Extra

609 81 37
                                    

PRIMEROS PASOS.


Tener una vida doméstica es algo frustrante de vez en cuando, entiende si su esposo está acostumbrado a ello, pero hace un par de semanas que le faltaba la complejidad de una aventura. Empezaba a extrañar ser un alma libre aunque nunca cambiaría a su familia por un deseo tan banal, después de todo aún tenía acción al entrenar a los futuros guerreros del pueblo, a petición de Vegetta.

"¿así que es fácil?" Le preguntó Missa cuando le expresó su inconformidad diciendo que el trabajo de casa era demasiado sencillo.

Spreen asintió, Missa sonrió irónico antes de dejar el trapo de cocina sobre la mesa y ponerse frente a su esposo "De acuerdo, hagamos esto".

Creyó que iba a besarlo cuando sostuvo sus mejillas pero solo apretó ligeramente para que le prestar atención, gesto que hacía seguido "Mañana Quackity y yo iremos al pueblo para ayudar en el hospital" el azabache se acercó más y el híbrido posó sus manos en su cintura, las respiraciones estaban tan cerca.

"Sabes que suelo dejar a los niños con Philza o Fit" Missa murmuró casi contra sus labios "ahora es tu turno de cuidarlos" y le explotó su burbuja al separarse abruptamente y regresar a su labor limpiando la cocina.

Spreen bufó por la irrupción, pero rápidamente volvió a sonreír "Les daré las espadas y los dejaré ir al campo, fácil" explicó su brillante idea para mantener a sus hijos ocupados.

"A los tres" aclaró Missa, tampoco se llevaría a su bebé.

"Bien, pero tres niños no es la gran cosa" acepto rindiéndose, ambos apostando su razón y orgullo.

"Claro, mala mía subestimar al guerrero más fuerte de karmaland, si has lidiado con withers y dragones ¿Qué no podrás hacer contra tres niños?" Dijo sarcástico.






Spreen.

Missa se fue a primera hora del día, lo que me dejaba a mi, a cargo de nuestra cabaña fachera que habíamos levantado ambos con mucho esfuerzo y algo de ayuda de nuestros amigos.

Cómo sea, me levanté al escuchar el llanto ya característico de cada mañana, usualmente me tapaba las orejas con la almohada y mi compañero iba a calmar a la pequeña fiera que ahora sostenía en mis brazos.

"Calma Mafy, te ahogas y tú papá me mata" le dije a mi pequeña, alejo el biberón una vez que estuvo satisfecha y le saque el aire dándole golpecitos en su pequeño cuerpo provocando que soltara un eructo que logró hacerla reír, mostrándome sus dientecitos.

Era especialmente igual a Missa, su cabello negro se lucía bonito y sus ojos amatista resaltaban. Es mi princesa, mi pequeña, daría todo por está bola de masa que había llegado a nuestras vidas hace poco más de un año.

"Ahora a despertar a tus hermanos" la cargue con una mano hasta la habitación compartida de los niños. Creímos que les gustaría tener su propia habitación así que hicimos dos, pero Chayanne y Ramón estuvieron en nuestra contra y solo ocuparon una, aún así conservamos la otra pues seguro en un futuro alguno buscaría su privacidad.

"¡despierten, hay que laburar muchachos!" Dije apenas ingresé a su espacio y ambos saltaron sobre sus camas, Ramón incluso se cayó de la suya y no pude evitar reírme junto al pequeño rubio, luego recordé que se suponía era el adulto ahí.

"Chayanne, deja de burlarte de tu hermano" llame su atención más estaba seguro que sería la última persona a la que el pequeño rubio haría caso.

❝ 𝑇𝒉𝑒 𝑂𝑛𝑒 𝑇𝒉𝑎𝑡 𝐺𝑜𝑡 𝐴𝑤𝑎𝑦 ⟮ᴍɪssᴘʀᴇᴇɴ❳ ❞ [MEMORIAL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora