14 ·˚˖ ੈ‧₊◌⸙ೃ୫

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Spreen entró a la casa de Roier como si nada. Jaiden y Bobby estaban jugando en el salón y está lo miró entrar.

- Oh, hello Spreen
- Ohh yeah... Hello, hello

Spreen saludó rápidamente, con su inglés chapucero y abrió la puerta que llevaba a la mina y la zona de cofres de Roier como si nada.
Jaiden lo miró confundida, ni si quiera ella que era la nueva compañera de Roier e incluso mamá del huevito tenía acceso. Estaba extrañada.

El híbrido salió unos minutos después cerrando la puerta tras de sí.

- how can you get in there?
(¿Cómo es que tienes acceso ahí?)

Spreen la miró y sonrió con superioridad. Le contestó con los brazos cruzados y recargado contra el marco de la puerta.

- Che, no sé si sabías, pero yo antes era el compañero de Roier. Yo vivía acá.

Ensanchó su sonrisa dejando ver sus dientes, en especial sus colmillos que resaltaban del resto.
Jaiden asintió comprensiva mientras que Bobby solo miraba, estaba atento y escuchando toda la conversación. No tenía ni idea de quién era aquel chico pero pensaba avisarle a su papá de todo lo que acababa de pasar.

Al no tener respuesta Spreen salió de la casa, a paso lento y sin borrar la sonrisa de su rostro.

[...]

De nuevo Spreen iba camino a casa del castaño. En su mano llevaba una amapola. Era la segunda vez que iba a intentar dársela, solo esperaba que están vez saliera bien. Estaba nervioso, no iba a mentir, además Roier había estado muy distante las últimas semanas. Ya apenas le hablaba, él comprendía que Roier necesitaba espacio pero era demasiado.

Llegó a la casa y abrió la puerta como de costumbre. Escucho las risas de Bobby y Jaiden en la planta superior, en la habitación en la que alguna vez el durmió. Movió la cabeza intentando borrar esos pensamientos de ella y se dirigió a la puerta sin mirar atrás.
Escondió la mano donde llevaba la flor roja detrás de su espalda y bajo las escaleras, llegando a la zona de cofres donde vio a Roier.
Lo miró, estaba de espaldas a él y no había hecho ruido por lo que el contrario no se había enterado de que había llegado. Se veía lindo, en sus ojos siempre estaba lindo, supuso que estaba ordenandolos así que fue directo hasta donde estaba el castaño el cual se giró al escuchar los pasos y lo miró primero confundido y luego un poco más serio.
Spreen apretó la amapola detrás de su espalda, se estaba poniendo nervioso. Bajo su mirada, luego la paso por la habitación buscando alguna escusa y sin decir nada se dirigió a uno de los cofres. Simuló que buscaba algo dejando la flor dentro de dicho cofre esperando a que el otro dijera algo.

- ¿No saludas? Ni un hola Roier, qué tal, ni nada.

Levantó la mirada del cofre para mirarlo a él.

- Hola Roier
- Sabes que no puedes venir a mi casa como si fuera tuya y entrar aquí como si fueses el rey, ¿verdad?.
- ¿Qué decís capo?
- No te hagas wey, Bobby me contó lo que pasó hace unos días. Entraste a la casa como si nada y le presumiste a Jaiden que tú sí tienes acceso a mis cofres y que habías vivido aquí antes que ella.

Spreen frunció el ceño, no quería hablar de Jaiden.

- Me dijiste que estaba todo bien, solo vine a por un poco de madera.
- Da igual, no puedes entrar aquí como si fuera tu casa
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Me vas a sacar de la lista?
- Puede
- ¿Y meterás a la pelotuda esa en mi lugar, no?

Los celos lo estaban matando, sentía como poco a poco era reemplazo, como el castaño ya no lo necesitaba. De la rabia aplastó la amapola que aún sostenía en sus manos dentro del cofre. Abrió su mano dejando caer los pétalos sueltos al fondo del cofre junto con la flor y se giró para poder mirar a Roier completamente a la cara.

- Pues puede que lo haga

Spreen se acercó a Roier, lo tomó de los hombros, enfadado y consumido totalmente por sus celos le habló a pocos centímetros de su cara.

- ¿Sabés qué? Hacé lo que te salga de la pija, pero bien sabés que Jaiden no puede reemplazarme.
- Al menos ella no me clavó una espada en el costado ni mató a mi mascota.

Justo donde dolía. Roier había ido a donde sabía que haría daño. Spreen notó sus ojos picar pero se negaba a ponerse a llorar, menos allí en medio.

- Ya te pedí perdón por eso.
- Yo te dije que necesitaba espacio y contigo irrumpiendo en mi casa cada dos días es un poco complicado.
- ¿Te molesta que venga?
- ...

Silencio, el castaño estaba callado mientras que miraba serio al híbrido. En el fondo sabía que estaba mintiendo, no le molestaba ver a Spreen entrar a su casa cada vez que podía, menos verlo "marcar" territorio con Jaiden pero aún estaba dolido, era una herida reciente y era incapaz de poder perdonarlo aún.

- Pues che, si tanto te molesto ya me voy. Yo solo vine a por un poco de redstone.

Spreen se giró y huyó escaleras arriba. Notaba las lágrimas amenazar con salir. Talló sus ojos en un intento desesperado de evitar que estás salieran y abrió la puerta topándose con Jaiden haciendo algo en la mesa de crafteo y Bobby bailando mientras reía.

- Ohh, Spreen, Hi. I had no idea you were here. When have you arrived?
(Ohh, Spreen, hola. No tenía ni idea de que estabas aquí. ¿Cuándo has llegado?)

- Llegué recién, apenas hace 10 minutos.
- Are you going to stay a while? We can play with Bobby
(¿Te vas a quedar un rato? Podemos jugar con Bobby)

- No gracias, me voy ya. Solo vine a buscar algo de material.

Forzó una sonrisa mientras miraba a Bobby y salió por la puerta.
Nada más salir soltó todo el aire que contenía, sintió como las lágrimas comenzaban a caer así que corrió. No tenía ni idea dónde, solo corrió donde nadie pudiera verlo llorar. Nadie debía ver al grandioso Spreen llorando, no podían verlo débil.

one step away - spiderbearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora