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Habían pasado dos días de su cumpleaños, y Olivia no había acudido ninguna noche a sus citas con Draco. Por un lado, se decía a si misma que tenía que dejarlo pasar, seguir con su vida, sus estudios, sus amigos y se acabó; y por otro lado, estaba deseando correr desde por la mañana a la torre de astronomía.

La chica se levantó por la mañana, desayunó en el Gran Comedor con el trio de oro, pero ni rastro de la cabellera plateada, lo cual le extrañó. Todos comentaban en voz baja las ausencias de Dumbledore y la cantidad de normas absurdas que imponía Umbridge. La que sin duda había causado más revuelo era la de que las reuniones de tres o más alumnos estaban prohibidas, por lo cual se habían suspendido todas las organizaciones estudiantiles sin registrar, como el club de gobstones o los equipos de quidditch.

Harry, Ron y Hermione llevaban dias con la idea de montar un grupo de estudios y que Harry impartiera verdaderamente Defensa contra las artes oscuras, y Liv había preferido mantenerse al margen, los apoyaba, pero sabía que debía mantenerse cauta según las órdenes de Dumbledore.

Pronto llegaría también la primera excursión a Hogsmeade, y eso siempre aportaba algo de alegría a los estudiantes, y más cuando algunos estaban tan desilusionados entre las clases nefastas y los TIMOS.

Liv ese día no vio a Draco en ninguna de sus clases, lo cual lo pareció bastante raro. Tampoco le vio a la hora de la comida, y la chica realmente se preguntaba si estaría bien o si habría comido.

Pasó unas horas con Hermione en la biblioteca buscando información para todos los deberes que tenían que hacer, y después de recopilar bastantes libros para hacerlos, estuvo en la sala común de Gryffindor con los chicos, Ron y Harry.

Cada uno inmiscuido en sus propios deberes, mientras Ron no paraba de quejarse.

-Ron, estás mezclando los usos del ópalo de Pociones con los usos de la belladona de Herbología. -Dijo Hermione echando un vistazo a la redacción de el pelirrojo.

-No, Snape nos mandó una redacción de la belladona. -Replicó el chico.
-No, Ron, Snape nos mandó sobre el ópalo, y es para mañana, y Sprout sobre la belladona. -Le informó Liv.

-Y es para pasado mañana. -Agregó Harry.

-No, también es para mañana, y ya deberíais tenerla hecha. -Corrigió Hermione.

-Oh, vamos, ¡esto es imposible! -Se quejó Ron.

-Pues Hermione y yo las tenemos listas. -Dijo Liv sonriendo cansada.

-¿Y entonces que estáis haciendo? -Preguntó Harry.

-El diario de sueños de Trelawney. -Dijo Liv.

-Y yo unos deberes para subir nota en runas antiguas. -Contestó Hermione.

-¿Subir nota? Estarás de broma Hermione, si subes más de nota tendrás que dar la clase tú. -Comentó Ron.

Liv rio entre dientes mientras Ron y Hermione discutían, y vio que Harry se tocaba la cicatriz de vez en cuando.

Cuando terminó la parte del diario de sueños que le tocaba, empezó a recoger sus cosas, bostezando. Estaba realmente cansada.

Se despidió de sus amigos, y salió para su habitación. Por el camino, no paraba de mirar el reloj, preguntándose realmente si Draco estaría esperándola hoy también a las 23.00.

Llegó a su habitación, con intención de acostarse temprano. Cogió una muda y una toalla, y fue a su baño. Llenó la bañera hasta arriba de agua caliente, y se sumergió en ella. Notó como el agua relajaba sus músculos, y cerró los ojos disfrutando de la sensación. Por un momento no existían las clases, ni los agobios ni los deberes, ni la confusión de sentimientos que habitaban en su interior.
Solo el agua caliente y el humo que impregnaba su cuarto de baño.

𝑒𝓎𝑒𝓈 𝒶𝓇𝑒 𝓁𝑜𝓊𝒹 • La Reina de Hogwarts y el Principe de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora