v e i n t i o c h o

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Treinta y cuatro semanas.

Hyunjin miraba entre preocupado y enternecido a su omega sentado en el escalón de la escalera de madera que habían traído de ser necesaria, estaban terminando de decorar la habitación de su pequeño bebé, hace unos días atrás había sido pintada, y los muebles que necesitaban asegurarse de la pared fueron instalados, Felix necesitaba que terminaran ahora, porque de postergarse más se le haría aún más difícil ser partícipe de aquello que había anhelado tanto hacer para su cachorrito, su alfa le había entendido y se habían puesto manos a la obra, pero no contaba con que su esposo estuviera impaciente por realizar algunos diseños en las paredes de la habitación, y tuviera que subirse a esa escalera que le parecía bastante peligrosa.

—Terminé, ayúdame a bajar —avisó el omega, HyunJin se apresuró en darle su mano al menor, ayudándole a bajar los escalones restantes.

En cuanto sus pies tocaron el piso de la habitación, dio varios pasos hacía atrás, buscando apreciar su obra de arte y sonrió con los resultados. Un lindo camino de estrellas de color gris decoraba la pared de color azul grisáceo, y amaba el resultado, los colores eran cálidos, no desaparecia aquél toque ameno e infantil que ambos deseaban lograr, deseaban mucho que el ambiente fuera capaz de transmitirle tranquilidad a Niki, porque existían casos donde algunos cachorritos se sentían incómodos, irritados en su propia habitación.

—Hermoso—susurró el alfa que estaba detrás de él, pasando su mirada desde la pared hasta su adorable esposo, su mirada se suavizó aún más.

Su omega vestía un adorable overol de tela suave, una bandana mantenía su largo cabello fuera de su frente, el cual no cortaba desde el inicio del embarazo, pequeñas manchas de pintura adornaban su nariz y un poco de una de sus adorables mejillas más rellenitas de lo normal, y para su esposo no podía lucir más hermoso.

—Una foto dura más, Hyunjinnie—el menor colocó ambas manos en las mejillas del nombrado, sacando al alfa de su ensoñación, un poco avergonzado por ser descubierto — ¡Te sonrojaste!

Tenía el rostro de su esposo a centimetros, su debilidad, por supuesto que su cuerpo iba a reaccionar de esa forma, y más aun cuando este comenzó a jugar con sus mejillas, como si de un bebé se tratase.

—Aww, bebé HyunJin está como un tomatito— su voz aniñada, conjunto a sus delicadas manos dando pequeños apretones en las mejillas del alfa lo hicieron avergonzarse aún más.

—Lix, no...

—Lix, si —contradijo el menor, acercándose a besar las mejillas del alfa repetidas veces —Amo cuando andas así de mimoso.

HyunJin rueda los ojos, porque era difícil para él admitir que le gustaba tanto cuando recibía ese tipo de atención, si tan solo sus amigos lo vieran asi... Sería una completa burla por varios días, sacudió su cabeza quitando ambas manos de su cara sin brusquedad alguna.

—Tenemos un trabajo que terminar—recordó el mayor, haciendo a Felix reír, no era que HyunJin quisiera trabajar fervientemente en la habitación, solo no soportaba admitir que era un alfa mimado.

—Como digas, tomatito—se burló un poco más, caminando fuera de la habitación casi lista de su amado retoño, apenas faltaba quitar los periódicos que cubrían el suelo evitando ensuciarlo con pintura, y colocar el armario que utilizarían para guardar la ropita.

—¿a dónde vas? —cuestionó sin recibir respuesta inmediata, pues el omega había salido sin titubear ni voltear alguna vez.

El alfa suspiró, analizando que podría faltar, miraba las repisas, unas contenían pequeños juguetes y en otra estaban aquellos libros que eran tan importantes para él, cargados de diferentes sentimientos, anecdotas y sensaciones, no había nadie más en ese mundo que le gustaría que tuviera aquello que era tan importante para él, anhelaba tanto que su pequeño pudiera apreciarlo así como él lo hacía.

Por estar sumido en sus pensamientos no escuchó a Felix volver a la habitación, así que se sorprendió al verlo apoyado en el umbral de la puerta de la misma, con ambas manos ocultas detrás de él.

—¿trajiste algo? —el omega asintió mordiendo su labio, se notaba un poco ansioso—¿puedo ver?

El azabache se acercó más al mayor, aún escondiendo sus manos detrás, Hyunjin lo miró curioso, ¿que se traía entre manos? Literalmente.

—Yo... estuve muchísimo tiempo trabajando en esto también, quizás más de lo que me debería tomar una cosa tan simple —entonces, dejó de ocultar lo que traía, dejándolo expuesto a la mirada del mayor, un peluche —estuve viendo muchos videos en internet de como hacer peluches, pero créeme soy muy malo en ello, pinché mis dedos en más de diez ocasiones, me sentí un tanto inútil, siemplemente no es lo mío.

El alfa analizó el peluche en manos del omega, a simple vista parecía un pollito, su color amarillo lo hacía bastante resaltante, su rostro caricaturezco lo hacía lo bastante agradable a la vista era precioso.

—Entonces lo mandé a hacer, yo lo diseñé pero en la tienda se encargaron de hacer la magia — explicó dirigiendo su mirada al objeto en sus manos —se llama BbokAri

—¿BbokAri? —preguntó con gracia, tomándolo de las manos de su esposo, era adorable.

—Si, ya sabes el bebé se llamará Niki, entonces yo le diría Nisko,, y pues BbokAri se parece a Nisko —explicó el omega como si fuera obvio, haciendo reír a su esposo.

El mayor admiraba el muñeco, pensaba en lo mucho que Niki sería amado, sacaba el lado más cursi de sus padres, era capaz de suavizar el ambiente más tenso y recibía las cosas más llenas de sentimentalismo que los dos le podían dar, de solo recordar el dolor que existía antes de saber de su existencia en el vientre de Felix  se le removia el pecho, deseaba jamás ver a su omega en una situación como esa o similar.

—¿No te gustó?—cuestionó inseguro.

—Es perfecto, estoy seguro de que a él le encantará —respondió dando un beso en la punta de su nariz, aún manchada de pintura gris.

—En serio espero que así sea— Felix  tomó el peluche de vuelta, caminando hasta dejarlo en una de las repisas de la habitación, pero el mayor se acercó tomándolo de vuelta —¡hey! ¿por qué...?

No terminó de formular la pregunta, Hyunjin había colocado el peluche en la cuna que ya se encontraba en la habitación.

—En mi opinión merece estar aquí

Felix sonrió, un poco enternecido, era capaz de imaginarse a un adorable bebé abrazandose a BbokAri, una imagen que atesoraría.

Luego de unos minutos Felix estaba sentando en un taburete observado a Hyunjin luchando por armar el armario — valga la redundancia— mientras él le leía las instrucciones,  su alfa nunca había sido exactamente bueno en esas cosas, pero se hacía lo que podía, eso si, agradecía que no hubiera pedido la ayuda de Chris está vez, ya habían tenido algunas consecuencias debido a eso, sin ofender al adorable australiano de hoyuelos.

—Hyung—llamó al mayor, desconcentrado a Hyunjin de su tarea, quién lo miró en signo de que lo escuchaba—Ven un momento.

—Felix sabes que estoy...

—¡Es rápido! —exclamó el omega haciendo al otro rodar sus ojos, sacudió sus manos y las limpio en su pantalón acercandose a ver que necesitaba el chico.

Tomó la mano de su hyung, llevandola directamente a su panza, el alfa pudo detectar como esta se movía en un pequeño intervalo de tiempo, bastante seguido.

—Tiene hipo—aclaró Felix, con una sonrisa, manteniendo la mano del otro presa entre las suyas, obligándole a seguir sintiendo los hipidos del pequeño.

—¿Hipo? ¿Es posible? —preguntó con sus cejas fruncidas.

—Puede hasta hacer pipi ahí dentro —el mayor frunció el ceño completo esta vez, no era necesaria la información completa.

—Le quita lo adorable al embarazo — respondió este, alejando su mano cuando por fin fue liberada.

El omega se levantó, dispuesto a ir a tomar alguna bebida que disipara el hipo del cachorro, dejando a Hyunjin a la intemperie, tratando de descubrir lo que debía hacer con todas aquellas piezas dispersas en el suelo.

𝗗𝗔𝗘𝗕𝗔𝗞          |                     HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora