Curvas para.... El?

Contadora.

Señor, la contadora acaba de llegar - dijo Carl mi mano derecha y mi empleado de más confianza.
Hazla pasar por favor Carl, gracias.

Los golpes suaves en la puerta anunciaban su arribo a mi oficina - Adelante - dije con algo de ansiedad, la verdad es que en la empresa siempre había que hacer las cosas con rapidez, la lentitud o si quiera la calma, estaba mal vistos, los negocios para la familia eran así, efectivos, eficaces y sin tantos rodeos.

Buenos días señor - la voz más dulce que he escuchado en mi vida, acaba de llenar mis sentidos auditivos, esto sin duda captó mi atención.
Soy Amy Fernández del Despacho Contable del señor Augusto.
Buenos días srta. Amy - dije extendiendo mi mano - soy Elliott Santoro.

-Lo sé, el señor Augusto me habló mucho de usted......
-Vayamos directo al trabajo señorita Amy, mi antiguo contador dejo un caos en mi empresa, cometió fraude y me dejó hecha una mierda todos los números, la verdad es que no tengo tiempo que perder con esta situación, Augusto me dijo que eres, efectiva y eficiente y eso es exactamente lo que necesito en estos momentos, tengo un par de proyectos pendientes que he tenido que parar por ese idiota, así que, todo depende de usted apartir de este momento señorita Amy y no es por presionar pero.... Perderé mucho dinero si esto no se arregla de manera rápida.
Levanté la vista y ahí estaba ella, totalmente pasmada, su piel era blanca lo que dejaba ver con demasiada obviedad que estaba sonrojada, no sé si por pena o por qué la abrume con tanta información.

-Claro señor Elliott, solo necesito todos los documentos de cada movimiento hecho por su antiguo contador y cada documento de su empresa para poder cuadrar todo y dejarle todo como debe de ser y a la brevedad me pondré a trabajar en ello.

Mierda, pensé que le temblaría la voz, que se trabaria o que al menos se quedaría en silencio un momento, normalmente eso es lo que ocasionó en cada chica que está frente a mi.
-Muy bien señorita, no podré instalarla en un lugar fijo, necesito que usted se mueva conmigo, yo no trabajo siempre en la oficina, muchas veces trabajo desde casa, así que tendrá un lugar en ambos sitios para mayor comodidad y mejor comunicación conmigo, la necesito cerca por cualquier duda que se me pueda presentar...

-Cómo?..... Perdón señor, creí que me llevaría toda la documentación al despacho y que le reportaría los avances diarios por correo, cómo a todos los clientes del mismo despacho, el señor Augusto jamás me menciono nada de esto señor Elliott.

Si algo tenía yo, era que no tenía paciencia y menos cuando de negocios se trataba
- señorita Amy - dije cerrando la carpeta que tenía en mis manos y azotandola en la mesa- yo la contraté, usted está trabajando para mí, entiende eso, Augusto no tiene nada que ver en esto desde el momento en que cruzo esa puerta, está claro, así que deje de perder el tiempo y comience a trabajar.

Su semblante había cambiado por completo, se veía molesta pero solo se limito a contestar y lo hizo con absoluto respeto.

-Entiendo señor - camino a mi escritorio, sus tacones sonaban a cada paso que ella daba y me hacías sentir vulnerable, nunca me había sentido así y me temo que mi actitud de hace unos segundos fue causada por cómo me hace sentir esta mujer, le entregué las carpetas y le indique que me siguiera.

-Margarita, ella es la señorita Fernández, ella nos estará ayudando con el desastre que dejó Ernesto.
-Mucho gusto señorita Fernández, soy Margarita.
-Mucho gusto margarita soy Amy Fernández.
Margarita por favor apoya a la señorita Fernández en lo que necesita y puedas cuando yo no esté entendido,
-Entendido señor, estaré para apoyarla señorita Fernández
- gracias margarita
- vamos sígame, la llevaré a su oficina - después de unos pocos pasos, entramos a una pequeña pero muy elegante oficina
- este será su lugar de trabajo aquí en la empresa, más adelante cuando tengamos que trabajar desde casa, le mostraré cuál será su espacio, por lo pronto la dejo para que ponga manos a la obra, con permiso.