Advertencia: SMUT
Si hay algo que siempre me caracterizó es que hasta que no conseguía mi objetivo, no paraba. Llevaba unos meses yendo a conciertos de bandas bastante conocidas para acostarme con alguno de sus integrantes. Me comportaba como una groupie. Ya había estado con Mick Jagger, David Bowie y Keith Richards, no estaba mal para empezar, pero había alguien que me tenía loca: Roger Taylor.
El batería de Queen, un joven de cabello rubio y ojos azules con una sonrisa preciosa y una serenidad en sus gestos y manera de hablar que me excitaba. Por suerte había conseguido los boletos para uno de los conciertos que iban a hacer en Londres.
Al llegar, disfruté de su música y bailé yo sola. Estaba bastante atrás. Cuando terminó el concierto, todos comenzaron a aplaudir, yo incluida. Los chicos abandonaron el escenario y fue entonces cuando entré en escena.
Caminé hasta la parte de los camerinos, en la cual no se podía estar, pero iba con tanta seguridad que creo que, las personas que me vieron, no pensaron ni lo más mínimo que era una infiltrada. Busqué alguna puerta en la que pusiera "Roger Taylor" o por lo menos "Queen", hasta que finalmente, la encontré. Había un pequeño cartel en el que ponía "Sr. Taylor".
Llamé un par de veces y suspiré algo nerviosa. La puerta se abrió y el chico, algo sudado por el concierto, frunció el ceño.
-¿Puedo ayudarte?
-Hola, soy ____ -me presenté con una sonrisa pícara. Él rodó los ojos al deducir lo que quería e intentó cerrar la puerta, pero coloqué mi pie. -Vaya, qué maleducado, ¿no?
-Oye, no puedes estar aquí... -comentó cansado.
-Ya lo sé -sonreí. -Déjame pasar, anda, no voy a molestar.
-No voy a acostarme contigo.
-¿Me dejas pasar? -Taylor frunció el ceño, suspiró y abrió la puerta para que pudiera entrar en su camerino.
Me senté en un sofá de cuero y él se quedó de pie mirándome sorprendido por mi desfachatez. Agarró una toalla y comenzó a secarse el sudor, yo lo miraba ligeramente boquiabierta de lo perfecto que era.
-¿Tengo algo en la cara? -carcajeó.
-No -me levanté para acercarme a él. -Déjame besarte.
-¿Pero a ti que te pasa? ¿Es que quieres que llame a seguridad? Ya he hecho bastante dejándote entrar.
-¡Lo siento, es que me gustas mucho!
-¡No te conozco!
En ese tenso momento, la puerta se abrió dejando ver a Brian May.
-Roger, nos vam... -nos miró y se calló unos segundos. -Joder, dijimos que nada de groupies.
-No me he acostado con ella.
-¿Ah no? ¿Os habéis puesto a jugar a las cartas? Mira, después hablamos, pero cámbiate ya.
Cerró fuertemente la puerta y Roger y yo nos mantuvimos en un silencio incómodo.
-Sal, me tengo que cambiar.
-No me importa verte -sonreí.
El chico, harto de mí, suspiró. Alargué una de mis manos y se la coloqué sobre el hombro, él la miró de reojo. Comencé a masajear la zona y cerró los ojos debido al placer.
-Ven, anda, siéntate -lo fui empujando hasta que lo dejé caer sobre el sofá.
-Deberías irte... -murmuró mientras yo me agachaba entre sus piernas.
Desabroché la cremallera de sus pantalones y lo miré a los ojos. Seguidamente, bajé sus calzoncillos, dejando a la vista un bonito miembro ya erecto.
-Vaya... -me burlé de su erección.
-Agh, cállate -carcajeó.
Agarré su pene y moví mi mano de arriba abajo para ponerlo aún más duro. Él echó la cabeza para atrás. Segundos después, abrí todavía más sus piernas y me acerqué hasta meterme por completo su miembro en la boca. Soltó un pequeño jadeo y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Continué con mi trabajo y noté como colocó una de sus manos en mi cabello para guiarme a su gusto, me dejé llevar. Aumentó el ritmo y noté como mi garganta ardía.
-M-m voy a c-correr... -dijo entre jadeos.
Tras unas pocas embestidas más, sentí aquel característico líquido y él me mantuvo enganchada a su pene hasta que el orgasmo terminó. Cuando eso pasó, me soltó y se relajó completamente sobre el sillón. Me limpié y me puse de pie.
Él continuaba con los ojos cerrados y recobrando la respiración, así que algo triste, me dispuse a salir del cuarto. Cuando estaba por abrir la puerta, su voz me interrumpió.
-Espera, ¿te vas así sin más? -me giré con una sonrisa y me senté a su lado.
-Pensé que te molestaba mi presencia.
-No, no, gracias por... Esto. Lo necesitaba.
-Bueno, de nada.
Nos mantuvimos unos segundos en silencio.
-¿No te tenías que cambiar?
Abrió los ojos de par en par y se levantó rápidamente. Comenzó a quitarse la ropa hasta que quedó en calzoncillos. Disfruté de las vistas hasta que se colocó la ropa nueva. Me miró e intenté disimular mi expresión de enamoramiento, pero al parecer fue inútil, pues él carcajeó.
-¿Tanto te gusto?
-Sí...
Sonrió y caminó hasta la puerta.
-Vamos -me levanté para salir del camerino con él.
-Bueno, a las 12 empieza el concierto de los Rolling, Mick quiere que vaya. -dije para despedirme de él.
-¿Entonces sueles... Hacer esto? -asentí algo avergonzada. -¿Te volveré a ver?
Me emocioné al escuchar esas palabras, pero recordé que seguramente solo me quería para repetir lo que había sucedido hoy. Eso me entristeció, pero ¿qué podía pedirle? Me había colado en su camerino y había sido yo la que había comenzado.
-¿Estás bien?
-Eh, sí, puedo pasarme cada vez que vayáis de gira...
-¿Sólo?
Mi mirada se iluminó y él, al notarlo, sonrió.
-Bueno, si a ti te parece bien podemos vernos más a menudo.
-Dame tu número.
Saqué un bolígrafo de mi bolso y lo apunté en su mano.
-¿Entonces puedo besarte ya? -pregunté.
-S... -sin dejarlo acabar, me lancé a sus labios rápidamente.
Eran los mejores labios que había probado, carnosos, suaves, lentos. Roger besaba de maravilla.
-¡Roger, venga!
Nos separamos por la presencia de Brian. Carcajeamos y yo me alejé de ellos despidiéndome de Taylor con la mano. Él hacía lo mismo mientras Brian tiraba de él.
-Anda que... Ya te vale, guarro -murmuraba el más alto.
-Cállate, Bri.
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· One shots // Roger Taylor y tú ·
FanfictionMuchas historias en las que los protagonistas sois Roger y tú. Nada más que decir...