Sonata levantó una ceja al ver que Adagio y Aria entraban por la puerta. Notó que ambas iban tomadas de la mano, lo cuál, era algo poco común en ellas.
Pero no le dió importancia.
Sonata: ~¡Bienvenidas!~ -saludándolas.
La peliturquesa se acercó a sus dos compañeras y las abrazó cariñosamente.
Las dos sirenas se sobreexaltaron un poco por el efusivo saludo pero correspondieron el abrazo casi al instante.
Adagio: Hola Sonata. Me alegro de verte. -separándose.
Aria: Hola. -saludo mirando para un costado.
La peli turquesa sonrió y las observó por unos segundos. Notó varios detalles en la ropa de Aria.
Algunas partes estaban un poco arrugadas y su pelo un poco despeinado. Además, tenía las mejillas un poco rojas.
Sonata: Hmmm. Así que en verdad se divirtieron sin mí. -pensó
La peli azul se acercó a Aria y comenzó a acariciarle la mejilla. La peli violeta se sonrojó un poco, disfrutando del toque.
Sonata: ¿Dónde estaban? Seguro estaban divirtiéndose sin mí. -tocándole la mejilla a Aria con su dedo índice.
Aria: B-Bueno... -cruzándose de brazos.
Sonata se extrañó un poco. Aria estaba...increíblemente dócil.
¿Acaso Adagio le había hecho algo? Normalmente Aria no le dejaría espacio a Sonata para avergonzarla.
Aria: C-creo que... -con los labios temblando.
La peli violeta miró a Adagio de reojo, buscando ayuda. La líder hizo un gesto con su mano para restarle importancia.
Adagio: Bah, tonterías. Jamás nos divertiríamos sin tí, Sonata. -acercándose a su rostro.
Sonata: ¿Oh? ¿Es eso realmente cierto? -preguntó con una sonrisa divertida.