La oscuridad de abajo

Capítulo 17: una mentira es una mentira es una mentira

La Casa Imperial de Japón ha existido mucho más tiempo que cualquier otra monarquía y actualmente es la única monarquía legítima que tiene algún poder. Después de un largo período de obsolescencia después de los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial, la Familia Imperial mostró un resurgimiento del poder durante la Segunda Edad Oscura. El entonces Príncipe Heredero, 128º Emperador Yamamoto manifestó una peculiaridad relacionada con el fuego que consolidó el poder de la Familia Imperial como una gran potencia. Todos los emperadores, desde entonces, han mostrado peculiaridades excepcionalmente poderosas.

—Extracto de 'Examinando la familia imperial japonesa: la perspectiva de un estadounidense' por David Hayter.

Shouta Aizawa mira fijamente al niño en la cama del hospital, inconsciente y vendado pesadamente. Tal vez no tan pesadamente como él, pero recuerda haber visto la pierna de Izuku aplastada.

También recuerda haber visto morir al niño.

El recuerdo de lo que vino después, el monstruo escondido justo debajo de la superficie, es vívido y duda mucho de que alguna vez lo abandone. En cualquier caso, puede sacarlo de la mente y olvidarse de él: ha visto mucho y ha aprendido mejor que la mayoría cómo compartimentar sus pensamientos. Más tarde, cuando sabe que sus estudiantes están a salvo, y en el silencio de su hogar, puede desempacar lo que ha presenciado. En este momento, sin embargo, se pregunta qué tan mal le ha fallado a Izuku Midoriya.

Piensa en la pálida cicatriz en el antebrazo izquierdo del niño, un recordatorio constante de un intento de suicidio. Y ahora tiene que preguntarse si fue un intento o si tuvo éxito. Si fuera lo último, entonces es sorprendente que el niño estuviera tan cuerdo como él, especialmente si sus delirios fueron provocados por la naturaleza de su peculiaridad. Eso ni siquiera tuvo en cuenta a su madre, a quien Shouta le preocupa que sea más reprensible de lo que creía posible, no solo abusiva, sino tal vez incluso consciente o parte de su intento de suicidio.

Entra la medianoche, luciendo agotada y nada alegre. "Shouta", saluda y luego ve al director en su hombro. "Nezu".

"¿Está hecho?"

"No todos estaban contentos de firmar un NDA", dice. "No es que los culpe. Yo no soy un fan de ellos".

"Simplemente cubre información clave sobre la peculiaridad de otro estudiante. Garantizar la privacidad y seguridad de Midoriya es una preocupación crítica".

"Eso es lo que les dije. Todavía piensan que es una mierda. Los que vieron quieren saber. Kirishima y Bakugou armaron el mayor alboroto. Tokoyami acaba de firmarlo sin cuestionarlo. Todos los demás quieren respuestas". Nemuri bosteza, estirándose y mostrando sus curvas. "Yo también".

Shouta suspira. "Eso todavía no funcionará en mí".

Ella saca la lengua. "Todavía eres un niño aburrido". Ese breve ejemplo de placer se desvanece. "He marcado a algunos estudiantes para evaluaciones psicológicas. Hagakure y Kouda no parecen estar lidiando bien con lo que vieron. Y Mineta..."

Shouta cierra los ojos y acepta sus fallas. "¿Qué tan malo?"

Ella le sonríe, suavemente como si pudiera romperse. Esta es la misma sonrisa que ella dio cuando él falló su primer examen de licencia, la misma curva de sus labios que cuando falló una situación de rehenes y los civiles murieron hace un año. Se prepara porque sabe que nada bueno puede venir de algo tan gentil.

"Es completamente catatónico, Shouta".

"Joder. Solo joder". Se frota la frente. "Voy a tratar, voy a hablar con los padres ... mierda, solo joder".

"Aizawa", dice el director, su voz es un ancla que Shouta agarra. "Me ocuparé de los padres. Nemuri, gracias por el informe y su arduo trabajo. Te mantendré informado de cualquier cambio importante. Por ahora, asegúrense de que las autoridades no usen esto como una oportunidad para husmear en nuestro negocio".