7 ·˚˖ ੈ‧₊◌⸙ೃ୫

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Spreen volvía después de unos días fuera de su casa, había ido bastante lejos a por unos materiales y se quedó acampando por varios días ya que era un camino largo y no le rentaba estar yendo y viniendo.

A lo lejos vio su casa y empezó a  correr para llegar cuanto antes a esta, tres días durmiendo en el suelo con un saco de dormir, solo quería entrar y tumbarse en su cama.
Salto los escalones de la entrada de dos en dos y nada más poner un pie en el suelo de madera vio un rayo de luz que lo cegó junto con un pitido.
[...]
Spreen se despertó, estaba a unos cuantos metros de su casa ahora medio destruida.

- Ya está, sea quien sea quien me puso minas es posho. Valió verga, me lo voy a madrear al hijo de puta.

Siguió maldiciendo mientras se incorporaba un poco mareado.
Consiguió ponerse de pie, todo le daba vueltas pero después de unos instantes se le pasó. Miró la casa ahora en ruinas muy cabreado, guardo las cosas que había en el suelo, las pocas que habían sobrevivido a la explosión. Se dió media vuelta y ando muy convencido en una dirección muy concreta.
No tardó ni 10 minutos en ver la casa de Roier a lo lejos, únicamente rezaba porque el castaño estuviera en esta. Podría perfectamente haberse puesto a reconstruir su casa pero estaba demasiado cansado y también era una excusa para verlo después de 3 días fuera.

Cruzó el pequeño puente y ando hasta la entrada. Petó en la puerta unas cuantas veces y esperó, tras unos minutos se asomó la cabeza de Roier por esta.

- ¿Spreen?

Roier estaba confundido no, lo siguiente. Si era cierto que ya no se llevaba tan mal con Spreen pero no esperaba encontrarlo allí en la puerta de su casa tan repentinamente, además tenía entendido que estaría fuera.

- Hola Roier
- ¿Qué haces aquí, no que estabas de viaje?
- Verás, hoy volví de buscar los materiales y algún forro hijo de puta me llenó la casa de minas aprovechando que no estaba y pues yo fui a entrar tan tranquilo para tirarme en mi piche cama y me explotó todo.
- Nah se pasaron de verga, que hijos de puta.
- Ya, ese boludo va a querer meterse las minas por el culo cuando sepa quién fue
- ¿Entonces estás sin casa?
- Por ahora sí
- ¿Y qué vas a hacer?
- Te venía a preguntar si me podría quedar acá con vos mientras la reconstruyó o por lo menos para dormir un poco en una cama de medio decente.

Roier lo miró haciendo contacto visual, le dio un poco de pena, Spreen si se veía cansado, lo podía notar en su voz y bueno era un poco evidente ya que el híbrido tenía unas contundentes ojeras debajo de sus ojos.

- Anda, pssa.

Spreen sonrió, no pudo evitarlo, al fin podría dormir además con el plus de estar con Roier. Esto le resultaba extraño, normalmente la compañía del resto le agobiaba pero estar con Roier le relajaba y simplemente le ponía feliz.
Roier abrió por completo la puerta y se hizo a un lado para que el híbrido pasará, mirando el pequeño brillo que apareció en sus ojos y la pequeña sonrisa que habían hecho sus labios que obviamente él no estaba mirando.

- Gracias Roier, de verdad que sos un capo.

Roier le sonrió y cerró la puerta después de que Spreen pasara.

- ¿Recuerdas la casa o necesitas otro tour wey?

- Creo que más o menos me acuerdo.

- Bueno, el baño está por allá por si te quieres bañar que hueles un poco a mierda.

Roier se llevó sus dedos a su nariz tapándola y puso cara de asco haciendo reír a Spreen.

- Boludo, llevo tres días minando, entiende que sude y ni me pude lavar. En las minas no hay ducha pelotudo.

- No hay duchas pero si hay agüita, un enjuaguito por lo menos que apesta.

Ambos rieron y después de las bromas Roier siguió explicando.

- Bueno, en la segunda planta hay un cuarto con una cama, puedes dormir ahí y si te esperás un segundo te busco una toalla.

Roier le busco una toalla a Spreen y este se fue directo a darse una ducha, la verdad la necesitaba así que tampoco espero mucho para meterse debajo del chorro de agua caliente.
Mientras Roier hacía algo para comer, era media tarde, hora de almorzar así que comenzó a cocinar mientras que Spreen se duchaba.
No tenia planteamiento de comida aquel día, su idea era tirarse a holgazanear un poco, tomarse el día de descanso así que simplemente tomo un par de filetes y los hizo vuelta y vuelta en la sartén, frío unas cuantas papas y unto un poco de pan con aguacate.
Por otro lado el híbrido había terminado de ducharse, cortó el agua y se envolvió en la toalla para secarse.
Ya seco estaba dispuesto a cambiarse hasta que se dio cuenta de que la única ropa que tenía era la que se acababa de quitar. En otra ocasión le hubiera dado igual ponérsela pero estaba sudada y olía mal y no pensaba volver a ponersela así que se envolvió la toalla a la cintura para poder andar bien y muerto de vergüenza, con las mejillas rojas por esta salió del baño en busca del castaño.

Roier estaba terminado de servir lo que había preparado en un par de platos cuando notó un par de toques en su hombro. Como obviamente sabía quién era comenzó a hablar sin siquiera girarse.

- Hice una comida exprés así que espero que te guste el pan con palta.

Spreen se quedó callado, estaba incómodo, solo quería preguntarle a Roier si le podía prestar algo de ropa hasta que lavase la suya pero tampoco iba a interrumpirlo mientras hablaba, bastante que le había dejado quedarse allí así que espero pacientemente a que el contrario acabase.

- Che, ¿podrías dejarme algo de ropa? Esque la mía está sucia y..

Entonces Roier que aún estaba de espaldas se giró quedando cara a cara con Spreen que estaba completamente rojo por la vergüenza, hasta sus orejas estaban bajas. Roier se sorprendió porque no se lo esperaba y notó el calor subir a sus mejillas

- ¿Qué? A-ahh, Sisi, claro

Estaba nervioso, no lo iba a negar, le había pillado completamente por sorpresa, no le salía una frase coherente o más bien no era capaz de formularla en su cabeza.

- Ehh, en mi habitación. Si, coge lo que quieras.

Nada más escuchar esto Spreen salió lo más rápido que pudo de la cocina, Roier casi ni pudo verlo salir.
El castaño se quedó allí se quedó en la cocina. Estaba apoyado contra la encimera, el borde le daba justo en su espalda baja mientras sus manos frías estaban en sus mejillas intentando eliminar el rojo de estas.

- A la mierda con el oso pestoso, si está lindo, el cabrón.

Hablo en un susurro, hablando consigo mismo más que para otra persona.
Sacudió su cabeza un par de veces intentando deshacerse de la idea que acababa de pasar por su mente, cogió los dos platos y los llevó al salón con el resto de cosas sentándose en el sofá para esperar al híbrido.

one step away - spiderbearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora