Capítulo XX V

907 69 37
                                    

Francia abre los ojos con pesar, tapando al momento su vista apenas la luz cegadora del techo sobre él lo golpea. Poco a poco se acostumbra a la iluminación dando a conocer su nuevo "encierro".

— ¿Dónde estoy? ¿USA?

— No me llamo USA, omega. Pero definitivamente no estas en prisión, jeje.

— ¿Eh?

Intenta sentarse ignorando el dolor, a lo que la voz extraña acude de inmediato en su ayuda. Francia apartar la mano ajena de un manotazo con nerviosismo una vez reconoce el rostro de su acompañante.

— ¿B-Bélgica?... ¡AYU-

Francia es callado por la mano de la doctora, quien risueña solo niega con la cabeza ante la reacción del omega quien no dejaba de forcejear entre quejidos de dolor, por algo estaba en una camilla de hospital.

— Shh, asustarás a mis pacientes. Sé lo que piensas, pero ya no estoy involucrada en trabajos turbios con tu marido, Francia — la agitación del herido se detiene ante sus palabras, las feromonas de miedo comenzaban a ponerla incómoda, a lo que se aleja unos pasos—. Ugh ¿puedes dejar de hacer eso?

— Lo siento... entonces ¿dónde estoy?

— En mi clínica privada, pocos conocen el lugar así que estas "a salvo". Mi jefe ya me habló de tu estado de salud y espero que seas colaborativo para mejorar eso. Llevas bastante tiempo inconsciente ¿tienes hambre?

— ¿Tu jefe no es mi alfa? Eso no tiene sentido... tú trabajas para Reino Unido... te llevaste a mis hijos, los mataste....

— Corrección, él los mataba frente a ti ¿recuerdas? Y no trabajo para ese viejo desde hace un buen tiempo, pero las veces que me dejó a cargo para "eliminar la basura" refiriéndose a tus hijos, los llevé lejos. Así que, digamos que la mayoría está viviendo bien — explica mientras revisa el suero que ingresaba en el francés, quien a pesar de alegrarle aquella información, dudaba de la veracidad de esta—. Ahora, déjame decir que te costará bastante mejorar lejos de tu alfa, pero evitaré que mueras lo mejor posible ¿entendido?

— Pero... ¿qué tiene que ver todo esto contigo? ¿Quién te mandó a curarme? ¿Cómo te alejaste de UK? ¿Por qué me dices todo esto?

— Calma tu lengua, Francia, estás bastante débil y acabas de despertar... mi jefe es aliado del joven Rusia, que por cierto, es quien me mando personalmente a vigilar tus mejoras. Así que esto es cuestión de "vida o muerte" para mí. Y no quieren que empeore tu estado a un coma o algo peor.

— ¿Quieren? Ni siquiera Rusia me conoce, apenas me ha visto una vez con... USA — los momentos al ser sacado de ese lugar eran borrosos, pero lo más claro que recordaba era el olor reconfortante de su hijo antes de desmayarse.

— Pues, dudo que ese mafioso de cara amargada te vaya a decir el por qué. En cuanto a tus hijos... déjame decirte que pude llevar algunos al territorio que les corresponde, Canadá y Estados Unidos no tuvieron tanta suerte — murmura lo último mirando la pared, alejándose a la puerta que recién el francés notaba. Antes de irse, nuevamente siente las feromonas de miedo por parte del francés, casi como un "me aterra estar solo", a lo que suspira frustrada, no podia quedarse quieta cuando habian mas pacientes — Repito, estamos en mi clínica privada, nadie te verá sin pasar encima de mí, así que estate tranquilo mientras voy por tu comida. En unos días te voy a trasladar a un lugar más seguro que este.

Eso llama la atención al omega, pero antes de preguntar por ello la puerta se cierra, quedando solo. Rendido, se recuesta de nuevo en aquel colchón delgado, Bélgica era de los pocos alfas que UK le permitió ver cuando tuvo sus cachorros, llegando a una buena convivencia que se rompió cuando supo que estuvo involucrado con la separación de sus hijos.

Rusame [Mafia AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora