¿Tocando El Cielo O El Infierno?

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- vamos sube, te llevaré a casa y así me acompañas a recoger los vestidos de mi madre a la tintoreria, me da pena ir solo-
- Alonzo, no creo que sea bueno que te vean conmigo, se burlaran de ti.... -
- a quien díablos le importa,  vamos, iremos a tomar un helado-
- chocomenta? -
- chocomenta!! Promesa linda!-

Amy

Subí a su auto, me sentía la mujer más feliz del mundo, su convertible era el sueño de cualquier chica de mi edad, verlo a él tras aquel volante, con su cabello en una pequeña coleta y sus lentes lo hacían lucir tan inteligente y hermoso. Llegamos a la tintoreria, el bajo y rápidamente salió con los vestidos, y su enorme sonrisa, me movía el piso tan fuertemente, qué aun estando sentada me sentía caer.

-- listo Amy, ahora si, vamos por ese helado de chocomenta qué tanto te gusta-

Alonzo
Verla sonreír me producía una sensación que jamás había sentido, mi mundo se volvía sencillo a su lado.
Llegamos a la heladería, estacione el auto, cruzamos la mirada y sus ojos eran los más hermosos que había visto, no pude contenerme, la bese, la bese tomando la parte de atrás de su cuello, sus labios eran carnosos y suaves, su lengua era un manjar qué me pedía ser probado, si lo acepto era un inexperto qué se creía experto, solo había tenido relaciones 2 veces y en ninguna había disfrutado, simplemente había cumplido mi cometido.

- A... Alonzo, esto no está bien, no debemos.... No podemos-
- por que? - dije poniendo una mano en su pierna.
- por que...... No, no debemos, no debes, noo.... -
No la deje terminar, y la tome de nuevo por su nuca, la acerque a mi y nos fundimos en un beso total y absolutamente necesitado.

- vámonos.. - ella solo asintió mientras relamia sus dulces labios, dios esta chica quería matarme.

Llegamos a mi casa, bajamos del auto, Amy ya conocía mi casa, y a mi madre, Amy conocía a todos, los juegos, fiestas y reuniones, todo lo hacíamos juntos, todo.
La ayude a bajar del auto, la bese y nos acercamos tanto que podía sentir como su cuerpo vibraba, nos separamos y la tome de la mano, estaba ansioso por lo que ocurriría, sabía que le gustaba a Amy, no estaba seguro que supiera cuanto me gustaba, pero ella era mi único deseo, entramos corriendo, avente los vestidos de mi madre en el sofá y subimos las escaleras a prisa, reíamos como idiotas, pero en realidad estábamos muy nerviosos.
Abrí la puerta de mi cuarto, y ella apretó mi mano, temblaba, podía sentirlo, pero aún así me sonreía, era la sonrisa más hermosa.
Cerré la puerta tras de mi y mis manos se fueron directamente a su cintura, como si fuera imán y mis manos metales, nos besamos lentamente, disfrutando de aquel momento, mis manos viajaron al botón de su falda y Ella no lo impidió, levanto mi playera, fuimos desnudandonos de a poco, sentía tocar el cielo estar acariciando esas piernas qué me enloquecian.
Terminamos en la cama, yo estaba sobre ella y podía captar cada gesto de su rostro, no puedo describirles el momento por que solo podría decir que fue mágico, ella era lo que más amaba y deseaba, estar con ella era en verdad como tocar el cielo, y jamás me arrepentiría de esto.
Su rostro de dolor comenzó a convertirse en uno de placer, naturalmente era su primera vez y quería que esto fuera especial, los movimientos fueron lentos para no causar más dolor, pero después de unos minutos ella misma fue aumentando el ritmo, mordía sus labios con tanta sensualidad qué no podía resistir, sus gemidos tímidos me provocaban una incontrolable exitacion, sus manos acariciando mi cabello y tomando mi espalda eran la gloria.......

- estas bien? -
- sii... -
- te duele? - sus mejillas se tornaron color rosado.
- un poco, pero me gustó más de lo que duele-

Oirla decir eso, fue música para mis oídos, amaba a esta mujer.
La abrace y la pegue a mi, nuestros cuerpos aun desnudos y tibios estaban unidos bajo mi sabana azul marino, depronto pude sentir su respiración relajada y un leve suspiro salir de su boca, estaba profundamente dormida, se notaba que se sentía bien y sobre todo cómoda, qué más podría pedir si ella era lo único que me importaba.

Amy

Sus labios suaves me despertaron sutilmente, creía estar soñando, y esque, el solo hecho de que un hombre se fijará en mi, parecía una utopía, y que Alonzo, el chico popular de la escuela me viera como  una mujer hermosa y me tratara como lo hizo el, pero sobre todo que me deseara, era mi máximo anhelo.

- quieres quedarte, no saldremos del cuarto, pediré que nos traega comida y..... -
- No! Qué diría tu mamá, no!, llevame a casa y mañana nos vemos en la escuela -
- estas segura? Esque yo no quiero separarme de ti me entiendes, quiero que te quedes y..... -
- por favor, llevame a casa, no es que no quiera estar contigo, es solo que.... No me siento cómoda-
- esta bien, vamos, pero quiero que sepas, qué lo que paso hoy, fue muy importante para mi Amy,-
Me dijo tomando mi rostro y dejando un suave beso en mis labios, yo sentía que flotaba, pero el destino me daría una voltereta donde no sabría si estaría Tocando el cielo o el infierno.

Llegamos
A casa y me acompañó hasta la puerta y nos despedimos un par de veces, como no queriendo alejarnos, cerré la puerta y me tumbe en el sillón, mi cabeza volaba, un pequeño grito de felicidad salió de mi boca, me sentía completamente feliz, subí a mi habitación, me quite la ropa y entre a la regadera, Dios recordar sus manos recorriendo mi cuerpo, me hizo exitarme y sentirme necesitada de el, su toque fue tan delicado, sus manos recorrían mi cuerpo como cuando un artesaro admira su obra maestra, Alonzo me hizo sentir deseada hermosa y bella, pero sobre todo amada, entregarme a él fue la mejor decisión que pude tomar.

Curvas para.... El?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora