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Mauro estaba conociendo a un chico en la facultad, ya que se había quedado sin amigos literalmente.

Primero la loca mental de Soledad, y después Valentino, que se fue de un día para el otro.

Todo parecía ir bien con este chico, llamado Ramiro.

—Hola amigo.— Dijo Mauro al verlo en la facultad.

—Hola pa, ¿Qué onda?—Dijo él. Hicieron un choque de puños.

—Todo bien, ¿Vos?

—Bien.— Sonrió. Abrió su casillero y sacó un gran libro. —Eu, ¿Sabes cuál es la página que hay que usar para estudiar esta materia? —Le entregó el libro a Mau.

Él sonrió y soltó una risita.

—Tenés que estudiarte y saberte todo el libro, bobo. Así es la facultad.

—¿¡Qué!?

Mauro volvió a reír.

—Sí tarado, no estamos en la secundaria que te dan una hojita para resolver las actividades. Acá te tenés que saber todo el libro para aprobar.

—No puede ser.— Miró el libro asombrado.

—Sí. Imaginate que en carreras como Medicina, tenés que estudiarte mínimo veinte libros iguales a esos para cada materia. En marketing es mucho más leve, no hay taaanta teoría.

Ramiro siguió asombrado.

—La gente que estudia medicina está muy mal.— dijo

—Un poquito.— Rió.

El otro chico (pelirrojo natural) guardó el libro y cerró la puerta del casillero.

Pero rápidamente, se giró y miró hacia algún lado de golpe.

—¿Qué pasó?— Dijo Mauro.

—Shhh.— Se le acercó y susurró: —Esa es la piba que me chamuyo por Instagram.— La señaló disimuladamente.

Mauro puso un gesto serio.

—¿Cómo que por Instagram? ¿Y por qué no le vas a hablar ahora?

—¡Porque no! Es una locura. Hay amores que son solo por internet, Mau.

—Eso es una boludez. Así el amor no avanza, rama. Anda a hablarle como una persona normal.

—Ni loco… Che, ¿Y cómo sabés cómo avanza el amor?

Mauro sonrió.

Su amor.

—Porque lo sé, amigo.

—Uuuuuh, jodeme que tenés novia y yo ni enterado. Contame pedazo de gil.

Mauro rodó los ojos y soltó una risita.

—No tengo novia Rami.

—¿Ah no? ¿Y cómo sabés entonces? A mí siempre me dió vergüenza hablarle a las chicas que me atraen en persona. Siento que me voy a trabar al hablar o… o que de la nada mis piernas van a dejar de funcionar y voy a caer al suelo.

—Ey, ¿Saliste de un dibujito animado? Ramiro, esto es la vida real y en la vida real tus piernas no dejan de funcionar de la nada. Lo mejor que podés hacer es hablarle, amigo.

—Ay no sé…

—Imaginate si alguien le habla primero que vos y ella se olvida de todo el amor que te tenía.— Se burló levemente. —De verdad te digo, no sigas perdiendo el tiempo boludo. Si te gusta de verdad, hablale ahora.

"Como de telenovela" | «Litiago»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora