Primer día

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Al otro día me levanté temprano y me dirigí al mismo lugar donde fui recibido de la misma manera, solo que esta vez al llegar una de las chicas se subió al ascensor y lo cerró diciendo que estaba prohibido subir ahí sin antes cambiarme. presionó el botón del ascensor y bajó un piso.
Una vez abajo aquella chica me llevó a una habitación donde estaba un traje común. La verdad no tenía nada especial o igual al que usaban las chicas.

De cierto modo eso me tranquilizó ya que no esperaba usar una falda que muestre casi toda mi pierna como lo hacían las chicas de ese lugar, suponía que era por ser nuevo. 

La falda era larga, al igual que la chaqueta. Alado del vestido habían accesorios como la peluca, pechos y caderas falsas.

Amablemente la chica me ayudó a colocarme todos los accesorios.

Esta vez lo hago yo pero la próxima tendrás que hacerlo tú sola. - la chica me daba el traje y se apartaba.

En ese momento recuerdo que con nervios y torpemente pude colocarme todo pero lo había hecho en 15 minutos. Lo más difícil en ese momento fue deslizar las pantimedias en mis piernas pues para lograrlo había roto un par de ellas.

Una vez pude colocarme el traje. Frente a mí estaban unos tacones de 5 cm esperándome.

Recuerdo que mi pie a duras penas entraba en dicho tacón pero en cuestión de segundos mi pie se iba acomodando en él hasta calzar perfectamente.

A partir de ese momento comencé a entender que el traje no era común. La chica del lugar era muy amable y me pudo esperar. Una vez salí del vestidor me llevó a una mesa con un espejo y me pidió que usara el maquillaje.

Yo la miré sin entender lo que pasaba, y ella con una sonrisa me dijo.

- Sigue tu instinto

Yo sin entender me senté frente al espejo y agarré el maquillaje. Era como si siempre hubiera sabido cómo funcionaba pero en ese momento pensé que era algo fácil mientras recordaba cómo lo hacía mi esposa.

Al acabar quedé igual o mejor que mi esposa cuando se maquillaba, claro que mi rostro era masculino. Era algo que no entendía y mi frágil mente lo justificaba como si fuera algo fácil para cualquier persona.

- Estás lista - La chica me llevó hacia el ascensor.

Era muy extraño usar ropa femenina, pues la tela era suave y las pantimedias provocaban una curiosa sensación al rosar con la falda que llevaba en ese momento, los pechos falsos y las caderas si estorbaban pero el dinero hacía que todo valga la pena.

Finalmente con pasos torpes mientras me adaptaba a la falda pude llegar hasta el ascensor y subí a un piso que no conocía. En aquél piso había gente igual que yo.

Todos tenían rasgos masculinos y sus trajes eran igual de holgados. La chica me llevo a mi cubículo y frente a mi estaba la foto de un hombre.

El es tu nuevo Jefe, todos los días tienes que venir aquí y preparar todo lo que vas a hacer en el Día. Mínimo debes estar una hora aquí, una ves acabe el tiempo puedes subir a nuestras oficinas para encontrarte con tu jefe y continuar con tus labores.

En ese momento, pude sentir un poco de tranquilidad y apenas se fue la chica comencé a revisar todas las indicaciones de la computadora. La verdad no eran difíciles pero si requería tiempo para adaptarme. A los pocos minutos pregunté a uno de mis compañeros donde estaba el baño y me dirigí hacia el.

Al llegar levanté la tapa del inodoro y con un poco de dificultad pude levantar mi falda y bajar mis pantimedias para poder sacar mi miembro para orinar.

En ese momento mi miembro era mas pequeño de lo normal pero asumí que era por los nervios del momento. Una vez en mi escritorio me puse a revisar toda la información. El tiempo pasó volando y cuando me di cuenta ya había pasado una hora.

En ese momento me levanté y noté que todos mis compañeros ya no estaban. Todos eran chicas e inmediatamente pregunté a mi compañero dónde estaban todos. Recuerdo que apenas dejé salir mis primeras palabras me detuve abruptamente y me tapé la boca.

 Recuerdo que apenas dejé salir mis primeras palabras me detuve abruptamente y me tapé la boca

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Hice un poco de carraspeo e intenté hablar nuevamente. Mi voz sonaba como la de una chica y mi compañero se veía como una chica. En ese momento comencé a asimilar que tal vez nadie se había ido y yo era parte de las chicas que estaban en el lugar. 

Con mis manos toqué mi cuerpo sintiendo mis pechos, los cuales se supone que eran falsos pero podía sentir perfectamente cada uno de mis dedos mientras por primera vez sentía lo sensibles que podían ser mis pechos. 

Completamente asustado vi a mi compañero y él como una sonrisa me pidió que me tranquilice.

- El traje hace toda la magia. - Mi compañero se expresó

- Supongo que es tu primer día.
-Hay muchas cosas que no sabes de éste trabajo.

- Esto es sólo el inicio.

Mi nombre es Daniela - mi compañero levantó su mano para saludarme.

- Es hora de irnos - Daniela se expresó mientras se levantaba sin antes revisar su maquillaje.

¡Vamos! - Daniela me gritó mientras se alejaba

 Yo completamente confundido me levanté y lo seguí hasta el ascensor donde estaban los demás. Al llegar todos se dirigieron a otros cubículos mucho mas elegantes y modernos.

Nos vemos al almuerzo - Daniela se despidió mientras se dirigía al cubículo.

Una de las chicas me tomo del brazo y me guío a mi cubículo. En aquel lugar la foto de mi jefe estaba como fondo de pantalla.

Cuándo lo vi, por un momento me dio una sensación familiar. Cómo si fuera mi amigo o algo así. Una vez me senté en mi silla una de las chicas llevo a mi nuevo jefe al cubículo, sentí una fuerte corriente en todo mi cuerpo con solo tenerlo cerca y eso me asusto.

Ella es karla y será tu nueva secretaria. - la chica se expresó mientras me apuntaba con la mano.

No tenía idea de cual era mi nombre y ahora ya tenía uno.

- El es Miguel, tu nuevo jefe - La chica apuntó a mi jefe.

- Tímidamente levanté mi mano y Miguel la agarró con confianza.

- Tienes razón - esto es interesante - Miguel se expresó hacia  con una cara de emoción.

- Su cara de terror hace que todo valga hasta el momento - Miguel bromeaba.

- Por favor acompáñame a mi oficina. - Miguel tomó mi mano y como si fuera su hija me levanté sin oponerme a nada.

Por favor, le recuerdo las reglas para mantener una experiencia positiva - La chica se expresó indicándole a Miguel.

Mañana quiero verte con lentes. Me parece atractivo - Miguel se expresó con seriedad.

Al llegar a su oficina, el lugar era un sueño. Aunque era pequeña, tenía un ventanal gigante que daba una visita espectacular a toda la ciudad. En su oficina, había un pequeño escrito para mi junto a su escritorio. Yo estaba completamente asustado y solo quería que el día acabe.

Miguel me mostró la oficina y me invitó a sentarme para explicarme en que consistía el trabajo. Debía agendar y programar todo lo que iba a hacer en el día. De vez en cuando por requerimiento de las oficinas de las secretarias, debía bajar a mi cubículo para continuar con mi trabajo.

El traje de la secretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora