En donde el camino de Destiny Dearbon vuelve a cruzarse con el de los hermanos Winchester y desata el infierno en su vida.
| SUPERNATURAL X OC.
| Sam Winchester x OC.
| Temporadas 1 a 5.
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Destiny tenía nueve años la primera vez que vio a alguien morir. Sus padres la habían ido a recoger de la fiesta de cumpleaños de una de sus amigas de la escuela cuando de repente, algo le saltó encima a su padre y todo se volvió gritos, llanto y un montón de sangre y luego Bobby Singer apareció con arma en mano y disparándole a lo que sea que mató a su padre.
Días después de que la policía dijera que lo que sucedió se trató de un ataque animal y medio pueblo les diera el pésame por su pérdida, su madre empacó todas sus cosas y se mudaron de Sioux Falls a Milwaukee, Wisconsin, en donde vivieron los siguientes tres años hasta que la tragedia volvió a azotar su vida cuando su madre no apareció en el apartamento en donde vivían luego del trabajo durante días y cuando supo algo de ella fue que había sido encontrada muerta en un callejón y la policía le preguntaba si sabía de un familiar con quien pudiera quedarse.
El año pasado, uno de sus compañeros de escuela había quedado huérfano después de que sus padres murieran ambos en un asalto armado y como no tenía ningún familiar con quien pudiera irse, fue enviado a un orfanato. Sus padres hablaban muy poco de sus familias por lo que no tenía ni idea de si algún familiar podía ayudarla, así que lo más probable era que terminaría en uno también. Sin embargo, un hombre vestido de traje apareció con una placa de FBI y cuando Destiny miró su rostro, lo reconoció.
Según lo que recordaba de su vida en Sioux Falls, Bobby Singer no era ningún agente federal sino un borracho que tenía un deshuesadero, sin embargo, no le mencionó nada de eso a la policía porque él aseguró ser su tío y después de algo de papeleo para confirmar el parentesco, Bobby la llevó con él de vuelta a Sioux Falls y ha vivido con él desde entonces, conociendo a personas como los Winchester y otros cazadores con los que Bobby trabajaba o le pedían ayuda.
Destiny sabía qué en esa vida, no todos regresaban a casa siempre, pero nunca pensó que llegaría el día en que viera morir a Sam Winchester.
— ¿Dean? —llamó Bobby cuando entraron a la casa. Dean los miró desde la habitación contigua, parado frente al cadáver de Sam—. Vinimos a traerte esto —dijo, alzando la cubeta llena de piezas de pollo frito.
—No, gracias. Estoy bien.
—Deberías comer algo, Dean —le dijo Destiny, evitando mirar el cuerpo de Sam o iba a comenzar a llorar. Ya habían pasado varios días desde la noche en la que murió por esa cuchillada en su espalda y se habían largado esa misma noche de Cold Oak con el cuerpo de Sam con ellos, dejando a Dean en esa casa sucia y abandonada para darle un poco de espacio, pero estaba comenzando a preocuparles.
—Dije que estoy bien —escupió secamente, bebiendo un trago de su cerveza.
—Dean, odio mencionar esto, de verdad, ¿pero no crees que ya es hora de enterrar a Sam? —preguntó Bobby con cuidado, sin querer alterarlo.