Capitulo 1: Así empezó todo

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Enero de 1970, a las 4:03 PM, en Brasil.
En una colina llena de árboles y vegetación, un niño indefenso corría, siendo perseguido por una enorme criatura con forma de araña, que bajaba la colina con el propósito de devorarlo. El niño, con las pocas fuerzas que aún le quedaban, corría entre lágrimas, sacadas por el miedo. Tropezó con una roca y cayó cuesta abajo, golpeándose la cara al impactar contra el suelo. Sus lentes cayeron junto a él, y se podía ver una herida en su cabeza, que parecía haber sido causada antes de la caída.

Impotente, el niño solo podía gritar:
—¡Ayuda! ¡Ayuda!

Pero no parecía llegar nadie. La criatura abrió su enorme boca, mostrando sus dientes afilados, lista para devorar al niño de un solo bocado. De repente, una voz resonó desde el cielo:

—¡Oye, grandote! —dijo la voz.

Un extraño conejo cayó del cielo, con una de sus patas envuelta en un abrasador fuego, golpeando a la criatura con gran potencia. La criatura salió volando hacia unos árboles, cayendo noqueada, tal vez muerta.

—¡Eso fue increíble! ¡Venciste a esa cosa de un solo golpe! —dijo el niño.

—Jaja, no fue gran cosa. Eso le enseñará a no meterse con los inocentes —respondió el conejo.

—¡Muchas gracias, Señor Conejo! De verdad, estoy muy agradecido —dijo el niño.

—Llámame Crocro. Mmm... Niko, ¿cierto? —dijo Crocro.

—¿Niko? ¿Ese es mi nombre? —preguntó el niño.

El conejo señaló la palabra Niko bordada en la esquina de su ropa. Tal vez ese fuera su nombre, o quizás solo una intuición.

—Espera... ¿No sabes tu nombre? ¿Y dónde están tus padres? —preguntó Crocro.

—No, no sé. No recuerdo nada. ¿Qué pasó? —respondió Niko, confundido.

Crocro observó la boca de la criatura, llena de sangre, y luego miró la herida en la cabeza del niño. Aunque la sangre ya había dejado de salir, la herida parecía profunda.

(Oh, Dios mío, este niño perdió a sus padres y ni siquiera es capaz de recordarlo... No tengo el corazón para decirle tal cosa) —pensó Crocro.

—¿Señor Crocro? —dijo Niko.

—Oye, niño, ¿qué te parece si yo te cuido hasta que podamos encontrar a tus papás? —propuso Crocro.

—Oh, bueno... está bien —respondió Niko.

—¿Recuerdas algo más? ¿Un segundo nombre? ¿Un apellido? —preguntó Crocro.

—Cruz —dijo Niko.

—¿Cruz? Eso me suena a un apellido. Supongo que tu nombre será... ¿Niko Cruz? —comentó Crocro.

—Oh, entonces soy Niko Cruz. Sí, ese soy yo —dijo Niko.

—Bueno, Niko, tenemos mucho tiempo para conocernos. Vamos —dijo Crocro.

En esa colina, se selló el destino de Crocro y Niko, comenzando una gran odisea que cambiaría la vida del niño.

Lejos, en un bosque de árboles muertos
con un olor extraño en el aire y solo una cabaña distinguible entre la vasta tierra seca, dos individuos se encontraban en medio de algo extraño:

—Mi señor, se ha completado la recarga del arma, como usted quería —dijo una coneja rosa.

—Excelente. Ahora el plan puede comenzar —respondió una criatura.

Una enorme máquina adornaba el lugar, con tecnología extraña y una punta al final, que parecía un rayo.

—Zhe'care... —dijo una voz en la oscuridad de la habitación.

Cross Odyssey parte 2: Hijo de HombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora