Las relaciones amorosas conformadas por más de una persona es algo poco común de verse, pero que un omega tenga dos parejas predestinadas supera aquello.
Kim TaeHyung es un omega de veinticuatro años, que por cuestiones del destino termina conociend...
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Cuando su padre alfa le contó de las parejas predestinadas, no pudo evitar soñar con algún día encontrar la suya.
Los cuentos de papá era todo lo que TaeHyung anhelaba desde que era un pequeñín. Se presentara como alfa u omega, un enlazamiento con la persona a la que amaba era lo que tanto deseaba.
Quería alguien con quien compartir desde pequeños a grandes instantes, llenos de confidencialidad como de inmaculado amor. Algo ilimitado, de toda la vida hasta las futuras reencarnaciones como la madre luna mandara.
Deseaba un dulce encuentro con un final feliz, su futuro cónyuge debería ser alguien que encajara en sus estándares amorosos, una mujer o un hombre que le hiciera ver que el mundo era alentador a pesar de los altibajos que la luna les presentara.
Mas no todo en la vida sale como uno lo anhela, sueña o planea. Su base para fundamentar aquel pensamiento fue cuando ingresó a J Entertainment como mánager en un grupo de chicos.
Inevitablemente, su vida comenzó a dar pequeños giros, dado que su pareja predestinada lo ignoró sin más, no le dirigió la palabra más que una simple mirada. Fue visto como un don nadie por él. El Presidente del lugar donde trabajaba.
Los días pasaron, pero no supo más de él, no se cruzó ni una sola vez con la integridad física de aquel individuo. Pero en su lugar, múltiples presentes comenzaron a llegar a la puerta de su departamento, todos tenían una tarjeta con el respectivo remitente; mas su lobo herido, se negaba a aceptar aquellos obsequios, entonces todos fueron devueltos a la oficina del Presidente Jeon.
Fue un alivio, como un pesar, que su alfa desistiera de primer momento. Sus días transcurrieron con normalidad, hasta que en una de sus salidas, acompañando al artista a su cargo, se encontró de nuevo con él; pero esta vez, todo fue distinto.
Él se acercó primero. Fue gentil, educado y muy atento. Era irreconocible desde aquel día en que se vieron desde la lejanía. Su charla no se efectuó, su lobo era resentido al igual que su persona.
Tae creyó que finalmente no volvería a saber nada de él, aunque sabiendo que era su jefe, sabía que lo más probable era que se lo encontrara con frecuencia.
Nuevamente, la vida se encargó de señalarle que no todos los planes serían como él quisiera. Porque dos días, luego del segundo encuentro, se aseguró de escabullirse entre la multitud para pasar desapercibido por un par de hombres que eran totalmente idénticos; aunque claro, su escondite no le sirvió de mucho cuando ambos lograron captarlo a la distancia. Ambos lo vieron.
TaeHyung conoció a sus alfas predestinados oficialmente.
Intentó escaparse de ambos, pero fue en vano cuando ambos trabajaban en la misma empresa.
Los regalos no dejaron de llegar por montones, mensajes de texto, llamadas, pedidos de presentarse en la oficina del Presidente Jeon...
