❝ 𝐅 • 𝐑 • 𝐈 • 𝐄 • 𝐍 • 𝐃 • 𝐒 ❞ ▓▓ ᵏᵃⁱ ᵏᵃᵐᵉᵃˡᵒʰᵃ

ᑕᗩᑭ ⁶

c a p í t u l o   s e i s
E L   C U M P L E   D E   W A L T E R

   La mañana del miércoles Walter había ido a visitar a Lahela, pero no pasaron mucho tiempo ya que ella tenía cosas que hacer. Se sentía mal por abandonar a su novio, así que llamó a sus amigas y se fueron al parque de skate.

   — ¿No crees que te has pasado? — Dijo Steph por la tabla de embutidos que llevaba la morena.

   — Quiero dar buena impresión a los amigos de Walter.

   — ¿Con una tabla de colchonerías?

   — Charcutería. — Corrigió Lahela a Steph. — Incluye carne y queso de todos los continentes. Es una delicia y da conversación.

   — ¿Por qué huele a vestuario si estamos al aire libre? — Pregunto Syd apartando la mirada de su teléfono por primera vez en el día.

   — Huele a chicos. Me encanta.

   Walter se acercó a las chicas cuando las vio. Beso a Lahela y saludo a las dos chicas.

   — Vale, estos son mis amigos. Spider, Carl y Lame.

   ¿Lame?

   Los chicos que había nombrado Walter estaban lejos, pero Syd pudo reconocer al chico que llevaba toda la mañana cotilleando el Instagram.

   — Me alegra que estéis aquí. Venid.

   Steph se había comportado un poco rara. Syd se había distraído hablando con su amiga para no liarla más con Steven.

   Después de la hora de comer se fue al mercado agrícola. Marjorie le dijo que ella no podía ir, así que le vendría bien que ella se fuera a comprar algunas cosas que necesitan.

   Empezó por la fruta y luego la verdura. Llegó a los puestos menos sanos. Narnia para Syd. Lo primero que vio fue a Kai intentando vender sus tartas de galletas. Se le hizo bastante tierno que estuviera vendiendo tartas en una caja de granja.

   La relación de Kai y Syd había mejorado. Cuando iba a casa de Lahela siempre iba abajo al baño o a beber agua para saludar a los Kamealoha. En especial al mayor de los hermanos.

   — ¿Cómo vas?

   — Mi hermano me acaba de robar mi cara y mi nombre por un buen propio.

   — Vas de tonto pero a veces dices cosas raras.

   — Vale. — Rió Kai.

   — Tengo...Tengo que irme. — Syd miro la hora de su teléfono. — Te... ¿Te veo después? — Ni siquiera sabía por qué preguntaba o le costaba hablar. Pero sabía que tenía que salir de ahí.

   Benny enseñó a sus hijos diciendo que cuando estuvieran mal se fueran al mar. Al final de todo Syd siempre se sentía parte de su familia. Y eso hizo.