Capítulo X - INTRUSO

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Miércoles, 16 de octubre de 2024

Gretchen me miraba fijamente, mientras el reloj en su cuarto sonaba con el molesto tic tac que solo volvía todo más tenso.

¿Quien le coloca un reloj así a una niña?

Tenía que ser tu hermano

Mi sobrina no decía nada, solo me miraba con esos ojos grises idénticos a los de su padre, y aunque la niña estaba próxima a cumplir dos años, en ese momento Gretchen me pareció mayor de lo que era.

—Anda Gretchen, dile a tu tía Eve lo que soñaste—Le dijo amorosamente Gracie, la niña ni siquiera volteo a mirarla, pero si gateo por su cama hasta la esquina en donde yo estaba sentada y me miró directamente a los ojos.

—Muerte—Susurro, sentí los dedos de mis manos entumecerse—. Muy feo, tía, tú caías, luego tío Gunter caía, y sangre mucha sangre—Su respiración se aceleraba a medida de que hablaba—. Explosiones, fuego, había mucho fuego, mucho ruido—La pequeña se tapó sus orejitas con sus manos, hizo un puchero mirándome y procedí a abrazarla sintiendo un nudo en mi estómago y el corazón acelerado.

—Ya pasó, fue solo un sueño, no nos pasará nada a tío Gunter y a mí—Ella asintió en mi pecho—. Lo prometo…—Susurré, creo que más para mí misma que para mi sobrina.

Si ese sueño no fuese tan específico en lo que estamos metidos en este momento posiblemente no me pondría tan nerviosa, pero después del rollo en el que nos hemos metido, todo me parece una advertencia.

Después de todo, ¿Por qué mi sobrina soñaría con explosiones? Además ¿Caía Gunter y luego yo? Era un poco confuso…

Íbamos caminando hacia nuestra casa, los ciudadanos de Ledus cada cuánto nos sonreían y nos saludaban, respondiamos a sus saludos mientras ambos estábamos sumidos en nuestros pensamientos.

—Pasemos por qué Mary—Le dije a Gunter que iba caminando con las manos en sus bolsillos y mirando al suelo, me miro por un segundo antes de asentir. Fuimos directo a la casa de Mary, ya estaba anocheciendo, toqué el timbre y lo primero que escuche fue la voz de Adelaide.

—¡MAAAA ESTAN LLAMANDO EN LA PUERTA!—Gritó, Gunter soltó una risita baja que me hizo sonreír.

Mary abrió la puerta vistiendo un largo vestido blanco que lo cubría un gracioso delantal de Cenicienta, contuve una risa que obviamente Gunter no pudo.

—¿Cenicienta, en serio?—Se rió entre dientes, Mary enrojeció de pies a cabeza

—¡Oye, tío, está bonito el delantal de mi mami, no te burles!—La defendió Ade lo cual hizo que Gunter se riera más.

¿Pero que mosca le picó a este amargado? Ya parece Sivor

—Esoo, no te burles de mi delantal, envidioso—Le dice Mary

—¿Envidioso? ¡Jamás en mi vida me pondría un delantal tan ridículo!—Dijo solemne mi tierno esposo

Diez minutos más tarde estábamos en la cocina con Mary haciendo galletas y Gunter llevaba un delantal de La sirenita.

Gunter amasaba con el ceño fruncido amargado porque Adelaide lo hizo ponerse el dichoso delantal.

—No me pagan lo suficiente por esto—Dijo malhumorado

—¡Usted amasele!—Le ordenó Ade, haciéndome reír, ganándome una mirada de muerte de Gunter.

Aproveche que ambos estaban distraidos para alejarme con Mary y hablar de lo que me tenía la mente intranquila. Todo el tema de Gretchen me tenía los nervios de punta, y sabía que Mary tenía conocimientos sobre el tema.

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