—Mañana es viernes —dijo JungKook, mientras hacía la comida.
TaeHyung levantó la mirada y apagó el reproductor de música. Estaba preparando la clase para el día de mañana, no obstante, había algo más que siempre preparaba para los viernes.
Desde que JungKook y él se graduaron de la Universidad y empezaron a vivir juntos, empezaron a acudir a terapia de pareja. La infidelidad de JungKook había hecho mella en TaeHyung, como era lógico, pero ambos querían dejar todo aquello atrás.
Si bien en un primer momento fueron única y exclusivamente terapias donde acababan hablando de ellos, de sus vidas, incluso de sexo, acabó siendo algo muy natural para ellos. Pronto la terapia era un momento para soltar sus frustraciones, sentirse escuchados por su pareja y, porque no, acabar riendo. Tanto era así que, todos los viernes, volvían muy cariñosos de la terapia y acababan teniendo fabulosas noches desenfrenadas de sexo.
Finalmente, pasado un año, su terapeuta les dio el alta provisional. Les vería una vez cada tres meses, sin embargo, ellos habían planeado seguir por su cuenta lo que hacían en la terapia. Los jueves en la tarde planeaban qué hacer: cine, bolos, bailes de salón… cualquier plan era bueno, luego iban a cenar y aprovechaban para hablar de sus cosas, tal como lo hacían en la terapia y, finalmente, llegaban a casa con ganas de darse todo el amor del mundo.
Sí, habían sabido manejar aquella infidelidad y, aunque JungKook era juzgado por todo aquel que conocía el asunto y TaeHyung era cuestionado, ahora podían afirmar que todo aquello había pasado de verdad. Su relación era más fuerte y TaeHyung sabía que había hecho bien en perdonar a su prometido.
—¿Qué te apetece? —preguntó TaeHyung.
—La semana pasada escogí yo. Escoge tú. Es tu semana.
El chico sonrió y besó a su pareja.
—¿Vamos a bailar? Me gusta mucho bailar contigo.
—Pues bailaremos, entonces.
Al día siguiente, ambos llegaron pronto de sus trabajos, se ducharon, se vistieron y salieron a la pequeña escuela de baile para la masterclass de Tango. Iba a ser raro ver a dos hombres juntos, pero TaeHyung se moría por bailar aquello con JungKook y, si algo había aprendido en este tiempo era a ignorar a los demás.
Efectivamente, cuando llegaron, muchas chicas se emocionaron al verlos, pensaban que podrían bailar con ellos, sin embargo, ellos no se separaron el uno del otro.
—Gracias. Tenía muchas ganas de venir contigo a estar masterclass.
Por toda respuesta, JungKook le besó y siguieron bailando.
Felices, continuaron bailando. Y TaeHyung valoró aquel momento y aquel beso. Tras la infidelidad de JungKook, había aprendido a valorar lo mucho que JungKook había cambiado.
—Si quieres bailar con otra persona, no me va a importar —dijo JungKook —al final será algo bueno para ti y para tu trabajo.
—Lo sé, pero ahora no me apetece.
Volvieron a besarse y la canción finalizó.
Tras la clase, ambos caminaron tranquilamente por la calle, abrazados. Esa era otra cosa que nunca hacían, pero ahora sí y estaban muy felices de poder hacerla.
—¿Te ha gustado la clase?
—No bailo como tú, pero sí —dijo JungKook.
—Eres muy buen bailarín.
—Tú eres muy bueno en todo.
TaeHyung sonrió y se abrazaron, no obstante, al momento, JungKook se separó de él y para abrirle la puerta del restaurante. Jamás habían entrado a aquel restaurante, era bastante bonito y no muy caro, pero había que hacer reserva con varios meses de antelación.
—Pensé que…
—Reservé en este sitio hace tiempo porque sabía que te apetecía y bueno, es tranquilo para hablar. Además… he estado muy preocupado por ti últimamente.
TaeHyung miró la carta, pero no contestó, JungKook, por su parte, le dio su espacio. Pidieron la cena y, cuando les trajeron los platos, TaeHyung se atrevió a exteriorizar aquello que le había estado atormentando.
—Cuando decidimos adoptar un bebé… me puse loco de felicidad, nuestra familia —suspiró— pero cuando llegaron todas las negativas…
—Ehh… no cariño. Mira, aun no estamos casados, somos muy jóvenes y tenemos menos de cinco años en nuestros empleos. Es por todo eso, lo sabes.
—Y porque somos dos hombres. ¿Cómo nos vamos a casar? En Corea no está permitido.
—Si te quieres mudar, volver a empezar los dos en otra parte, sólo dímelo y empezaré a buscar casas y un nuevo trabajo.
TaeHyung miró a su pareja. No podía ser así con JungKook. Suspiró y trató de que las lágrimas no llegaran a sus ojos.
—Me alegro de tenerte en mi vida, Jeon JungKook, pero no podemos irnos a otro lado. Somos felices aquí.
—Pero tú…
—Es cierto que quiero un bebé en mi vida, sentir que somos padres. Pero, aunque no seamos padres, ya somos una familia. Estamos prometidos y debo valorar todo lo que estás dispuesto a hacer por mí porque sé que no lo harías por otra persona.
—Me alegro que lo entiendas. Aún así no me rendiré y creo que, en un par de años, podremos volver a intentarlo, ¿no crees? Estaremos más estabilizados y seremos más mayores.
—Me gusta que nunca te rindas.
—Gracias a no rendirme, te tengo en mi vida.
—Y lo sigo agradeciendo, pese a lo que digan los demás. Me gustan tus esfuerzos diarios en nuestra relación y… —apretó los labios—, a veces me da la sensación de ser “aprovechado” de aquel momento. Ya sabes, sé que lo vas a hacer todo por mí y, como lo sé, a menudo te pido todo.
—No eres aprovechado por esto. Además, yo seré más pasional e impulsivo en lo que a la relación se refiere y tú eres más… ¿cerebral?
—¿Cerebral? —preguntó, riendo.
—Tienes un cerebro muy sexy —bromeó—. Lo que quiero decir, es que eres el más sereno de los dos, siempre miras las cosas con tranquilidad y miras lo mejor de las situaciones. Eso es algo que me gusta porque ya sabes lo impulsivo que soy, me aportas tranquilidad, estabilidad… y amor.
—Tú me aportas impulsividad, soy una persona bastante tranquila y me impulsas a vivir al límite, a perseguir mis sueños, es por eso que me gusta tenerte a mi lado. Me complementas totalmente.
Se tomaron de la mano y, de postre, pidieron una tarta de chocolate.
—Yo te prefería a ti bañado en chocolate.
—Eso será el post-postre —dijo TaeHyung, sonriente—, tengo muchas ganas de llegar a casa y estar a solas.
—¿Nos vamos ya? Podríamos dar un paseo.
Pagaron y salieron a la calle, agarrados de la mano. Iban riendo y bromeando hasta que se pararon frente a río y se quedaron absortos en el paisaje, mirando el agua y las luces. JungKook se situó detrás de TaeHyung y le abrazó con mimo.
—Es bonito, ¿verdad? El paisaje —dijo TaeHyung.
—Si te refieres al paisaje que tengo yo, sí, lo es —replicó JungKook.
TaeHyung se giró en los brazos de JungKook y allí, frente a todos, se besaron apasionadamente.
—Vamos a casa —pidió TaeHyung en un susurro desesperado, mirándole a los ojos.
No habían dado ni dos pasos cuando escucharon un sonido bastante fuerte, cristales rotos, gritos y, por instinto, JungKook escondió a TaeHyung detrás de él.
Una persona yacía en el suelo, ensangrentada, no estaba muerta, pero sí malherida. La habían sacado de malas maneras de un bar.
TaeHyung se acercó a él pero JungKook se lo impidió.
—Le conoces… los dos, de hecho.
Ambos se miraron y luego miraron a la persona que estaba en el suelo. JungKook no pudo evitar sentir la bilis en su garganta y quiso vomitar, quería salir de ahí, pero su moral como persona le impedía dejar a una persona morir.
—Nathaniel, ¿qué te ha pasado?
El hombre abrió los ojos y se giró. La pareja se quedó espantada, estaba bañado en sangre.
—Iré a por agua —dijo TaeHyung —, y a por pañuelos.
TaeHyung entró en el bar y JungKook miró a Nate, tratando de descifrar qué le había pasado.
—Está más guapo con el paso de los años… Parece que os va bien.
—Nos hemos esforzado.
TaeHyung salió con un par de botellas de agua y comenzó a limpiar las heridas de aquel hombre. Si en la Universidad alguien le hubiera dicho que, en un futuro, acabaría limpiándole las heridas al tipo con el que su novio le engañó, posiblemente no le creería. Este pensamiento le hizo sentirse orgulloso de si mismo y de la persona en la que se había convertido. Lo había superado.
Escuchó un suspiro de queja a su espalda y, al momento, JungKook se les unió.
—¿Por qué estás así? —preguntó JungKook.
—No vais a querer saberlo.
—No somos tus amigos —dijo TaeHyung —pero estamos aquí, limpiando tus heridas en lugar de estar en casa disfrutando de nosotros.
—Y es lo único que no me explico de todo lo que me ha pasado hoy.
—Aprieta aquí, cariño —dijo TaeHyung. JungKook obedeció y TaeHyung suspiró —.No voy a decir que tú fuiste el culpable de que mi relación se destruyera, no te voy a decir “me destruiste, Nate”. JungKook tenía una edad, podía haber elegido y eligió mal y, por ese momento, me destruyó a mí y lo que teníamos. Pero fue JungKook quien lo hizo. No obstante, hemos trabajado mucho desde entonces, yo le he perdonado eso y hemos logrado avanzar a una relación nueva y más sana. Tú no pintas nada en lo nuestro. En el momento en el que te quité de nuestra ecuación, bueno, las cosas fueron más fáciles, pero también más difíciles. Pero supongo que esto no es por JungKook.
—Cuando terminé la Universidad, fue un tiempo complicado para mí. Charles habló con mi padre y le comentó la razón por la cual lo habíamos dejado. Mi padre siempre fue bastante liberal respecto a mi vida personal y privada, pero tras saber lo que había estado haciendo… se enfadó bastante conmigo. Me dijo que le demostrara que podía ser un hombre de verdad, llevar una relación seria, con un hombre o una mujer… pero, es imposible… me aburro.
Ante aquello, JungKook presionó con excesiva fuerza la herida de Nate y el chico se apartó.
—No soy como tú —se excusó Nate—, pero lo intenté. Durante un tiempo estuve con un chico y no fui capaz. Conocí a otro y a otro… llegó un momento en que me dejó de importar el género de las personas, sólo me importaba jugar con ellas —alzó la vista— tengo una hija.
La pareja se quedó helada y se levantaron. Por mucho que JungKook le hubiera dicho a TaeHyung que, quizás no era el momento, que no pasaba nada, ambos lo querían y lo deseaban y era un frustración para ellos no poder tenerlos y buscar mil modos de adopción y, sin embargo, aquella persona que jamás lo busco y seguro no la cuidaba… Siempre Nate… No era justo.
—¿Los que te han dejado así tienen algo que ver con tu hija?
—El abuelo materno de mi hija tiene influencias, no lo negaré, pero eso yo no lo sabía.
—¿Te llevas bien con su madre?
—No nos llevamos mal.
—Escucha desgraciado —intervino TaeHyung. El tema hijos era algo bastante delicado en él, deseaba tener uno, formar una familia con JungKook y que justo Nate, de entre todas las personas del mundo, tuviera la suerte de tener una hija y él no, le hacía hervir de rabia—, a tu hija no le va a importar quien seas o quien hayas sido, no le va a importar lo que piense tu familia o su familia de ti, lo que le va a importar es que necesitará a su padre. El colegio, instituto, universidad, ¿qué carrera escoger? Tendrá pareja y… y… ese infierno llamado declaración de impuestos. Tu hija no pidió nacer, no pidió tenerte a ti de padre, no pidió la familia que tiene, pero aun así, te tiene a ti. Deja de lloriquear, crece de una vez y ponte a la altura de ella. Si no puedes tener una pareja porque la fidelidad no es lo tuyo, puedes tener una relación abierta, un rollo, o lo que te apetezca. Pero comprométete con tu hija. Ella se lo merece.
Tras aquello, Nate se quedó mirando a TaeHyung, pero no era el único, JungKook también le miraba fijamente y se odiaba a sí mismo por no poderle darle a su chico aquello que más ansiaba: un hijo. Tras aquello se había dado cuenta de lo mucho que TaeHyung deseaba ser padre y de lo buen padre que sería. Merecía darle aquello también.
—Ella… no merece a un padre como yo…
—¿Crees que no lo sabemos? —preguntó TaeHyung—. El problema es que JungKook me eligió a mí porque quería y podía, Chuck eligió a Sylvain porque quería y podía, pero tu hija… tu hija no va a poder elegir a su padre. ¡Le has tocado tú! ¡Eres tú quien tiene que elegir ser bueno para ella!
—¿Y si se va? ¿Y si se da cuenta, como Chuck… como tú —miro a JungKook—, de que no soy bueno?
—Te quedará el consuelo de haberlo intentado —dijo JungKook.
Durante un momento reinó el silencio y Nate aprovechó para limpiarse las manos, tenía los nudillos ensangrentados.
—No lo intenté —soltó de pronto y TaeHyung y JungKook se quedaron bastante anonadados.
—¿El qué? —preguntó TaeHyung.
—Después de acostarme con JungKook, me crucé con él en el pasillo del campus… jamás una persona me ha mirado con tanto odio. Ni siquiera tú —añadió, mirando a TaeHyung—. Me dijo que iba a hacer cualquier cosa por reconquistarte, me quería fuera de su vida, me consideraba un error… el error que puso fin a su felicidad. ¿Y crees que no te he visto la cara cuando habéis venido? Estabas a punto de vomitar… y no por la sangre. En cambio yo… no hice nada por recuperar a Chuck.
—¿Y cuándo hablaste con nosotros? —preguntó TaeHyung.
—Chuck se mantuvo firme en su decisión de no querer verme, después empezó a ver a Sylvain y… —miró a JungKook y luego al suelo—, vosotros ya estabais juntos.
—¿Perdona? —preguntó TaeHyung, molesto. No creía lo que acababa de escuchar— ¿Después de todo lo hubieras intentado con JungKook de nuevo?
—Tú no parecías querer perdonarle, pensé seriamente en tener una relación abierta con él… me interesabas mucho.
—Te interesaba mucho porque pasaba de ti y engañas a tus parejas porque se comportan como una pareja y están pendientes de ti y eso no te gusta.
—Supongo que es mi personalidad.
—No es una mala personalidad —opinó TaeHyung, dejando ojiplática a su pareja—. El problema es que buscas una relación cuando no te hace falta, eso provoca que dañes a los que te rodean… y a otros que no conoces. Debes aprender a respetar ciertos límites, ahora que eres padre ¿qué le vas a enseñar? ¿A ser como tú?
—No quiero que ella sea como yo.
—Quizás no puedas enseñarle cómo ser, pero sí como no ser —opinó JungKook.
Nate los miró y la pareja simplemente se tomaron de la mano y continuaron su camino.
—Ha sido raro —dijo TaeHyung.
—No me ha gustado encontrarme con él… Me hace recordar a mi etapa más oscura y…
—Y eso ya pasó.
Se abrazaron y caminaron en silencio. TaeHyung iba bastante triste. Por un lado, los viernes era el día de ambos, hablaban de sus cosas, se reían, se besaban y la noche acababa en sexo desenfrenado. Pero la conversación en el restaurante les había dejado bastante tristes y, aunque se habían animado en el puente, su encontronazo con Nate les había dejado un sabor bastante agrio… siempre Nate.
En cuanto a JungKook, iba en silencio. Reencontrarse con Nate le había puesto de frente el mayor error de su vida pero, al mismo tiempo, le había hecho darse cuenta de lo diferente que era a Nate. Durante años, los amigos de TaeHyung no habían llegado a perdonarle del todo, JiMin llegó a increparle echándole en cara que era exactamente igual a Nate. Pero no lo era. Era totalmente diferente.
Sí, es cierto que él cometió un error, el peor de su vida. Engañó a TaeHyung… y lo hizo dos veces. No fue sincero y, además, fue cobarde. Pero escarmentó y maduró. Aceptó las cosas y les hizo frente, no le importó estar solo, no le importó ser odiado por los amigos de su pareja, él sólo quería recuperar a TaeHyung, pero no para volver a la relación mediocre que tenían antes. Porque esa era la realidad. La relación que tenían antes no era tóxica, pero JungKook era una persona muy celosa y TaeHyung era mimado y sin paciencia. Aquello les hizo cambiar. No fue la mejor forma, pero les demostraron a todos que aquella relación sólo era de ellos dos y de nadie más.
Y ahora JungKook se estaba demostrando a sí mismo que no era como Nate.
Cuando llegaron a casa, JungKook tiró de TaeHyung hacia el baño y empezó a preparar un baño para los dos. Cuando entraron en la bañera, atrajo el cuerpo de su pareja hasta el suyo y vio la tristeza en sus ojos.
—Quiero un hijo y tendremos un hijo y, cuando lo tengamos, será el bebé con más amor de este universo porque sus padres se aman con locura y es lo que más ansían.
TaeHyung miró a su pareja, le abrazó y lloró.
—Lo siento, me ha dado mucha rabia verle, eso es todo. Al principio no, la verdad, pero después…
—No ha cambiado nada, sigue siendo el de siempre.
—Ya…
JungKook le tomó del mentón y le acarició la mejilla.
—Pero nosotros sí. Yo sí lo he hecho.
—¡Lo siento! ¡No estoy pensando que tú vayas a volver a…! —suspiró y miró a su prometido—. Hace tiempo que hicimos borrón y cuenta nueva con toda esta mierda, no sé por qué he permitido que me afecte ¡y además hoy! ¡En nuestro día especial! ¡Deberíamos estar follando, no hablando de Nate!
—Hoy me apetece mucho que me lo hagas tú a mí… han llegado los nuevos juguetes, podríamos divertirnos.
TaeHyung miró a su pareja y sonrió. JungKook siempre se esforzaba tanto por lo dos… suspiró y, en menos de un segundo, apartó a Nate de su mente.
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Doble Traición
FanfictionTaeHyung y JungKook son dos jóvenes que están en su tercer año de Universidad, llevan saliendo juntos desde el instituto. Para JungKook, su novio es único mientras que, para TaeHyung, JungKook es esa persona con la que fantasea en casarse y ser su m...