t r e i n t a y u n o

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Treinta y siete semanas.

El alfa se removió un poco, escuchando de inmediato la queja de su omega, sus movimientos eran realizados únicamente para que este estuviera más cómodo mientras descansaba la cabeza sobre su hombro, ambos en la sala de espera, aguardaban por su turno, era la última cita que tendría con el obstetra, sin embargo Felix no estaba de humor, se sentía un poco irritado, y se había levantado con un insistente dolor pélvico, así que lo que más quería era terminar con todo de una buena vez.

En días como este el más afectado es Hyunjin, sin saber exactamente que hacer o como comportarse, nunca podría adivinar como el omega iba a reaccionar, como ocurrió esa mañana, le había llevado una taza de café a la mesa, debido a que Felix había desarrollado cierto gusto por el preciado liquido durante su etapa de gestación, pero esa mañana lo miró verdaderamente enojado, diciéndole que le decepcionaba mucho que no supiera que a él no le gustaba el café y reclamando por supuestamente no conocerlo a pesar de los años que llevaban compartiendo su vida con el otro, así que sea culpable o no siempre pagaba.

Cuando oyeron el nombre del embarazado de la voz de la enfermera, Felix le gruñó a la amargada chica, asustandola, fue Hyunjin el que lo tomó del brazo, discúlpandose con la joven, aunque realmente le hacía falta un escarmiento, para que no siga transmitiendo su amargura a los pacientes, nadie era culpable de que su vida no fuera como ella quería.

Hyunjin llevó su mano a la espalda baja de su esposo, guiandolo hacía el consultorio del obstetra, acariciando la zona, si algo había aprendido era que su omega siempre iba a necesitar de cariño, y él estaba ahí para pensarlo.

—Si no piensas en que duele no dolerá—intentó alentar, recibiendo enseguida una mala mirada del menor—mejor me callo ¿no?

—¿y quién te dijo que dejaras de acariciar mi espalda?— umh claro, olvidaba que su trabajo consistía mayormente en consentir a su bolita de sentimientos descontrolados.

Y como buen alfa mandilon hizo caso, de verdad no lo quería molesto ese día porque solo quería dormir en cucharita unas cuatro horas seguidas y eso no podía realizarse si la cucharita pequeña estaba molesto.

En el consultorio, su doctor los esperaba en su escritorio con algunos papeles en sus manos, lo cual llamó la atención de la pareja, pero prefirieron no preguntar por el momento, si se trataba sobre ellos Siwoon les diría.

—Hola hyung, vinimos temprano hoy —saludó Felix, siendo elocuente como solía serlo, a pesar de estar de mal humor, el doctor se rió por el comentario, levantando su vista para poder verlos.

—No debería apegarme a mis pacientes, pero me fue inevitable chicos—respondió este mientras los veía sentarse —La última cita, luego de esto este bebé estará afuera.

Felix se acomodó en su asiento, procurando una posición favorable para su espada y su vientre, las últimas semanas no estaban siendo fáciles.

—Uhum, ya necesito que salga — exclamó el omega —Usted también se convirtió en un gran amigo doc, no lo olvidaremos.

—Por supuesto que no, siempre lo recordaré como el único doctor que sería capaz de aguantarnos apoyó HyunJin, trantando de cambiar el ambiente un poco serio.

Si, ambos le habían tomado un cariño especial al doctor, no era para menos, fue el especialista que cuidó del bienestar de su bebé y los acompañó a través de los meses, no se olvidaran nunca de Siwoon, ni aunque quisieran porque en las ecografías salía su nombre.

Siwoon sonrió, estos chicos siempre le hacían reír durante las consultas, pero recordó los papeles en sus manos, contenían la información que le había prometido al menor, finalmente sus dudas serían aclaradas.

𝗗𝗔𝗘𝗕𝗔𝗞          |                     HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora