Rogerina

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Aclaración: sé que esta historia es un poco wtf, pero no sé, me apetecía hacerla.

Advertencia: un poco de SMUT.


Solo faltaba repasar mi sombra de ojos para que el atuendo completo estuviese acabado. Los chicos y yo teníamos que grabar un videoclip para la nueva canción que John había compuesto, I Want To Break Free.

- Solo falta la rubia. - Le decía Freddie a uno de los cámaras.

- Ya estoy. - Me levanté de la silla, agradecí a mi maquillador y me uní a los chicos para empezar a grabar.

Estábamos en una especie de estudios que contenían varias salas con diferentes decorados, nosotros habíamos alquilado el de una casa.

Al acabar la grabación, me apetecía muchísimo fumarme un cigarro, así que salí al enorme pasillo de aquel lugar aún con el "disfraz" puesto y cumplí con mi necesidad.

En ese tiempo divisé a una chica bastante agradable a la vista, vi que buscaba algo con la mirada cuando, repentinamente, hicimos contacto visual. Se estaba acercando a mí con una sonrisa y no pude evitar sentirme algo tenso.

- Hola guapa, ¿sabes dónde demonios está la cafetería? Llevo media hora buscándola. - Preguntó mientras reía sin gracia.

¿Guapa? ¿Acaso había pensado que era una mujer? ¿O lo decía de broma? Tal vez si le seguía el juego me divertiría un rato...

- Hola, sí. Ven conmigo. - Respondí afinando ligeramente mi voz. Ella asintió y ambos caminamos hacia el paraje que ella buscaba.

- Muchas gracias, eh...

- Roger. - Hice una muy discreta pausa al ver la cagada que hice. - Ina, Rogerina.

- Rogerina... Me gusta. Un nombre bonito para una chica bonita.

¿Estaba intentando ligar conmigo? Esto era surrealista, aunque debía admitir que me gustaba y me ponía caliente el que una lesbiana creyera que soy mujer.

- ¿Y tú cómo te llamas? - Cuestioné yo esta vez.

- ____. - Me miró de arriba a abajo. - Tienes un estilo... Diferente. Me gusta. - Sonrío pícara.


[···]


Vale, no sé en qué momento pasó, pero ambos nos estábamos enrollando en los baños del estudio. En ese momento yo no pensaba en el hecho de que entre mis piernas había un pene. Simplemente disfrutaba el beso que nos estábamos proporcionando, y ella comenzó a desatar mi camisa. Rápidamente la detuve.

- No, aún no. - Ella simplemente aceptó y continuó besándome. Yo estaba sentado sobre la tapa del inodoro y ella sobre mi regazo. Sus labios se posaron en mi cuello dejado besos y chupetones.

- Te gusta la colonia de hombre, ¿eh? - Murmuró sobre mi cuello. Ese día me había colocado una colonia bastante fuerte, y me maldije internamente por eso.

- S-sí...

- A mí también. - Comenzó a tocar mi pecho por encima de mi camisa y se sorprendió al no notar nada de carne, no había podido detenerla a tiempo y mis nervios comenzaron a crecer. - Me gustan las chicas masculinas.

- ¿G-gracias? - Salió de mi regazo y se puso de rodillas en el suelo.

- Abre las piernas, guapa. - Dijo separando mis rodillas.

Fue tal la excitación que sentí al verla en esa posición y al escuchar esas palabras, que me quedé embobado mirándola, así que me di cuenta demasiado tarde de que ya me había bajado la falda y las medias.

Mierda.

- Eres un hombre. - Afirmó aún mirando mi entrepierna. Se levantó. - ¡Mentiroso! - Me arrancó la peluca de un tirón y agarró un trozo de papel higiénico. Me agarró la cabeza y comenzó a quitarme el maquillaje. - ¡Eres un maldito hombre!

- ¡Lo siento, lo siento! - Exclamé esta vez con mi voz normal. Alcé ambas manos en señal de paz. La había cagado y no podía arreglarlo. Cuando estuve sin peluca ni maquillaje, se quedó unos segundos mirándome. Por un momento pensé que le había gustado, que aún quería follarme, ¿pero en qué estaba pensando? Ella era lesbiana.

Recibí una bofetada por su parte.

- Esto por mentirme.

- Lo sien...

- Y esto... - me interrumpió. Se colocó nuevamente de rodillas y se metió todo mi miembro en la boca. Aquello me pilló totalmente por sorpresa. No me lo esperaba, pero me excitó demasiado. Se sacó mi pene y continuó la frase - ... Esto porque tienes suerte de que sea bisexual.

¡Pues claro! También existía esa opción, ¿cómo no lo había pensado antes? Inconscientemente sonreí aliviado. Ella se volvió a sentar en mi regazo y me besó salvajemente.

- Pero por favor, no finjas ser mujer, es ridículo. Y estás más bueno de hombre. - Gimió contra mis labios. No pude evitar soltar una leve carcajada.

- Lo siento, no sé en qué pensaba.

- Ahora, señor Roger, fóllame como un buen hombre. - Se quitó la camiseta, dejando a la vista unos preciosos pechos cubiertos por un bonito sujetador.

- ¿Cómo sabes mi nombre? - Respondí sacando un pecho y lamiéndolo.

- Rogerina, Roger, no es tan difícil, ¿no? - Contestó masturbando mi miembro.

Esa chica encendía toda mi lujuria, mi necesidad, todo mi deseo y mi delirio.

· One shots // Roger Taylor y tú ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora