t r e i n t a y o c h o

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Las manos del omega temblaban un poco mientras le pasaba el bolso al mayor, este tenía al pequeño ser recostado contra su pecho, dormido como un dulce angelito, no iba a mentir, estaba más nervioso que nunca.

—Podrias confiar un poco más en mí—se quejó Seungmin, colocando el bolso con las cosas del pequeño Niki en su hombro.

Felix negó repetidas veces.

—No es eso, o bueno, no sé ahora me hiciste pensar en que es su primera vez durmiendo lejos de nosotros —comenzó a divagar el omega menor, mirando a Kim con nerviosismo, este suspiró.

Llevaba al rededor de diez minutos escuchando una inmensa lista de cuidados, desde revisar su pañal cada cierto tiempo a como hacerle masajes en la barriguita con su aceite especial en caso de que vuelva a constiparse.

—Solo serán dos días, estoy seguro de que pasará rápido —habló calmo y con un tono de voz bajo para no perturbar el sueño del bebé — No sobrepienses mucho, podría generarte ansiedad. Te prometo que está en buenas manos, ¿quién cuida bebés mejor que yo?

Felix dudó en si debería responder eso no.

El omega miró a su cachorro descansando y su corazón se comprimió al pensar en tenerlo lejos de él, poco tiempo, pero igual lejos. Habían pasado tres meses en los cuales nunca se había separado de su hijo.

Sintió un pequeño temblor y un calor acumularse en su vientre, en seguida feromonas provenientes de él se soltaron flotando del aire, acariciando la nariz del otro omega que frunció el ceño. Felix le miró apenado y con tonos rojizos en sus mejillas.

Estaba teniendo un momento difícil, hace unas horas que todas esas sensaciones se volvían cada vez más intensas.

—Empieza a apestar, mejor me voy ahora —soltó Kim, dando los pasos que lo separaban de la puerta y tomando el pomo — Por favor no te preocupes tanto, estaré al pendiente del teléfono cualquier cosa, ahora solo preocupate en pasarla bien.

Las mejillas del omega ardieron con más fuerza, como si fuera un puberto que acababa de descubrir los relaciones sexuales.

—Bien, bien —dijo tratando de estabilizar su pulso, se acercó rápidamente para dejar un beso en la mejilla gordita de su bebé.

—Seguro Niki no te extrañará demasiado, ya que estará con su tío favorito —bromeó Kim, saliendo finalmente, abriendo la puerta del auto donde la alfa lo esperaba.

—Ese es ChangBin —tambien bromeó, observando a su mayor colocando al cachorro en su sillita.

Escuchó un pequeño reclamo de Seungmin, quién enseguida cerró la puerta trasera y entro en la del copiloto, despidiéndose cortamente de él, mandandole a entrar a casa, pero no pudo hacerlo hasta que el auto salió de su campo de visión. Suspiró y finalmente entró.

Confiaba en Seungmin por supuesto, pero no era fácil despegarse de su cría.

Aún así, su mente comenzaba a llenarse de otras cosas además de su cachorro, y sentía la ansiedad en la punta de sus dedos.

Hyunjin no tardaría en llegar y él estaba mas nervioso que nunca. Caminó hasta la habitación que compartían, viendo el montón de ropa sobre toda la extensión de la cama, creando una reconfortante mezcla de olores, sin pensarlo demasiado se lanzó para abrazarse a una de las sudaderas negras de su esposo, hundiendo su nariz tratando de percibir lo mejor posible ese aroma que conocía de memoria, inevitablemente el calor en su cuerpo empezaba a elevarse.

Su primer celo después del nacimiento de su cachorro estaba por empezar y se sentía como su primer celo, con sensaciones que parecía haber olvidado, mucho calor y por supuesto un dolor que comenzaba s molestar. Lloriqueó cuando sintió una puntada en su vientre, definitivamente no sería fácil. Había leído en algún lado que los celos después de tanto tiempo solían ser de esa manera, explosivos.

𝗗𝗔𝗘𝗕𝗔𝗞          |                     HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora