Daddy [H.S]

Capitulo ocho

Tomo la ropa de su primogénita y la tiro por la ventana, muchos de sus cosas mas preciadas eran lanzadas por allí, sin importan cuanto escándalo hiciera o que tan mal fuera visto en aquel barrio July actuó sin pensar, bajo las escaleras rápidamente tomando la mano de Kath para que bajase con él, su madre lloraba sin parar sabia lo que haría su esposo. -Te vas de aquí- gritó su padre desenfrenado, sin una pizca de cordura.

-Amor, July no la eches por favor- le rogaba su esposa madre de Kath, pero eso ya era imposible.

-Que se atenga a las consecuencias.

Su madre se marcho ya no había nada que hacer, July abrió el portón de la casa y pateo todo lo que anterior mente había tirado por la ventana. -Tu vida, tus reglas, tus consecuencias, suerte con ello. - fueron las últimas palabras de su padre, la había echado de casa y ella no pudo decir ni una sola palabra.

Tomo un bolso que su padre había tirado y echo todo lo que era necesario, pasaría una noche en un hotel. Por suerte Kath tenía algunos ahorros en su cuenta bancaria, la cual estaba a nombre de ella así que su padre no la podía cerrar. Se marcho dejando atrás su vida perfecta para iniciar lo que se llamaría "caos".

Su teléfono vibro, demostrando que alguien le había enviado un mensaje.

-Yo te ayudare mi niña - mama

-Por el momento tengo algunos ahorros -Kath

-Te depositare dinero todas las semanas amor, no te preocupes, espero que tu padre no se de cuenta - mama

-Gracias te amo. -Kath

-¿Me dices que fue lo que realmente paso?- mama

-Ni yo lo se mama, ni yo lo se.- Kath

«¿Ahora que?»

Kath miraba a su alrededor, miraba lo que había sido su vida y lo que pronto será su infierno. Camino por las calles de aquel barrio ricachón, su teléfono estaba vibrando constantemente y sin recibir respuesta alguna las llamadas. Kath decidió despejarme un poco camino algunas cuadras mas y se encontró frente a frente el hospital donde estaba internado Harry, se dirigió hacia el entrando al recinto donde se encontraban personas con cualquier tipo de enfermedad. Se dirigió rápidamente a la habitación de Harry, entrando en ella se llevo una gran sorpresa, Harry ya no se encontraba allí.

-¡Disculpe!- dijo alarmada, al encontrarse con otro paciente.

Cerro la puerta y abandono en lugar. Esta vez no sabia donde ir no que hacer, realmente estaba perdida.

Volvió intento localizar a su mejor amiga, lo cual fue imposible. Están afuera del hospital intentado encontrar una opción ese "algo" que la salvara.

-¿Que haces por aquí?- el mismo chico del autógrafo se había acercado a ella, esperando una respuesta.

La Kath lo miro por encima del hombro, esperando que se marchara pero en lugar de eso repitió su pregunta demostrando algo de interés en aquella chica.
-¡Hola- amablemente respondió mirando al chico, un poco mas alta que ella de apariencia muy bonita no se podía quejar.
-Visitaba a mi mejor amigo.

-Puede que sea apresurado- se rasco la nuca -¿Quieres ir a tomar café?- preguntó, Kath amablemente accedió y se fueron a una cafetería muy cercana; justo lo que Kath necesitaba "una tarde de café".

Faltaba pocos minutos para que se cumplieran las diez de la noche y Kath y Louis aun no habían abandonado la cafeteria, estaban teniendo una platica muy amena. Kath miro su reloj, despertando de aquel momento de paz, para reencontrarse con la realidad,
-¡Woah! no sabia que era tan tarde- exclamo sorprendida levantándose de la silla y tomando su bolso para después colocarlo en su hombro. -creo que te dejo.

-Toma- le extendió una servilleta con su número de teléfono - keep in touch.

Kath no sabia donde vivir, ni que hacer. Salió de la cafetería y reviso su cartera... 9,45 dólares era lo que le quedaba ¿que pagaría con eso?

«¿que hago?»

Rápidamente tomo su teléfono el cual había vibrado un par de veces.

-Se que andas en la calle- mama

-ve al hotel MG - mama

-Contéstame o cancelo la reservación - mama

-Lo siento mama estaba con un chico.-Kath

-¡No Kathyln no!-mamá

-voy para el hotel te amo mama- Kath

-Ah y por cierto, de nada-mama

Kath iba a iniciar su paso pero fue detenida por Louis.

-¿Donde vas?- preguntó el chico alcanzándola y avanzando al mismo paso que ella, Kath tenía un poco de miedo de pasar por algunas calles que eran muy oscuras. -¿oye? ¿Donde vas?- preguntó de nuevo.

-Voy a MG- respondió corto y concisa y continuo caminando deteniéndose para pensar por que calle se iría ambas estaban muy oscuras y tenía un poco miedo de aquello.

-¿Al hotel? Yo te llevo. - Louis le señaló el camino por el cual se tendrían que ir. -tenías miedo, ¿cierto?- dijo, después soltó una pequeña carcajada, caminaron algunos metros para llegar a un parquímetro en el cual se encontraba únicamente una motocicleta de color negro, bastante grande y se notaba que era difícil de manejar. -¿Subes?- preguntó el chico, Kath miro aquel amatroste con malos ojos, su mejor amigo había tenido un gran accidente en ese tipo de vehículos, ella tenía miedo, su rostro, ojos y sudación corporal lo demostraban -No tenga miedo linda.- dijo el chico montado se a la moto y preparándola para marcharse, ella no perdió el miedo pero subió en ella - ¡Agárrate!- exclamó él, ella inmediatamente abrazo la cintura del chico y avanzaron rápidamente por las solitarias y oscuras calles, sentían la brisa en su cabello; no faltaron muchos minutos para que ella tomara confianza y cerrará sus ojos. La motocicleta iba a gran velocidad, pocos automóviles en la pista y mas espacio para acelerar y sentir esa adrenalina.

Louis miro sobre su hombro, y lentamente sonrió, Kath se veía muy tierna abrazándolo y con sus pequeños ojos cerrados -Llegamos- dijo Louis -Ya puedes abrir los ojos- sonrío.

-Muchísimas gracias- dijo Kath después de bajarse de la motocicleta. -Adiós- ondeo su mano y entro al hotel.

La estancia era preciosa estaba decorada con muebles rojos y dorados, Kath se acercó a la recepción. -Hola, mi madre hizo una reservación- dijo tímidamente.

-Señorita Kathyln, un gusto, avance por aquí- dijo el recepcionista mostrándole el camino, -su habitación es la 101, tiene que salir mañana a las nueve de la mañana, un gusto.

Kath encontró su habitación, y entro en ella dejando caer su bolso justo en la entrada para dormir, era justo lo que necesitaba.