Verano en Francia

Veintinueve

El agua de la piscina era refrescante después de varias horas de hacer el amor en el calor de la noche. Jennie rodeaba el cuello de Lisa con los brazos y la cintura con las piernas mientras se besaban. Se sentía físicamente agotada, pero llena de energía al mismo tiempo. Lisa la abrazó con fuerza y se dirigió hacia la parte más profunda de la piscina. Estaba oscuro, y las velas junto a la piscina pintaban un cuadro perfecto sobre el jardín de Villa Provence.

"Me alegro tanto de que estés aquí", dijo Lisa con voz suave. "Es más de lo que nunca me atreví a esperar".

"Yo también me alegro". Jennie le acarició la mejilla y le depositó un beso en la nariz. "Todavía no puedo creer que esté aquí otra vez". Sonrió. "Así que realmente vamos a hacer esto, ¿no? ¿Tú y yo?"

"Sí. Tú y yo." No había duda en la mente de Lisa. Quería a Jennie con cada fibra de su ser. "¿Estás nerviosa por empezar de nuevo? ¿Una nueva vida, crear una empresa en un país donde no hablas el idioma? ¿Dónde no conoces a nadie, aparte de mí?"

"Claro que lo estoy". Jennie se inclinó hacia atrás y sumergió la cabeza en el agua antes de volver a mirar a Lisa. "Mentiría si dijera que no estoy nerviosa. Pero también tengo esperanzas y siento que puedo hacer cualquier cosa contigo en mi vida. Supongo que me adaptaré bastante rápido". Suspiró, observando el rostro de Lisa. Era preciosa. "Voy a tomar clases de francés, y me di un plazo de un año para poder hablar francés básico. Lo suficiente para desenvolverme y mantener conversaciones sencillas".

"Señora ambiciosa. Eso significa que tendremos que practicar más juntas". Lisa frunce el ceño, de repente más seria. "¿Se lo has dicho a tus padres? ¿Lo nuestro?"

Jennie asintió. "Sí. Se lo conté a mi madre. No fue muy bien". Se encogió de hombros.

"Pensé en no decírselo, en ignorarlos. De todos modos, no los veo tan seguido, y estoy segura de que podría escabullirme de sus desesperados intentos de emparejamiento". Sonrió. "Pero entonces no sabrían lo más importante de mí. Y lo más valioso de mí es que te quiero. Quería que lo supieran".

"Lo entiendo". Lisa trazó la boca de Jennie con el pulgar, sosteniendo su rostro entre las manos. "Entonces, ¿siguen hablándose?"

"Sí. Creo que sí. Probablemente, esquivarán el tema para toda la eternidad, pero esa es su elección, y yo ya he hecho la mía. Seguiré visitándoles y hablaremos de pollos y pan de maíz. Cualquier cosa menos eso". Se rio. "No me sorprendería que toda la iglesia volviera a rezar por mí. Toda la situación es más que molesta, pero aun así, me gustaría que fueras allí conmigo algún día. No quiero perder los lazos, aunque no tengo ninguna relación con mi ciudad natal. Quiero enseñarte dónde crecí, de dónde soy. ¿Es extraño que me sienta así?".

"En absoluto". Lisa sonrió. "Me encantaría ver dónde creciste. Dale tiempo a tus padres. Porque los míos nunca vinieran no significa que los tuyos no lo hagan".

"¿Has pensado alguna vez en volver a visitar a tus padres?". Preguntó Jennie.

Lisa negó con la cabeza. "No. Nunca se pusieron en contacto conmigo, así que supongo que sienten que están mejor sin mí. Mi madre tampoco me suplicó que me quedara cuando le dije que me iba a Francia. Pero lo acepté hace mucho tiempo".

"Tengo otra pregunta". Jennie parecía nerviosa mientras jugueteaba con un mechón de su pelo. "No quiero que pienses que esto es importante para mí, ni que te sientas presionada, pero he tenido tiempo para pensar mientras estaba con mis padres, y me preguntaba si...". Dudó. "Bueno, me preguntaba si quieres tener hijos. Nunca hemos hablado del tema. ¿Es algo en lo que has pensado?".

Lisa se rio. "Es una pregunta capciosa. ¿Y si te doy una respuesta equivocada?".

"No hay respuesta equivocada".

"De acuerdo. En ese caso, supongo que me gustaría tener una familia algún día. Pero si no ocurre, tampoco importa. ¿Y tú?"

"Nunca quise tener hijos", dijo Jennie. "Pero contigo me siento diferente. Es lo más raro. Incluso he pensado en lo buena madre que serías, y puedo imaginarnos con niños."

"¿En serio? ¿Crees que sería una madre estupenda?". Lisa arqueó una ceja y sonrió.

"Sí, lo creo". Jennie la abrazó con más fuerza. "Pero me gustaría disfrutar de esto primero, durante unos años, al menos. Además, ahora necesito centrarme en lo básico, como crear mi empresa y aprender francés."

Lisa se rio. "¿Por qué no empiezas enseguida? Tu as faim?".

Jennie frunció el ceño. "¿Qué?"

"¿Tienes hambre?", volvió a preguntar Lisa, esta vez en español.

"Ah, claro". Jennie se rio. "Tendré que recordarlo. Tu as faim, ¿Dijiste?"

"Uhuh. Gran pronunciación".

Jennie puso los ojos en blanco. "Sí, claro. Pero para responder a tu pregunta en español por ahora, sí, me muero de hambre. No he comido desde el almuerzo en el avión, y no negaré que mi apetito se ha alimentado probando otras cosas..." Guiñó un ojo.

"Pobrecita". Lisa la miró divertida. "Lo siento mucho, ni siquiera te he ofrecido nada. Dame diez minutos y calentaré la comida. Preparé algo antes".

"Oh, créeme, me ofreciste más que suficiente", dijo Jennie, riendo. "Pero espera". De mala gana se soltó de Lisa y se dirigió a las escaleras. "Yo lo haré. Estoy empezando de nuevo, así que será mejor que adquiera el hábito de cocinar. Estoy decidida a ser lo más francesa posible". Sonrió. "Pero te invito a que me ayudes porque, por ahora, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo".

Ambos salieron de la piscina y se estaban secando, cuando oyeron ladridos procedentes del anexo. "Mierda. Es Gumbo". Lisa se apresuró a abrir la puerta. "Estaba tan sorprendida por tu repentina llegada que olvidé por completo que seguía ahí dentro". Gumbo salió disparado y se dirigió directamente hacia Jennie.

"Hola, amigo, te extrañé. Siento mucho que nos olvidáramos de ti". Ella se agachó para saludarlo, pero para su sorpresa, él saltó directamente a sus brazos. "Creo que él también me extrañó", dijo con voz dulce, besándole la nariz. "¿Vienes a la cocina con nosotras, Gumbo? Yo también te prepararé algo de comer". Gumbo ladró al oír la palabra 'comida', y se rieron mientras caminaban de vuelta a la casa principal, con Gumbo esprintando delante de ellas. Jennie cogió la mano de Lisa y saboreó el momento. Por fin estaba en casa.

Nota: síganme para más historias ❤

© Todos los créditos al autor/a de la adaptación, @knowname_97.