4 ·˚˖ ੈ‧₊◌⸙ೃ୫

1.7K 216 30
                                    

Roier se levantó del sofá caminando hacía la puerta para ver quién era con su perro siguiéndole. Abrió y para bien o para mal Spreen era quien llamaba.

- ¿Que haces aquí? ¿Que quieres que te vuelva a pegar?
- Che, yo solo venía a decirte que deberías ponerte hielo en los morados.

Roier miró confuso al contrario.

- ¿Desde cuándo te preocupas por mi?
- Capo, nos hemos pegado de ostias y tú a mí no me caes mal. Solo quería saber que no estabas para la mierda
- Eso debería preguntar yo que soy el que te ha dado la paliza
- Estoy bien
- El moratón de tu mejilla no dice lo mismo que tu boca.
- Ok, me has dejado hecho pija
- Y tu a mi, jodido rodillazo.
- ¿Te duele el costado?
- Un poco pero no pasa nada

Roier ahora mismo se sentía raro, estaba hablando con Spreen sin pelear, eso era digno de foto.

- ¿Che ese es tu perro?
- Oh, sí

Roier se apartó de la puerta y Spreen paso y se agachó para poder acariciar al perro del castaño el cual movía la cola alegremente. Eso era raro, su perro era bastante desconfiado, ni Missa había podido tocarlo porque salía corriendo.

- Estaba tirado en el sofá, pasa y así juegas con Firulais.

Spreen asintió entrando y siguiendo a Roier el cual volvió a tirarse en el sofá de nuevo mientras el contrario se sentó en el suelo a jugar con el perro que ladraba intentando llamar su atención.

- ¿Te has puesto hielo?
- No
- Deberías ponertelo, te hará bien.
-...
- ¿Dónde lo tienes guardado?
- ¿Qué?
- Dímelo y yo te lo traigo

La situación era surrealista, hacía media hora estaban pegándose en casa de Spreen y ahora este estaba en su casa buscandole hielo para que se pusiera en las heridas. Además le estaba hablando bien, sin tonos de superioridad ni burla en su voz.

- Ehh, está en uno de los cofres que hay por allí

Señaló para indicarle la dirección y Spreen se levantó directo a donde le habían señalado, abrió uno de los cofres, pilló hielo y se lo llevó a Roier.

- Te dolía el costado, ¿verdad?
- Mhm
- Dale, mostrame y así te pongo el hielo.

Roier estuvo a punto de decirle que podía hacerlo el solo, que tenía manos y no era un nene pequeño pero era la primera vez que veía a Spreen ayudando a alguien así que decidió callarse y levantar un poco su sudadera, lo justo para dejar ver el morado.

- Posta, si me pasé un toque
- Enserio, no es nada hueón. Además yo te extrangulé así que estamos a mano.
- Ok

Spreen puso con cuidado la bolsa de hielo sobre la marca para no hacerle más daño mientras que Roier soltaba pequeñas maldiciones por el frío que le causaban estos consiguiendo así hacer reír al híbrido.

Después de eso y un poco de silencio Spreen terminó yendose dejando a Roier aún tumbado en el sofá y con el hielo medio derretido pensando.
– Tal vez estaba borracho – Pensó en voz alta. – O pedo ... Nahh no olía a alcohol  ...  Tampoco olía a María – Se quedó callado por un momento – Tal vez no es tan culero después de todo – Se quedó mirando al techo pensativo terminando dormido, allí en el sofá con Firulais lamiéndole la mano felizmente.

one step away - spiderbearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora