—Con cuidado, podría pronto despertar.
Escuchaba voces a lo lejos, demasiado borroso era el momento, mis ojos fueron abriéndose poco a poco y pude distinguir un cuarto, olía demasiado a medicina, intenté levantar un poco la cabeza y eso me hizo poder ver a una mujer de espaldas, sin embargo decidí quedarme serena solo observándola.
—Tranquila, estarás bien, un accidente ocurrió. —Dijo la mujer volteándose.
Solo me quede callada tratando de recuperar memoria, pero lo único que recordaba eran diferentes voces sonando a mi alrededor para luego quedar inconsciente.
—Veo que ya despertó. —Dijo un... ¿Chimpancé? —. Quiere verla.
¿A quién se refería?
La mujer solo lo vio con una sonrisa para luego mirarme a mí.
—Tranquila, el solo quiere hablar contigo, él te ayudará.
«Como dices? ¿El?».
No podía negarme, conocía las estrategias de nuestros enemigos, había pasado por muchos momentos como ese, por un momento recordé como Loki una vez me engaño para luego traicionarme y dejarme en Asgard enterrada, Thor me lo advirtió, confié en él, se veía buena persona en ese momento, las apariencias engañan.
Me levante de la camilla y pude sentir dolor en varias partes de mi cuerpo, levante un poco la bata que tenía puesta y pude ver demasiados rasguños, como si fueran cortadas con cuchillos, no eran las profundas, pero dolían.
—Linda, pronto curarán. —Dijo la mujer.
Era algo raro, yo no era mucho de fiarme fácilmente, de esa manera me había forjado mi pasado, pero este caso era diferente, esa mujer rubia con vestido de los años de los 8O's me causaba una muy buena energía, tal vez me equivocaba, pero quería confiar en que ella no era como los demás. Salimos de la habitación y caminamos por una gran casa, la misma casa que había explotado cuando entrenaba con mis poderes, era más grande lo que imaginé, mientras que caminaba podía observar como la casa era de otra época completamente distinta a la cual yo pertenecía.
Llegamos a una puerta para que luego la mujer la abriera, estaba el mismo hombre de la pintura, el que estaba junto a los niños, estaba escribiendo algo, no apartó su mirada de su libreta después de unos segundos para luego verme a mí.
—Puedes retirarte, Grace. —Dijo el anciano.
«Grace».
La mujer le obedeció cerrando la puerta, solo quede ahí sin hacer movimiento alguno.
—Siéntate. —Dijo.
Obedecí sin dejar mi instinto de lado, no podía confiar en él, algo me decía que no.
—¿Cual es su nombre? —Agregó.
—¿Por qué debería decirle mi nombre?
—Me interesa saber quién es usted. Tengo cierto interés en personas con habilidades especiales, como la suya.
«¿Por qué interés en personas diferentes?».
—No has respondido.
—No veo cómo eso es asunto suyo. Además, ¿Cómo sabe que tengo poseo habilidades no normales?
—Una chica empujada por un portal a una habitación de mi casa para luego que ella cayera en un increíble sueño, el cual, déjame adivinar, no fue un simple sueño sino visiones que son consecuencias por cruzar a otra realidad distinta a la tuya, para luego por lo fuertes que estás podrían ser, levantarte de golpe, ver como objetos volaban a tu alrededor y desmayarte de nuevo ¿Te suena familiar?
«Vaya que si».
Sus palabras hicieron que me tomara la razón, pero ¿Todo eso había pasado en verdad? No recordaba nada de eso, solo podía recordar las voces que sonaban.
—No sé cómo manejarlo. —Dije refiriéndome a los poderes.
—¿Que poderes tiene exactamente?
—Puedo viajar entre realidades.
—Se más específica. —Dijo.
—Puedo viajar a otras realidades a mi gusto. —Dije—. Pero no tengo el suficiente control para hacerlo, también soy muy buena dando pelea de cuerpo a cuerpo, teletransportación y parar el tiempo.
El hombre guardó silencio y agregó más garabatos a su libreta.
—Te quedarás.
No dije nada, no tenía otra opción, ¿A dónde iría? A ninguna parte. Era una realidad diferente a la mía, no podía negarme.
—¿Me quedaré?
—Si, tranquila no estarás sola. —Dijo mientras yo me levantaba dirigiéndome a la puerta.
Al salir vi como la misma mujer de hace unos minutos estaba esperando, me dijo que había escuchado todo y que no tenía de que preocuparme, que el señor ❝Reginald❞ era buena persona, pero no lo demostraba.
—Linda, sé qué tal vez puedas estar asustada y es normal, estás en otro mundo completamente diferente al tuyo, pero estarás bien aquí.
Esas palabras me llegaron al alma tanto qué tal vez hubo unas cuentas lagrimitas que no deje que salieran, mientras caminábamos me iba mostrando un poco sobre la ❝academia❞ así era como me llamaban a esa enorme casa vintage, caminamos tanto al punto de cansarme, realmente era muy largo el camino, ni siquiera sabía para donde iríamos, pero lo único que quería era dormir.
—Sé que pasarás mucho tiempo aquí.
Dijo ella sin mirarme, su vista seguía en el camino mientras que la mía fue directa a ella.
—Pero tranquila, no estarás sola, nunca lo estarás, sé que él te adoptaras, tal vez esto no te convenza demasiado, pero lo harás conforme pase el tiempo.
—¿Adoptarme? No siquiera levó una noche en este lugar y quiere... ¿Adoptarme?
—Es difícil de explicar, el te quiere por que ve potencial en ti como lo hace con ellos.
—¿Ellos?
—Tiene siete niños.
No tenia palabras, mi mente estaba analizando cada minutos que había pasado en menos de media hora, tratando de asimilar lo que la mujer me está diciendo, pero nomás no podía ¿Como siete? Se ve que el se divirtió mucho.
—Son adoptados, nada es de sangre, pero se aman uno y otro, como debe de ser, han convivido desde que son bebés.
—Entiendo.
—Cada uno tiene habilidades especiales, poderes.
Cuando la mujer recalcó la última palabra se detuvo en una puerta, era un pasillo lleno de ellas, bueno estoy exagerando, no era lleno, pero había unas cuentas a nuestro alrededor, abrió la puerta he hizo una señal para que mi cuerpo entrara.
—Aquí es donde te quedarás, este será tu cuarto, descansa. —Sin decir nada más la mujer salió de mi cuarto cerrando la puerta y dejándome ahí sola.
Me senté en la cama que estaba ahí, no había mucho en esa habitación solo había algunos libro en un estante y un armario, tampoco veía muy bien, era de noche y no se apreciaba bien las cosas, había una pequeña luz que provenía que la ventana, pude distinguir que no traía puesta una bata de paciente sino que era como una tipo pijamada, tenía un paraguas bordado un poco más arriba del pecho, era gris o azul, no podía distinguir bien los colores, no quería averiguar nada solo quería dormir un rato, por primera vez en mucho tiempo tenía la necesidad de dormir por mi cuenta y esa oportunidad no la desperdiciaría.
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ᴅɪꜱᴛɪɴᴛᴏꜱ ᴍᴜɴᴅᴏꜱ
Fanfikce"¿𝘼𝙡𝙜𝙪𝙣𝙖 𝙫𝙚𝙯 𝙝𝙖𝙨 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞𝙙𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙤 𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙡𝙪𝙜𝙖𝙧 𝙙𝙤𝙣𝙙𝙚 𝙥𝙚𝙧𝙩𝙚𝙣𝙚𝙘𝙚𝙨?" Donde sientes que no encajas, solo quieres escapar de todo el daño que ese mundo te ha dejado con el tiempo, y cuando logras estar...