T r e i n t a y c u a t r o

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El adorable bostezó que salió de los labios del pequeño Niki lleno de calor el corazón del alfa que lo sostenía entre sus brazos, que miraba como sus ojitos se cerraban poco a poco, envuelto en una relajante atmósfera, y finalmente cayendo dormido en cuanto su papá omega limpiaba con extrema delicadeza su cordón umbilical con un hisopo como le había indicado el doctor, y a su vez consintiendo con suaves caricias la pancita del cachorro, lo cual contribuía con su agradable sueño.

Hyunjin finalmente sonrió cuando los labios del pequeño Hwang comenzaron a moverse de forma encantadora, manteniendo por algunos segundos su diminuto puchero, indicando una única cosa, estaba soñando con leche, o mejor dicho soñaba que tomaba de esa leche. Había oído que los bebés en efecto soñaban, pero apenas con cosas que ellos conocían, como comer, cosa que pudo comprobar pocos días después, su pequeño al parecer solo soñaba con eso.

Segundos después Felix se apartaba para desechar el hisopo en la papelera que se encontraba a un lado de su cama, colocada allí recientemente por que no imaginaban que su cachorro generaría tanta basura. Ya con las cosas en su lugar el omega se levantó de la cama, dispuesto a dirigirse al baño.

—¿Tienes hambre? —inquirió el atento alfa, que arreglaba la camisita del cachorro y con cuidado lo colocaba sobre su mantita en la cama, para dejarlo descansar agusto.

Felix sobó su panza, que sonaba pidiendo por comida.

—Sí—respondió, mirandolo con un tierno puchero a la vez que palmeaba su aún abultado abdomen —mucha —agregó.

El alfa asintió, colocando almohadas al rededor del cachorro, sabía que era muy pequeño como para moverse hasta la orilla de la cama, pero prevenir nunca estaba demás. Abandonó la cama con cuidado, para no perturbar el sueño del bebé dormilón.

—Niki es muy tranquilo —expresó el orgulloso padre —¿no crees?

—Lo creo —concordó el omega—me sorprende porque se movía como si tuviera su propio gimnasio aquí dentro.

Félix se recordaba llorando mientras su hijo se estiraba sin piedad, sus piecitos llegandose a ver sobre su piel translucida, en algunos momentos hasta se planteó la posibilidad de que se tratasen de dos cachorros.

—O quizás hablé demasiado pronto —el alfa se encogió de hombros, quien sabe en un futuro o en al menos unos meses Niki podría darles dolores de cabeza, aunque era algo que ellos tenían muy presente a la hora que decidieron que querían tener un cachorro.

El menor apenas asintió mientras se deshacía de sus pantalones de seda en medio de la habitación, continuando con su camisa, quedando solamente en ropa interior, bajo la mirada de su marido que no lo observaba más que con todo el amor que le tenía y se permitía expresar. Amaba tanto ver que su confianza aumentó desde la última vez que había visto su cuerpo desnudo, por supuesto que no era el mismo cuerpo de antes y esperaba mucho que esto no le efectara al omega, porque para él lucía incluso más hermoso.

Felix al notar la mirada del mayor se sintió un poco apenado, una reacción que se consideraba común después de haber estado en cinta, pero no hizo ningún amago de cubrirse, él entendía que era totalmente normal que su cuerpo tuviera aquellos cambios y era feliz sabiendo que su alfa también lo hacía, agradecía tener una persona que de verdad lo amaba y que lo valoraba, porque había oído tantos casos de alfas que se desinteresaron de sus omegas luego de la gestación, ridículo en toda su expresión.

—¿no quieres que te ayude? —sugirió el mayor al verle tomar su toalla y dirigirse hacia el baño.

El omega negó, sabía que su esposo no lo hacía con otra intención más que ayudarle de verdad, pero prefería hacerlo por si mismo, una semana había pasado desde que dio a luz y su proceso de recuperación era muy bueno, así que quizás en algunos días pueda sentirse mucho mejor, pero por ahora se sentía lo bastante cómodo como para asearse por sí mismo.

𝗗𝗔𝗘𝗕𝗔𝗞          |                     HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora