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c a p í t u l o   c i n c o

      — ¿Estás listo? — Kai estaba apunto de saber si lo habían aceptado en la universidad y Syd había empezado un directo para que Lahela y Clara lo vieran

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   — ¿Estás listo? — Kai estaba apunto de saber si lo habían aceptado en la universidad y Syd había empezado un directo para que Lahela y Clara lo vieran.

   — No me puedo creer que ahora te digan si has entrado por email. ¿Y si entra en spam? — Se quejó Benny entrando en la sala.

   — Ya he puesto una cámara, BP.

   — Grabamos por diferentes razones, Syd. — Respondió el niño.

   — Tú puedes, Kai. — Syd le dio un beso en la mejilla y agarró su brazo.

   — Vale. Allá vamos. — Kai metió varias veces su contraseña pero no paraba de salir que era incorrecta.

   Unos pocos intentos después, al teclear la tecla de intro sonó un sonidoto diferente. Qué significaba que Kai había puesto bien la contraseña.

   — ¡Entré! ¡Me han aceptado! Haré Agrícolas.

   — ¡Sí! — Syd abrazó a Kai y esta vez fue el quien beso la cabeza de la chica.

  Esa fue la última vez que Syd vio a Kai en todo el día. Por lo visto Benny se había llevado a los chicos al mar.

   Lahela había organizado un concurso de talentos. Steph y Syd habían quedado en el hospital. Allí estaba toda la familia de Lahela. Syd se sentó entre Steph y Kai. 

   La actuación de Lahela y Clara fue estupenda. Cuando acabó Syd se quedó fuera del hospital a hablar un rato con Kai.

   — Hey, no te he visto en todo el día. Bueno, no te veo desde que entraste en la universidad. Benny me contó que os dejo en el océano pero... No sé, es raro no saber nada de ti.

   — Oh, no te preocupes. Mi padre estaba empeñado en que tenía que llevarme mejor con Brian Patrick. Resulta que al final no quería que me fuera.

   — Aw. Qué mono.

   — Sí. De todos modos, te he echado de menos.

   — Fueron dos días, pero yo también te eché de menos. — Syd besó a Kai.

   — Vamos. Papá quiere pedir una pizza por su gran logro del día.

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   Al día siguiente Syd llegó a casa de los Kamealoha a la misma hora de siempre. Cómo un reloj.

   — Me encantas tus deditos. Son tan pequeñitos y gorditos.

   — Para. Me haces cosquillas. — Dijo Syd entres risas.

   — ¿Podéis parar los dos? — Pidió Brian Patrick. — Estáis asustando a mi lagarto.

   — ¿Qué lagarto? — Pregunto Syd cuando en la caja no había nada.

   — Genial. Scaley se ha escapado. No aguanta vuestras voces de bebé.

   — No tenemos voces de bebés.

   — Solo un poco.

   — ¡Kai, ayuda a tu hermano a encontrar su lagarto! — Pidió Clara.

   Los chicos empezaron a buscar el lagarto. Tardaron unos largos minutos hasta que Brian Patrick lo encontró.

 

   — Cariño, ¿Sabes que día es hoy?

   — Sí. ¡Nuestro aniversario de dos semanas!

   — El tiempo pasa suepr rápido.

   — Por qué solo han sido dos semanas. Tenemos leche más vieja que vuestra relación.

   — Acabo de acordarme de que mis padres quieren que lo cuide hoy.

   — No pasa nada. Hemos llegado lejos, lo superaremos.

   — No tan lejos, dos domingos. — Grito Brian Patrick.

   — Voy a la habitación de tu hermana a prepararme para la celebración. — Syd le levantó a fue dirección patio.

   — ¿Por qué no usas las escaleras?

   — Antiguas costumbres.

   Syd por el árbol y se encontró a Lahela en la habitación.

   — Hola, guapisima.

   — Hola. Mira este nuevo contorno que encontré en tiktok.

   — Me encanta.

   Lahela saco dos vestidos y le puso en situación. La morena iba a una reunión de exalumnos y quería saber que era lo más adecuado.

   — El rojo. Da la sensación de que te gusta quien eres y ademas, el rojo te favorece.


   Syd bajó y se sentó en el sofá a esperar a Kai. El chico llevaba unas de sus tartas de galletas con un texto que decía feliz semananiversario.

   — ¡Kai, es increíble! ¡Me encanta!

   — Vale. Ahora déjame que le ponga los Minions a BP y el día será nuestro.

   — Quería ver El señor de los anillos.

   — No sabía que te gustaba.

   — Mi madre me llama Gollum porque me encantan los anillos.

   — ¿Quierés verla?

   — Paso. — Respondió Kai.

   — ¡No puedes pasar!

   — Vamos, Kai. Ahora tenemos que verla.

   Dos horas y cincuenta y ocho minutos después, la pelicula acabo. BP y Syd estaban en el mismo sofá, ambos alucinados con la película. Kai estaba mirando al frente con el celo fruncido.

   — Me encanta esta película. Me encantaría que fuera más larga.

   — Y yo. Le es fiel a los libros. Bueno, me gustaría agradecer a los dos esta maravillosa cita. Adiós.

   BP se fue y Kai se sentó junto a Syd en el sofá.

   — ¿Por qué le dejaste ver una película con nosotros? Me sentí apartado.

   Syd se rió y se giró hacia Kai. — Mi madre no está mucho por casa, ni Luke tampoco. Nico está en el hospital y solo se cosas de él atraves de Lahela. Y Elena... Lena y yo no tenemos esa relación que tienes con BP.

   — Todas las mañanas me levanto con ganas de venir aquí porque siempre hay alguien. Esta Benny, BP, Clara, Lahela... tú. En esta casa siempre hay gente.

   — No sabía que te sentías así. Siento haber sido tan egoísta.

   — ¡No lo eres! Y no estás apartado. Eres mi Legolas. — Kai estaba confundido. — Orlando Bloom. — Seguía sin pillarlo. — El elfo buenorro que lanza flechas.

   — ¡Qué pasada!

   — Sí. — Syd besó a Kai.


  

❝ 𝐅 • 𝐑 • 𝐈 • 𝐄 • 𝐍 • 𝐃 • 𝐒 ❞  ▓▓  ᵏᵃⁱ ᵏᵃᵐᵉᵃˡᵒʰᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora