CAPÍTULO 11. NADIE GANA

401 52 1
                                    

ELA

Sostengo el pecho de Alcón mientras el gime adolorido.

— Solo lo ha rozado, Lobo conduce como si estuviéramos en una persecución, teníamos un refugio, pero no íbamos a estar a salvo por mucho tiempo.

— Frenta, Clau.. deben ir por ellas — hablo con algo de temor.

— Vikingo ha ido por ellas — menciona Crash.

Justo cuando llegamos puedo escuchar la voz de mi padre dando órdenes, pero las bajas eran incontables. Nos habían acabado en segundos y esto era el inicio, quizá la guerra iniciaba ahora mismo.

Sostengo el cuerpo herido de Alcón y Lobo junto a Crash me ayudan a llevarlo. En ese mismo momento mi padre jala mi brazo tan fuerte que duele.

— Esto es tu jodida culpa, Ela. — me grita y yo, llena de rabia golpeo su rostro.

— ¡Se lo de Esi! — su rostro entero se congela. Sus ojos se abren con odio —. Se quién es su padre ¡Lo sé todo!

— ¡No sabes nada! — gruñe cerca de mi rostro. — Y por tu estupidez ahora iniciaremos una guerra en desventaja.

— ¡La guerra ya está aquí!

Una explosión.

Simplemente puedo sentir mi cuerpo volar por los aires. Me levanto algo aturdida, la imagen que veo ahora mismo es impactante.

Heridos.

Balas.

Peleas.

Una guerra.

Me levanto como puedo, todo daba vueltas, pero nuestro destino estaba escrito.

Justo entonces es cuando veo a mi padre huyendo, y no lo permitiré, correo tras el evitando que alguien me hiera, escucho gritos y alguien llamando mi nombre.

Algo aturdida, agarro una de las armas de los prospectos que fueros abatidos. Mi padre caminaba con prisa a la casa club, dejando a su club.

Justo entonces el ingresa a la casa y una granada explota en la parte trasera, el sonido me deja aturdida pero continuo tras mi padre.

Batista estaba agarrando algunas pertenencias de su caja fuerte.

— No irás a ningún lugar — menciono y lo apunto — . No irás a ningún sitio, ellos quieren tu cabeza y es lo que tendrán.

— Eres tan estúpida Ela, vas a morir por esto. ¡Vas a morir por nada!

— ¡Mira esto papá! — grito — mira como nuestro club se hunde en ruinas. ¡Moriremos todos por no actuar a tiempo!

Un estruendo se escucha y mis ojos se conectan con los de Scarmber. El muy hijo de puta sonreía al vernos así, pero sus ojos conectan con mi arma, y puedo ver como su expresión cambia un poco cuando mira como apunto a mi progenitor.

— Vaya, vaya. Si había una reunión familiar y no lo sabía. Es mucho mejor, así me evito buscarlos y matarlos uno a uno.

— Deja al club en paz, si tu objetivo somos nosotros deja esta guerra — admito.

— Mi padre me ha jurado vaciar su arma en tu cuerpo — admite.

Justo entonces mi padre dispara y el sonido me hace estremecer, la bala había rosado mi hombro.

— Cómo puedes ver, la vida de Ela no es mi preocupación. Yo me iré y la vida de mi hija es un pago justo.

— ¡Hijo de puta! — gruño tan fuerte y trato de camina hacia él, entonces Scarmber apunta a mi cabeza.

— Es tu vida la que quiero, Batista. Ela es asunto de mi padre.

Scramber dispara tan rápido que apenas y puedo procesar, mi padre se abalanza hacia él y ahora mismo estoy destina a ver una pelea, pero mi padre lo somete y ahora es el quien tiene el control, su arma apunta a la cabeza de Scramber quien yace en el suelo y mi padre sobre él.

— Dile a tu Ragnar que fui yo quien se llevó a su niñita.

Los ojos del chico se abren por completo. Él me mira, y antes de que haga algo, soy yo quien disparara a mi propio padre. Él sostiene su pierna adolorida pero también jala del gatillo y justo cuando Sacramber estaba por levantarse la bala conecta directo con su cadera y mi padre golpea su cabeza con el arma; el cuerpo de Scarmber cae inconsciente.

— ¡Eres una estúpida!

Otra explosión y los cristales cortan nuestra piel, hay fuego y ahora mismo me arrastro para protegerme. Mi padre se levanta algo aturdido y yo igual. Nuestras miradas se conectan, es cuando los dos levantamos el arma. Y la puerta se abre, él me sonríe, como si todo esto fuera un simple juego de niño.

— Esi está viva — sus palabras salen con un tono de emoción.

Es en ese momento que su cuerpo se sacude y cae hacia adelante.

Ragnar. Él lo había hecho. Había disparado a mi padre.

Sus oscuros ojos me miran.

— No...

No me da tiempo a terminar mis palabras cuando mi cuerpo se sacude y golpeo con la pared. Yo tenía un chaleco antibalas, pero sangraba, y todo mi cuerpo dolía.

— Dije que iba a vaciar mi jodida pistola y lo he cumplido.

— Esi... — mi voz sale débil. Raganr no me escucha, y quiero decirle tantas cosas, quiero decirle que él no perdió a su hija y ahora... mi Esi está vida.

Ragnar asiste a su hijo y lo levanta. Yo trato de hacer algo, pero mi cuerpo duele, hay sangre, pero no sé con exactitud de donde sale. Todo empieza a dar vueltas.

Mi padre empieza a escupir sangre desde el suelo. Ragnar nos mira y sé que lo disfruta, sabe que finalmente alguien ha ganado, pero no es así. Aquí nadie gana.

— Esi... — apenas mi voz es un susurro.

La risa de mi padre me causa escalofríos, pero incluso en su lecho de muerte lo hace.

— Ella — habla con dificultad — está viva... y tu peor castigo será no saber dónde está — justo entonces el escupe algo de sangre y su cuerpo queda inerte.

Había fuego.

Oscuridad.

Iba a buscar a mi hermana sobre los muertos... pero ella no estaba.

REBELATE - Saga Rebeldes #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora