| Capítulo 5: Los Siete Magníficos. Parte I.

136 18 0
                                    

| Los Siete Magníficos. Parte I.

Una semana después

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una semana después.

Cuando regresaron a Sioux Falls esa noche, Destiny bebió unas cuantas cervezas junto a Bobby para olvidarse de la espantosa sensación de su cuerpo siendo controlado por ese idiota de Jake y casi disparándose en la cabeza. Después de permitirse una buena noche de sueño, comenzó a buscar cualquier cosa que pudiera ayudar a Sam a hallar la forma de salvar a Dean de ser condenado al infierno.

—Sam —saludó cuando Sam atendió la llamada, sentada en el asiento de copiloto de su auto mientras Bobby conducía por una oscura carretera a mitad de la noche.

Hola, Des —saludó Sam al otro lado de la línea, su voz resonando por todo el auto al estar en altavoz.

Destiny admitió para sí misma que era bueno oírlo después de una semana desde que se vieron por última vez en Wyoming.

—También estoy aquí —dijo Bobby, llamando la atención.

Sam se rio al otro lado.

Hola, Bobby.

— ¿Qué estás haciendo? —le preguntó.

Lo mismo de siempre.

— ¿Estás metido en ese libro de nuevo? —Sam no respondió—. Sam, si quieres liberar a Dean de ese trato demoníaco, no vas a encontrar la respuesta en ningún libro.

¿Entonces dónde, Bobby?

—Ojalá lo supiera. ¿Dónde está tu hermano, eh?

Sondeando el electorado.

— ¿Qué? —preguntó Destiny sin entender.

No importa.

—Bueno, será mejor que empiecen a empacar. Creo que finalmente encontramos algo —anunció Bobby.

¿Qué cosa? —preguntó Sam ansioso.

—Cultivos fallidos y un enjambre de cigarras afuera de Lincoln, Nebraska —respondió Destiny—. Sé que no es nada muy grande, pero es lo primero que tenemos en toda la semana, así que...

Gracias. Se lo diré a Dean en cuanto... eh, termine —murmuró Sam.

—Nos vemos mañana —se despidió Destiny, cortando la llamada.

Destiny estaba segura que de permanecer un momento más en medio del ruido de las cigarras en la espera de que Sam y Dean aparecieran, podría enloquecer, harta de que todo lo que pudiera oír fuera ese molesto y constante zumbido. Miró por el retrovisor impaciente y por fin pudo ver el Impala acercándose, abriendo la puerta para bajar del auto y se acercó a Bobby, que estaba apoyado en el maletero, viendo a los hermanos bajando de su auto y acercándose a ellos.

crossroads | supernaturalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora