Pequeños Fanfics De Erha

El Elfo

Había una vez un humano llamado Mo Ran que se aventuró en el bosque en busca de aventuras. Mientras caminaba por el bosque, se encontró con un elfo llamado Chu Wanning. Mo Ran nunca había visto a un elfo antes, así que quedó atónito por su belleza. Chu Wanning era alto y delgado, con una piel clara como el jade, cabello negro y largo como la noche oscura que brillaba con la luz del sol que penetraba en el bosque al anochecer.

Chu Wanning estaba sorprendido por la presencia de un humano en su hogar, ya que los humanos rara vez se aventuraban en el bosque. Pero en lugar de asustarse, se sintió atraído por la mirada curiosa de Mo Ran. Se presentaron el uno al otro y comenzaron a hablar sobre sus respectivas vidas. Mo Ran contó historias sobre su vida en el pueblo cercano, mientras que Chu Wanning compartió sus experiencias viviendo en el bosque, aunque esté hablaba mucho menos que Mo Ran.

A medida que hablaban, se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que pensaban. Ambos eran aventureros, guerreros y amantes de las armas, solamente que Chu Wanning disfrutaba de la soledad, los libros y la tranquilidad que le supuso el bosque, mientras que a Mo Ran le agradaban los lugares ruidosos y alegres. A medida que pasaba el tiempo, Mo Ran y Chu Wanning se sentían cada vez más cómodos el uno con el otro y se daban cuenta de que estaban empezando a sentir algo más profundo que una simple amistad.

Un día, mientras paseaban por el bosque, se toparon con una hermosa cascada. Chu Wanning se sentó junto al agua e invitó tímidamente a Mo Ran a sentarse a su lado. Comenzaron a hablar sobre la belleza del bosque y de la cascada, y de cómo se sintieron a gusto el uno con el otro. Mientras hablaban, Chu Wanning tomó la mano de Mo Ran con nerviosismo y la acarició suavemente. Él sintió un estremecimiento en su interior, algo que nunca había sentido antes y como si estuviera poseído, actuó.

De repente, Chu Wanning se inclinó hacía él y le dio un suave y rápido beso en los labios. Mo Ran se estremeció y sorprendió al principio, pero pronto se dejó llevar profundizando cada vez más el beso, sintiendo que algo se encendía en su interior y ardía profundamente. Se besaron durante unos minutos, sumidos en la emoción del momento. Cuando se separaron, Mo Ran miró a Chu Wanning a los ojos y supo que estaba enamorado de él.

A partir de ese momento, Mo Ran y Chu Wanning se hicieron inseparables. Pasaban el tiempo juntos, explorando el bosque y descubriendo cosas nuevas, así Mo Ran se empezó a convertir en otro amante del bosque. A medida que se conocían mejor, se enamoraban cada vez más el uno del otro. Pero sabían que su amor era imposible, ya que pertenecían a mundos muy diferentes.

Una noche, mientras se sentaban junto al fuego, Chu Wanning le dijo a Mo Ran que debía volver a su pueblo, porque su gente lo necesitaba. Mo Ran sabía que tenía que irse en algún momento porque su pueblo estaba en lucha contra otra aldea rebelde que quería apoderarse de su tierra, pero le resultó difícil dejar a Chu Wanning. Se abrazaron, sabiendo que tal vez no volverían a verse nunca más.

Mo Ran se paró y paso junto a Chu Wanning de manera rápida y sin voltear hacía atrás porque sabía que si lo hacía no tendría las fuerzas ni la voluntad para irse y dejar a Chu Wanning.

Al final Mo Ran logró irse por medio del sendero del bosque y atrás en medio del fuego quedó Chu Wanning solo mirando fijamente por donde se iba Mo Ran su mirada quedó fija en ese punto hasta que Mo Ran desapareció y solo así una lágrima logro caer sobre su mejilla.

Sin embargo, la historia no termina aquí. Un año después, Mo Ran volvió al bosque, pero esta vez no como un aventurero solitario, sino como líder de una expedición en busca de nuevos recursos luego de la guerra entre aldeas. Al llegar al bosque, lo primero que hizo Mo Ran fue correr hacía el lugar donde había encontrado a Chu Wanning, su primer y único amor con la esperanza de volver a encontrarlo una vez más.