❝ 𝑇𝒉𝑒 𝑂𝑛𝑒 𝑇𝒉𝑎𝑡 𝐺𝑜𝑡 𝐴𝑤𝑎𝑦 ⟮ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ❳ ❞ [MEMORIAL]

005. Darling i do.

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(Canción: Darling I Do de Zerox.)

"¡Cuidense chicos!" Los híbridos (pato y oso) se despiden de vuelta del azabache prometiendo regresar pronto y advirtiendo que no saliera de la casa.

Missa mete los pies al agua después de un largo día de pesca, ha decidido dejar la caña a un lado y relajarse. No tiene mucho más que hacer realmente, pero no importa, aún conserva su radiante sonrisa.

Comenzó a tocar algunas canciones mientras disfruta de su soledad a la que ya está acostumbrado, a veces piensa que quizá es algo triste pues son escasas las veces que se ha permitido salir a más de cinco metros de la base, pero tiene demasiado miedo como para atreverse a ir de exploración junto a sus compañeros.

Aunque no le molesta quedarse en la casa, la pesca y su talento nato en la cocina son papeles importantes para el resto de su equipo y el es feliz por cumplirlos. A pesar de quedarse solo esperando a su regreso, ama el momento de ver sus caras reaccionar al olor de sus deliciosos platillos y cuando le agradecen infinitamente.

Se alerta cuando escucha el característico sonido de la puerta al ingresar el código pero pronto siente alivio al ver que solo se trataba de Spreen.

Aquel oso malhumorado quién se había negado tanto a aceptarlo en el equipo, pero después de la leve (demasiada) insistencia de parte de Quackity y Rubius, finalmente aceptó. Missa estaba consciente que era la última persona con la que podía llegar a hablar durante su estadía, usualmente pasaba la tarde pescando o charlando con el híbrido de pato o Shadoune (quién siempre le traía un obsequio) y de vez en cuando salía a los alrededores bajo el cuidado de Rubius, este último lo había acogido como una madre, permitiéndole sentir de nuevo lo que ese tipo de lazo era.

Pero Spreen era diferente, él casi nunca estaba en la casa y si lo estaba era por poco tiempo solo para dejar los materiales que hubiese conseguido y se volvía a ir. Podía jurar que la conversación más larga había sido un intercambio de saludos y ya.

No entendía si el híbrido en realidad lo evitaba pero podía notar la diferencia de trato entre sí mismo y el resto de sus compañeros, sabía que el ente le conocía de mucho tiempo atrás, con Rubius era muy únido aunque no lograba descifrar si era por su naturaleza híbrida o había algo más y con Quackity se reía seguido, y él bueno...

era la mascota.

O al menos es como pensaba que le veía, por eso no se le hizo raro cuando saludó al oso de buena gana y este apenas le dirigió una mirada. No se inmutó, había lidiado con personas como él en el pasado así que solo lo ignoró, continuó soltando algunos acordes en la guitarra hasta que no pudo más porque las cuerdas comenzaron a dejarle marcas en la punta de los dedos.