decepción

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Por un momento pensé, en qué momento dejé que un hombre que apenas conozco me tenga agarrada con su miembro dentro de mí. Se supone que soy un chico y eso no debería pasar tan fácilmente.

Mientras pensaba en eso los fluidos de Miguel acariciaban una parte de mi traje, pues no había pasado de la fase 3 y mis panty medias prácticamente cubrían la mayor parte de mis piernas en ese momento.

Debido al calor del momento no me percaté que tal vez sí me las hubiera bajado un poco más, no estaría preocupada en ese preciso momento.

Debía devolver el traje y si encontraban fluidos masculinos en mi traje, iba a ser descubierta y probablemente sea despedida.

Miguel al notar mi preocupación, me pidió que lo esperara en la bodega mientras él buscaba unas nuevas.

No sabía si en ese momento él se preocupaba por mí o por la gran suma que tenía que pagar si nos descubrían.

Cuando Miguel salió y me dejó sola en la bodega, podía sentir la viscosidad de lo que pasaba en mi entrepierna mientras me retiraba las pantimedias para esconderlas en mi bolsillo.

Ahí estaba yo, pasé de cero un hombre heterosexual con una hermosa esposa Y probablemente un feliz matrimonio a estar sentada en una fría bodega intentando solucionar los fluidos de un extraño hombre que salían de mí.

Por un momento tuve un pequeño destello en el que tal vez podría quedar embarazada de Miguel. No niego que en ese momento dejé salir una sonrisa mientras me imaginaba cómo sería formar una familia con él.

Estoy segura que si alguien me hubiera visto, hubiera pensado que tenía retraso mental pues estaba completamente ilusionada con Miguel y nada podía detenerme.

Recuerdo que pese a que cambié mis pantimedias, el terror se apoderó de mí y me fui directo a casa sin pasar por el cuarto de purga.

Era la primera vez que salía de la oficina siendo una chica. Estúpida mente había olvidado que era ina mujer y no podía verme así.

Era de noche y estaba sola manejando por las calles siendo una chica. Recuerdo que al poco tiempo tuve que quitarme los tacones para poder manejar de una mejor manera.

El sol aún no se escondía pero ya comenzaba a oscurecer. En ese momento recuerdo que una camioneta pasó al lado mío y dentro de ella había un grupo de chicos que no dudaron en mirarme con un fuerte deseo.

Algunos solo me miraron y otros dejaban salir palabras y frases que en mi vida había escuchado siendo un hombre.

En ese momento por primera vez me sentía completamente indefensa ante cualquier situación y solo pensaba en Miguel.

No estaba muy lejos de la oficina, así que decidí regresar a la oficina para poder cambiar en el cuarto de purga.

Cuando ya estaba a punto de entrar al edificio pude notar que Miguel salía en un lujoso auto deportivo.

Recuerdo que esperaba que Miguel me regresé a ver pero fue imposible Y peor aún con el auto viejo que llevaba.

En el corto tiempo que tenía todo mi cuerpo me obligaba a seguirlo mientras mi razón sabía que no era una buena idea y que debía ir al cuarto de purga.

El auto de Miguel se puso justo atrás mío y yo podía entrar al garaje o seguirlo. Lo más inteligente era seguirlo pero, qué les puedo decir.

Era una chica ilusionada esperando poder dar una sorpresa. Recuerdo que lo seguí por varios minutos. Tal vez fue una media hora o 40 minutos.

Él vivía en una zona muy exclusiva apartada de la ciudad. O eso es lo que creo ya que antes de llegar a su casa, una mujer salió de una lujosa tienda mientras Miguel le abría la puerta para hacerla subir.

El traje de la secretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora