Un recuento

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01/marzo/2021

Lunes, lluvia, tristeza y música que no para de hacerme llorar. He pasado contanto los días para no dejarme morir con esta tristeza que me agota. Ya he sentido este vaivén como una escena que se repite, ya he sentido el momento justo en el que el corazón empieza a quebrarse como un cascarón. Me siento tan mal que no sé como expresarlo en estas líneas. Siempre tuve la esperanza de ver un mejor futuro para nosotras, pero ahora siento que sus manos ya me soltaron, que se dejó vencer por aquella oscuridad que la cubría, dejó de huir de aquello para ahora huir de mí. 

Me siento rota porque la amo, porque aunque quiera, su destino no me pertenece, sus sentimientos no son hacia mí y si alguna vez lo fueron, fue ya hace mucho tiempo. Ahora ya no puedo sentirla, no me llama, no me ama.

Puede que mis afirmaciones sean equivocadas, puede ser que solo lo esté imaginando, no lo sé, solo sé que el dolor es real, que sus palabras ya no me tocan, ya no me llenan, ya no me abrazan, que sus 'te quiero' ya no existen más, me siento destrozada porque sé que se le acabó el amor. Jamás quise hacerle daño, más daño del que ya había recibido, aún quiero verla feliz, aún quiero verla ser grande, y si esta vez debo reunir el coraje para verla marchar, así será. Siempre antepuse su felicidad a la mía, y al dejarla ir cumplo con mis intenciones de verla feliz, porque entonces podrá ser capaz de curar sus heridas sin tener que cargar con sus efectos colaterales, yo.

Ojalá sea feliz, porque entonces podré serlo por nosotras.

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