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Dos días después.

Mauro llamó desde su celular a su amigo Valentino, por la razón de no haberlo visto en la facultad.

-Hola.

-¡Valen! Soy yo, Mauro.

-Sí, Mau. Vi el nombre del contacto.

El rubio levantó una ceja.

-¿Por qué no fuiste a la facu? ¿Estás bien?

-Sí. Mauro... dejé la facultad.

Abrió los ojos como platos.

Sin duda no lo esperaba.

-¿¡QUÉ!?

-Eso... y agradezco que me hayas llamado, así aprovecho y te digo algo.- Suspiró. -Necesito que no me hables nunca más, ¿Sí?

-¿¡Q-qué!? ¿¡Por qué!?

-Porque mi papá me lo prohibió. No quiere que esté junto a un...

-¿¡SOS JODA!?- Se puso de pie. -¿¡No querés hablarme más porque soy gay!?

-No es que quiera... es lo que tengo que hacer. Si no mi papá me va a echar de casa, Mau. Por favor entendeme.

-¡No es justo!

-Ya sé. Puf, decimelo a mí.- Bufó. -Pero no me queda otra, Mau.

-¡Pero Valen...!

-Mau, sos una de las personas más lindas que conocí, y una de las únicas que creyó en que quería cambiar mi forma de ser. Yo te agradezco mucho lo bueno que sos conmigo, de verdad. Pero no puedo seguir hablando, va a escucharme mi viejo...

-Valen por favor, vení a mi casa y charlamos bien. Esto no tiene sentido.

-No, Mau. Gracias pero no. Te quiero caramelito, sos el mejor amigo que tuve.

-¡Pero...!- La llamada simplemente se cortó.

-¡La concha de mi madre!- Maldijo el rubio, estampando el celular contra el sofá.

-¡Ay hijo! ¿Qué son esos gritos?- Fernanda bajó las escaleras con un gesto de preocupación.

Mauro suspiró.

-La gente es una mierda, mamá.- Sus ojos se aguaron.

La mujer se acercó y lo abrazó.

...

Monzón estaba dormido apoyando su cabeza en las piernas de Tiago, quién permanecía sentado en el sillón de la casa del rubio.

-¿Entonces este chico no está enamorado de Maurito?- Preguntó Fernanda, estando sentada frente a los chicos en otro sofá.

Tiago negó, acariciando suavemente el cabello de su novio.

-No, Fer. Eso pensaba yo... pero al final fue una confusión. Valentino solo quería ser amigo de Mau... pero... el papá de él se enteró que... que Mau es gay entonces... como es un hijo de puta, le prohibió volver a verlo.

Fernanda abrió grande los ojos.

-¿Sólo por eso?

Tiago asintió, decepcionado.

-Lamentablemente la gente homofóbica sigue existiendo. Yo ni lo puedo creer. Será que estoy rodeado de gente demasiado perfecta.

La mayor sonrió.

-Estás rodeado de gente con un cerebro actualizado, Tiaguito.

Ambos se quedaron en silencio, admirando la belleza del dormido.

-No sabía que... que Mau ya se había identificado como... como totalmente gay. -Dijo Fer, para romper el silencio.

Tiago miró a la mayor y después al chico en cuestión.

-Siempre tuve el presentimiento de que a Maurito no le gustaban las mujeres. Siempre volvía con una anécdota fea con alguna de la escuela... pero nunca se le dió por fijarse en los hombres... a mí me evitó todo lo que pudo.- Rió.

La mujer sonrió.

-Pobrecito mi bebé estaba asustado... Me imagino que debe ser difícil aceptar algo cuando no sabes si tu propia familia lo va a aceptar.

-Es re difícil... Pero por suerte se dió cuenta bastante rápido de que no importa el resto...

-Mejor así... se lo ve tan bien junto a vos, Tiaguito. Te juro que nunca lo ví tan feliz, tan contento, tan sonriente. No necesita ni sonreír para que se le note la felicidad que lleva. Es tan tierno mi hijito... yo te agradezco tanto por hacerlo feliz mi yernito... puedo asegurarte yo misma de que sos el amor de su vida.

El morocho sonrió de oreja a oreja.

-No sabes lo feliz que estoy yo, Mau es la mejor persona del mundo, Fer. Encima es hermoso. No puede tener esos ojos, gil...- Dijo acariciando la cien del rubio.

Ella soltó una risita.

-Los sacó del padre...- Musitó.

Tiago la miró y tragó saliva.

-¿Él no sabe lo que pasó con Mariano, no?

Fernanda negó avergonzada.

-Nunca pude contarle... pero creo que es innecesario. No quiero que sepa de ésto...

-Está bien, Fer, tranquila. Yo... Hubiera preferido que Sebastián se hubiera ido de mi vida muchísimo antes. Hubiera preferido no enterarme de su existencia.

Silencio...

-¿No lo viste más?- Preguntó ella.

-No, y espero no volver a verlo nunca más en mi vida. Si se entera que... que tengo novio... me mata a mí y a mi amor.- Miró al rubio.

-Tranquilo, no creo que vuelva a aparecer.

-Espero.













Pobre Mauro JAJAJAJ no pega una

"Como de telenovela" | «Litiago»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora