Turn Around, When Possible - Haikyuu

28. Adolescentes imprudentes

Yasufumi Nekomata
Sábado, 14:20

Desde que Kenma, Kuroo, Lev y dos chicos de Fukuroudani regresaron de su retiro en la habitación, las cosas se han vuelto ruidosas e inquietas. Mientras que los entrenadores antes podíamos mantener a los equipos ocupados y distraídos de la desaparición de Karasuno con pequeños partidos y comida, ahora se están volviendo extremadamente inquietos.

Comenzó alrededor de la una y media, cuando los cinco jóvenes se acercaron a Oikawa, capitán de Aoba Johsai. Solo pude escuchar algunos susurros entre los chicos. Al principio solo pensé que estaban haciendo amigos; eso sucede durante campos de entrenamiento como estos. Es por eso que algunas charlas inocentes entre los adolescentes realmente no me preocuparon al principio.

Pero fue entonces cuando escuché que se intercambiaba el nombre "Karasuno".

Por eso sé que, cuando más temprano que tarde, todos los equipos se reunían para tener una gran reunión en el dormitorio, tenía que ver con la desaparición de Karasuno; algo que pensé que solo nos tenía nerviosos y preocupados a los entrenadores. Aparentemente, a los niños no se les pasó por alto que no les dimos ninguna información sobre el equipo extremadamente retrasado. Lo hemos hablado, yo y los entrenadores de Aoba Johsai y Fukuroudani. Mientras pensábamos que estaríamos tomando tazas de café mientras charlamos sobre los resultados de los partidos, en cambio, la desaparición de Karasuno ha sido el tema principal de nuestras conversaciones.

Queríamos contarles a los niños todo lo que sabíamos esta mañana, pero, francamente, ninguno de nosotros sabía nada; Los capitanes de Aoba Johsai, Nobuteru y Sadayuki, ni siquiera los vieron, incluso cuando probablemente recorrieron la misma distancia y usaron algunos de los mismos caminos. Habían escuchado que Karasuno se había ido un poco antes que ellos, así que pensaron que esa era la razón por la que no se cruzaron, pero cuando llegaron aquí mucho antes que el club de voleibol de la escuela vecina, las cosas no cuadraron.

En cuanto a Takeyuki, entrenador en jefe de Fukuroudani; obviamente no escuchó nada del equipo mucho más pequeño, especialmente porque ni siquiera conoce tanto al joven Ukai y Takeda.

Conozco a Keishin, y aunque sabe que no tiene que enviarme mensajes de texto porque, al igual que su padre, no sé nada sobre teléfonos móviles. También sé que me llamaría a mí, o al menos a su abuelo, si pasaba algo. Aunque no lo hizo; Hablé por teléfono con Ikkei anoche, pero no había sabido nada de Keishin. No por horas.

Y yo tampoco.

Lento pero seguro, es normal que las preocupaciones comiencen a aumentar. Preocupaciones en la mente de nosotros, los entrenadores, pero también para los niños; este es su equipo rival del que estamos hablando. Un equipo contra el que Aobo Johsai y mi propio equipo ya han jugado partidos. Once niños y dos entrenadores apenas adultos que desaparecieron durante la noche seguramente asustarán a estos adolescentes desprevenidos, así como a nosotros, los adultos.

Y asustándome y preocupándome, seguro que lo hace.

Estaba escribiendo el número de teléfono de Keishin en el único teléfono fijo de la escuela de nuevo, por docenas de veces en las últimas horas, cuando tres equipos de niños irrumpieron en el gran gimnasio con mucha conmoción. Ya no están susurrando sobre Karasuno como lo habían hecho esta mañana. En cambio, están hablando en voz alta, expresando sus preocupaciones sobre el equipo desaparecido y sus dos entrenadores.

Al principio, no estoy seguro de lo que quieren de nosotros, de verdad; no están pidiendo información. No es que tengamos ninguno. Solo están hablando de ellos, de dónde podrían estar, mientras forman grupos.

En medio de todo el caos, Kuroo logra llamar mi atención caminando directamente hacia mí. Tan pronto como está lo suficientemente cerca como para escucharlo hablar, dice: "Vamos a buscarlos".

"¿Qué?" Lo escucho, simplemente no entiendo lo que quiere decir con eso.

Los ojos de Kuroo son serios, su expresión severa, cuando me pregunta en voz alta: "Entrenador, por favor concédanos permiso para iniciar una búsqueda legal del club de voleibol de Karasuno".

Le frunzo el ceño. No porque esté loco, porque no lo estoy, sino porque estoy confundido; un equipo está desaparecido desde hace un par de horas, no días o semanas, y quieren iniciar una búsqueda. Una búsqueda legal y administrada. “Kuroo, no sé si-“ Tomo una respiración profunda y niego con la cabeza; No debería ser demasiado duro con él. Después de todo, es solo un adolescente, y los niños de su edad tienden a reaccionar exageradamente; hacen cosas como exagerar a tres equipos completos para que piensen que necesitan iniciar una búsqueda cuando no es necesario. Ese no es su trabajo. “Tenemos policías para eso, lo mejor que podemos hacer es informarles y esperar”.

“Ya lo hemos hecho”, murmura Kenma. Ni siquiera sabía que él estaba detrás de Kuroo, pero, de nuevo, tampoco sabía que Kenma de todas las personas se preocuparía por algo como esto.

“Y necesitan más tiempo”, agrega Kuroo. “Tiempo que tal vez no tengamos”.

"Kuroo, no pensemos demasiado en el futuro cuando no sabes-"

“Entonces,” me interrumpe Kenma, ignorando por completo lo que estaba diciendo. “Vamos a buscarlos”.

Aprieto los dientes, tratando de averiguar qué decirles. En todos mis años como entrenador de un equipo lleno de adolescentes rebeldes, nunca tuve que disuadirlos de iniciar una búsqueda. Nunca he tenido que cerrar una idea absurda que podría convertirse en una buena idea que salva vidas.

Bajo mis ojos a mi teléfono. Mi dedo permanece sobre el botón de llamada, listo para intentar llamar a Keishin nuevamente.

No sé qué decirles a estos niños, pero mis instintos me dicen que todo estará bien. Pero, de nuevo, mis instintos podrían estar equivocados y los de ellos podrían estar en lo cierto. Y Ikkei-

Trago saliva, sabiendo que Ikkei me matará si no hago literalmente todo lo que pueda para proteger a su nieto; Puede que sea demasiado terco para admitir que ama al niño, pero sé a ciencia cierta que lo hace.

Vas a llamar una vez más. Me digo a mí mismo, antes de presionar el botón de llamada.

"¿Q-Qué estás haciendo?" Kuroo pregunta, confundido.

No respondo, en cambio escucho el sonido del teléfono tratando de conectarse.

Y si no contesta...

Espero un segundo más a que se restablezca la conexión.

“El número que has marcado no está en servicio”, me dice una vez más la voz robótica de una mujer.

Miro a Kuroo y Kenma que esperan ansiosamente una respuesta. Asiento con la cabeza y levanto la voz para que todos puedan escucharme mientras anuncio: "Estamos oficialmente iniciando una búsqueda del club de voleibol de Karasuno".

La gente vitorea y grita, como si les dijera que ganamos una guerra, mientras que en cambio les permitiré hacer algo peligroso. Algo que posiblemente podría terminar en tragedia y un trauma que pondrá en riesgo la vida de todas estas docenas de niños. Pero lo habrían hecho de todos modos.

Lo habrían hecho por el equipo rival, por las personas como ellos que podrían estar en una situación terrible en este momento. Y lo haré por esos niños también. Para los once de ellos.

Y haré todo esto, si eso es lo que se necesita para devolver al nieto de mi querida amiga a un lugar seguro nuevamente.

Continuará…