En donde el camino de Destiny Dearbon vuelve a cruzarse con el de los hermanos Winchester y desata el infierno en su vida.
| SUPERNATURAL X OC.
| Sam Winchester x OC.
| Temporadas 1 a 5.
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Otras tres semanas pasaron hasta que Dean terminó de reparar el Impala por completo y él y Sam se fueron de casa de Bobby, listos para seguir la carretera en busca de casos que resolver y personas a las que ayudar. El negocio familiar, comentó Dean con un raro buen humor. A Destiny le pareció extraño, pero no dijo nada, intentando disimular tan bien como pudo la tristeza que sentía de que los chicos se marcharan luego de un mes viviendo juntos. Sam le prometió que se mantendrían en contacto, tomándole la barbilla gentilmente, sonriéndole cariñosamente. Ni Bobby ni Dean hicieron preguntas, dejando que su momento acabara, y luego los chicos se fueron.
Sam cumplió su palabra y mantuvieron una buena comunicación a pesar de que iba de una ciudad a otra con Dean, sin el tiempo para pasar por Sioux Falls, y nunca imaginó qué la próxima vez que lo viera, no sería realmente él.
—Entonces, ¿es un demonio? —preguntó, observándolo atado a la silla ubicada frente a la chimenea, inconsciente después de que Bobby lo debilitara con agua bendita en la cerveza que le ofreció y luego lo dejó inconsciente a golpes. Bobby asintió—. Vaya forma de volver a verlo —comentó sarcásticamente, cruzando los brazos por sobre su pecho mientras lo observaba.
— ¡Eh! —espetó Dean, golpeándole la cabeza a su hermano, o al demonio en el cuerpo de su hermano. Sam abrió los ojos en medio de un quejido y miró a las personas frente a él, echando después la cabeza hacia atrás para ver el círculo protector en el techo de la estancia.
—Dean. ¿Qué no te maté? Se te está haciendo costumbre regresar de la muerte. Como las cucarachas —se burló cuando volvió su mirada a él.
— ¿Quieres que te cierre la boca a golpes? —preguntó en un gruñido, furioso.
—Ten cuidado. No quieres romper esta fina envoltura.
—No te preocupes. Esto no va a dolerle mucho a Sam. Creo que solo a ti. —Dean giró en su lugar para tomar el balde lleno de agua bendita y se la arrojó, haciéndolo gritar de dolor—. ¿Quieres seguir hablando?
—Sam aún es mi marioneta. Lo haré morder su lengua —le restó importancia.
—No, no estarás ahí mucho tiempo. Bobby. —Bobby empezó a leer en voz alta el ritual de exorcismo escrito en el libro que sostenía. El demonio se quejó de inmediato por el dolor, retorciéndose sobre la silla—. Cualquiera que sea el plan maestro que tengan en mente, no tendrán a Sam, ¿entiendes? ¡Porque primero los mataré a todos y cada uno de ustedes! —rugió furioso.
Sam echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada, divertido.
— ¿Realmente crees que eso es lo que está pasando? ¿El plan maestro? No me interesa el plan en lo absoluto —aseguró sonriente—. No parece funcionar —dijo, cortando de nuevo a Bobby—. Aprendí cosas nuevas —informó y bajó la cabeza, mascullando una serie de palabras en latín. Detrás de él, la chimenea se encendió en una explosión y las paredes y el techo comenzaron a sacudirse.
