𝙱𝙴𝚂𝙾𝚂 | Lloyd Garmadon [ ✓ ]

IV

—¡Chicos, chicos, chicos! —gritaba Jay, irrumpiendo en el cuartel secreto del monasterio. Los presentes, Zane, Pixal y Nya, lo miraron, un tanto asustados por la desesperación con la que los llamaba.

—¿Qué pasa, Jay? —cuestionó la nindroide, abandonando sus labores para acercarse al rizado.

—¡¿Lord Garmadon regresó?! —exclamó Nya con angustia antes de que su novio pudiera explicar la razón de sus gritos.

—¡¿Las Manecillas del Tiempo encontraron la manera de retornar?! —terció Zane.

—¡¿Nadakhan está intentando volver a hacer su reino flotante?! —volvió a hablar la pelinegra.

Los tres se veían totalmente horrorizados, llenos de pavor de volver a combatir algo así, aunque del último solo Nya y Jay tenían recuerdo de éste. Se podía notar a kilómetros lo traumatizados que estaban. Necesitaban terapia urgentemente.

—¿Qué? ¡No! —negó el recién llegado, agitando las manos de un lado a otro, desplegando una sonrisa, cosa que tranquilizó a los demás —. A que no adivinan de lo que me acabo de enterar.

Los restantes se miraron entre ellos, totalmente desconcertados, no podían adivinar a lo que él se refería sin más. Negaron con la cabeza al mismo tiempo, dirigiéndole las miradas más confundidas que él pudiera haber percibido de su parte.

—Lia está saliendo con alguien —escupió lleno de entusiasmo, parecía emocionarle que la pelirroja al fin hiciera algo "acorde" a su edad que no fuera pasársela leyendo, salvar el mundo y coleccionar plantas.

—¿Lia?, ¿saliendo con alguien? parece poco creíble, considerando su nulo interés en el amor —comentó la oji-verde, aún incapaz de creer la reciente noticia anunciada por Jay.

—¡Parece imposible pero es verdad, créanme! —protestó el de pecas, elevando los brazos.

—Entonces, ¿quién es? suponiendo que lo que dices es verdad —inquirió Nya, elevando una ceja y cruzándose de brazos.

—Con el único chico del equipo que está soltero —les dijo, totalmente seguro de sus palabras.

—¿Kai? —consultó Pixal.

—¡No!

—¿Cole? —agregó Zane.

—¡Él ama tanto la comida que podría tener una relación amorosa con ella! —exclamó con exasperación.

—¿Wu?

—¡Agh, por favor, ella no está lo suficientemente traumada como para sentir algo por alguien tan anciano!

Pensaron un par de instantes, no recordaban la existencia del rubio hijo de Lord Garmadon.

—¡Lloyd! —vociferaron los tres al unisono, recibiendo un sí por respuesta, a lo que saltaron de alegría.