ese momento con los nervios hasta la punta el guardia me dirigió hasta en ascensor donde con una sonrisa demostraba que hizo un buen trabajo.
El ascensor subía dos y diez, veinte, treinta pisos y no paraba hasta que afín se detuvo y las puertas se abrieron. Lo que vi me dejó con la boca abierta, pues el lugar estaba lleno de bellas mujeres con elegantes trajes de oficina que dejaban ver una belleza inexplicable.
Todas caminaban de un lado a otro mientras me regresaban a ver con una sonrisa, pues al parecer mi llegada les había llamado mucho la atención. En ese momento una hermosa chica de tacones altos se paró frente a mi y con una sonrisa me pidió que la acompañara.
Una vez llegamos a la sala de oficina dos chicas igual de atractivas me esperaban sentadas en una gran mesa de reuniones.
Las chicas eran encantadoras y no dejaban de hacerme sentir bienvenido mientras yo estaba completamente extasiado ante tanta belleza. El sueldo que me ofrecían era mucho mas de lo que yo necesitaba para sobrevivir y mi trabajo no era nada complicado.
Como sabrán era demasiado bueno para ser cierto y así lo fue pues todo se derrumbó cuando escuché las normas del lugar. Mi uniforme era el mismo que usaban todas las chicas del lugar y debía usarlo todo el tiempo que esté en la oficina.
Como consuelo me decían que podía quitármelo cuando salga de la oficina. Era algo de no creer y me llamaba la atención que sea el único hombre en el lugar y que para colmo deba usar ropa femenina.
- Pero, soy un hombre - Me expresé cuando me informaron las reglas.
- Tranquilo, te adaptaras.
Te daremos un traje que te convertirá en una de nosotras.
- convertirá? - pregunté
Yo en ese momento comencé a temblar porque todo era muy extraño y las chicas del lugar no dejaban de mirarme con una sonrisa.
El trabajo consistía en ser la secretaria de uno de los magnates que trabajaban en aquel lujoso edificio.
-¿pero porqué?, yo y no una chica
Es sencillo, el traje que tenemos solo funciona con hombres por distintas razones que en éste momento no podemos explicarlo.
Pero tu mismo te irás dando cuenta. Además, éstos magnates saben que tu no eres una chica.
Eres como un lienzo en blanco de experiencias y sensaciones.
Esta gente tiene mucho dinero y ha estado con las chicas mas hermosas del mundo pero llega un punto que quieren ir más allá.
Es donde entramos nosotras, mientras mas nueva, más cotizada. El morbo y el fetiche de ellos no tiene límites.
Y ese era el negocio. Un grupo de chicas atractivas especiales que trabajaban como secretarias para todo el edificio.
Justamente, entró un nuevo magnate a las oficinas y le ofrecimos nuestro servicio. El aceptó con todo gusto y por eso estas aquí.
Esta información que les doy es un secreto. Tuve que firmar papeles de confidencialidad y no podía decirle ni a mi propia esposa.
Yo en ese momento quería irme porque todo era muy extraño y yo no tenía planeado convertirme en una chica parecida a las de esa oficina.
Una de las chicas con una sonrisa me dijo que cuando acaban la jornada puedo regresar a mi vida normal siendo un chico y nadie notará la diferencia.
- Pero... - Miré a todas con una cara aterrorizada
- porqué yo
Nuevamente una de las chicas me respondió la pregunta.
-Los gerentes de este edificio no quieren a personas que disfruten su trabajo desde el primer día. Afuera hay mucha gente que desearía este trabajo y ese es el valor.
- Tu miedo e incertidumbre de algo que no lo harías pero la necesidad te obliga a hacerlo. Es muy difícil encontrar gente que acepte este trabajo y por eso pagamos muy bien.
- Te investigamos y cumples los requisitos
Mientras aquellas extrañas mujeres hablaban una de las chicas, escribió un valor en un papel. Mis ojos se abrieron como platos al ver la cantidad de ceros que había en ese valor.
Te investigamos y sabemos que vas a aceptarlo.
Me dieron la oportunidad de irme y no volver nunca mas pero si regresaba debía usar los trajes que ellas usaban. Yo no sabía que hacer, era una propuesta irracional.
Yo me levanté y me acompañaron a la puerta, en ese momento miraba a las chicas y no tenían nada masculino, todo era muy extraño.
Al llegar a casa mi esposa me esperaba con una sonrisa llena de esperanza y desesperación preguntándome como me fue. Sabía que si le decía que no todo se iba a ir al demonio y mi vida se arruinaría por completo así que en ese momento yo asentí con la cabeza y ella saltó de emoción.
Con cada noticia que le daba ella saltaba mas y mas mientras yo no sabía que hacer. Se hacía ilusiones de todo lo que podríamos hacer con mi sueldo y lo tranquilos que podríamos vivir.
Recuerdo que le había mentido sobre mi sueldo, pues el valor que me iban a pagar era irracional e increíble. Pese a que le quité un cero, mi esposa saltaba de la emoción.
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El traje de la secretaria
FantasyEn desesperación por encontrar un nuevo trabajo Jorge se aventura en una extraña propuesta de una pequeña compañía de hermosas secretarias donde sería la asistente de un importante hombre de negocios. Un traje hechizado que algunos ya conocen se enc...