v e i n t i s i e t e

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La dulce fragancia distintiva de Felix se encontraba bañada en feromonas dispuestas a revelar su creciente enojo, aunque no era como si su sonrojado y molesto rostro no lo delatara, frente al alfa se encontraba lo que él llamaría como una gran masa de hormonas y sentimentalismo a flor de piel —cosa que no diría en voz alta bajo ninguna circunstancia— o lo que es lo mismo, una bomba a punto de explotar, su piel se erizó, de ahora en adelante procuraría recordar al pequeño chirelito que tenía en casa antes de planear cualquier cosa.

—¿Entonces? —insistió el embarazado, su molesta mirada le causaba escalofríos a su esposo, y no, no importaba que el orgullo de su alfa fuera herido —¿No te importa nuestro cachorro?

El alfa tomó aire antes de levantarse de su lugar con las manos en alto, queriendose ver más confiable ante el menor, no era bueno que se estresara o se enojara mucho más de lo debido, lentamente trató de acercarse al chico que mantenía sus brazos cruzados, pero este seguía manteniendo su expresión inquebrantable.

—Lix, espera, déjame explicarte —habló suave, temiendo porque su esposo se alterara aun más.

—¿Por qué siempre me haces esto? —soltó, esta vez viéndose más vulnerable, su voz quebrantandose de la molestia y decepción —¡Siempre me dices que estás trabajando! justo hoy el día de mi cita con el doctor me dejas plantado por trabajo pero al final resulta que estabas en casa, dime HyunJin, porque si así será siempre no creo que estés en condición de tener un cachorro, ellos requieren de tiempo, él siempre me tendrá a mi ¿pero que hay de ti?

Hwang cerró la boca ante lo dicho, Dios no, esperaba que fuera la rabia hablando a traves de Felix porque aquellas venenosas palabras se estaban escapando de sus manos.

—Felix, no saques conclusiones, sé que estás frustrado por encontrarme en casa, pero te prometo que hay una explicación detrás de eso, hay una explicación del porqué estuve tan ocupado el último mes — intentó apaciguar la llama, el calor de la discusión no le hacía bien a ninguno de los tres.

—¿Vas a decir tu típico "estás exagerando, Felix"? Porque creeme que estoy cansado de ser yo el histérico, que no te comprende y que no quiere que crezcas laboralmente, cosa que tú sabes muy bien que no es cierta porque si hay alguién que te ha apoyado en esto soy yo —señaló el omega, por supuesto que odiaba discutir, aun más con su esposo, pero no estaba dispuesto a dejar que todo pasara por encima otra vez, siempre ha entendido al alfa cuando se trata de su trabajo, no obstante tenían un bebé en camino, uno que requería de bastante tiempo y atención que ambos deben estar dispuestos a darle.

El mayor tomó su mano firmemente y lo guió hasta el sofa de su oficina, pidiéndole silenciosamente que se sentara, Felix hubiera sido terco y orgulloso en rechazar el pedido, pero la verdad es que con lo hinchados que se encontraban sus pies lo mejor era estar sentado, luego de que tomara asiento, Hyunjin volvió hasta su escritorio, y sacó algo de los cajones que este tenía, una caja.

Felix observó curioso la caja que el alfa traía consigo, era de un tamaño mediano, no tenía idea de que podía tratarse, pero cuando su esposo llegó hasta su lado se la tendió, sentándose a su lado, tan cerca que sus piernas rozaban y podía escuchar su lenta respiración.

—¿Que es? —la tomó detallandola superficialmente, pero de inmediato desvió su mirada, para encontrar la de su marido, una mirada brillosa pero manteniendo su seria expresión.

—Llegaron antes de lo previsto, hubiera querido decorarla —señaló hasta su escritorio, en el aparte de los papeles de siempre y su computadora se encontraba una especie de papel de regalo.

El omega volvió su vista a la caja que reposaba en sus manos, ¿era su aniversario? ¿su cumpleaños? Miles de preguntas se formulaban sin tener alguna respuesta.

𝗗𝗔𝗘𝗕𝗔𝗞          |                     HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora